"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 3 de marzo de 2023

Libro IIII Episodio 185. Un patrón sin ética

    Al tiempo que Julia se pregunta si será posible que sus hijos prefieran vivir en la capital, como dejó caer el tío Luis, desde allende el Atlántico, comienzan a llegar las primeras postales de Álvaro de su segundo crucero en el Juan Sebastián de Elcano. Les cuenta que desde las islas Canarias navegaron hasta el archipiélago de Cabo Verde. Fondearon en la bahía de Porto Grande y poco más les puede contar. De Cabo Verde, tras navegar 1882 millas marinas y traspasar el ecuador, recalaron en Recife, la capital del estado brasileño de Pernambuco. En cambio Andrade, que sigue escribiendo a Pilar, le cuenta en una serie de cuatro postales la fiesta que hicieron a bordo al cambiar de hemisferio, lo que ocurrió el 27 de octubre.

   En la primera le explica cómo es la fiesta del paso del ecuador por primera vez:

Como es costumbre, la dotación y los guardiamarinas celebramos el paso al día siguiente con una ceremonia sui géneris. En el momento de cruzar la línea hubo un repique de campana que nos emocionó, pues se dice que un marino que no haya traspasado el ecuador es solo medio marino.

   En su segunda postal escribe: No fue una ceremonia oficial, sino la parodia humorística de una ceremonia que realiza la marinería de todo barco. Uno de los cabos veteranos se disfrazó de rey Neptuno poniéndose una barba postiza y llevando un tridente. Interpretó muy bien su papel, tomando el mando del barco, que le cedió el comandante, y llevando a cabo una “desorden” que sustituyó a la orden diaria y que llevó, entre otras cosas, al intercambio de galones: el contramaestre se convirtió en gaviero o un alférez de navío en cocinero.

   En la tercera postal de su serie, Andrade sigue contando a Pilar la fiesta:

La dotación se preparó para la llegada del rey de los mares disfrazándose y también se produjo el tradicional intercambio de palas entre oficiales, guardiamarinas, suboficiales y marineros. A las diez horas a.m. llegó el dios Neptuno, acompañado de su verdugo y de dos ninfas, dirigiéndose en procesión al puente de gobierno donde el comandante, el capitán de fragata don Claudio Lago, le “cedió” el mando del Elcano. A los que cruzábamos el Ecuador por primera vez nos bautizaron en unas aguas sospechosamente turbias. También nos gastaron bromas y nos exigieron tributo, a mí me cortaron unos mechones.

   Y en su cuarta y última postal, Andrade remata la explicación sobre la ceremonia:

A mediodía, terminados los bautizos, realizamos el campeonato de tira-soga y después se celebró una comida especial en cubierta con toda la dotación. Por la tarde, el dios Neptuno, junto con el comandante del buque, entregó los premios a los ganadores de los juegos. Tras ello, Neptuno devolvió el mando al comandante. Fue una fiesta en la que nos divertimos mucho y que nunca olvidaremos.

   Como el final de año se está echando encima, los Carreño han activado la sugerencia del tío Luis de que Julián, en lugar de hacer la mili cuando le toque a su quinta, que es en 1930, siente plaza de voluntario en Madrid. Le han explicado al chico las ventajas que conlleva el voluntariado y lo han convencido de que Madrid puede depararle muchas oportunidades. Inmediatamente mandan la solicitud al tío Luis para que efectúe los trámites oportunos. El resto de hermanos embroma a Julián cuando saben la noticia.

   -Cuando venga el tato tendrás que cuadrarte y saludarle porque es un oficial y tú solo un recluta.

   -¿Te van a pelar al cero como le hicieron a papá?

   -¿Y vendrás en verano a Pinkety?

   Mientras, desde Recife, Álvaro cuenta que han visitado la Escuela de Aprendices Marineros y los potreros de Parayba. En la siguiente tarjeta, fechada el 10 de noviembre, solo les dice que al día siguiente zarparán hacia Río de Janeiro donde esperan arribar el 25.

   En la farmacia Guerrero, donde Pilar continúa haciendo prácticas, la joven ha sido objeto de un desagradable incidente. Cristóbal lleva una temporada hablando con ella de cuestiones que no tienen nada que ver con los asuntos de la botica. Son charlas en las que, cada vez con más frecuencia, el titular desliza frases de doble sentido y comentarios rijosos. Pilar le sigue la corriente, pero dejando claro que allí está solo para aprender. Hasta que una mañana Cristóbal pasa de los dichos a los hechos. La joven está en la rebotica acompañada de Graciano que observa atentamente como la neófita boticaria está preparando una de sus primeras fórmulas magistrales. Pilar está manejando la mano del almirez con el mismo cuidado que si estuviera trabajando con un bisturí.

   -¿Lo hago bien, Graciano?

   -Lo haces de cine, Pilar. Continúa.

   En esas entra en la rebotica Cristóbal que se acerca a la pareja colocándose detrás de Pilar que sigue dándole a la maza. El farmacéutico se va arrimando más y más a Pilar hasta que se aprieta contra las nalgas de la joven. Cuando la novata boticaria nota la presión del sexo endurecido del hombre contra sus posaderas, no se lo piensa, se vuelve y estrella el mazo del almirez en el rostro del libidinoso Cristóbal, produciéndole una brecha en la frente de la que enseguida comienza a fluir sangre.

   -¿Pero qué haces, putón, estás loca? –protesta airadamente Cristóbal echándose mano a la frente. Cuando ve la sangre, el hombre se pone histérico y comienza a soltar tacos e injurias contra la joven, que no le pide perdón, sino que con el rostro rojo de ira le dice a voz en grito:

   -Eres un malnacido. ¿Acaso crees que también soy una de tus caras bonitas a las que obligas a que te la chupen? La próxima vez que te arrimes más de la cuenta te voy a dar un rodillazo en tus partes que te vas a quedar impotente, ¡cabrón!

   Graciano coge de la mano a Pilar, sin que esta proteste, y se la lleva de la rebotica.

   -Será mejor que te vayas y no vuelvas hasta que se le pase el cabreo al jefe –y bajando la voz le susurra-: Bien hecho.

   Esa misma tarde, una de las mancebas de la farmacia Guerrero lleva a casa de los Carreño un mensaje verbal para Pilar.

   -De parte de don Cristóbal que no es necesario que vuelva más a la farmacia. El periodo de prácticas ha terminado.

   Cuando sus padres preguntan a Pilar que por qué no sigue yendo a la botica, la joven, que no les ha contado lo sucedido, les dice simplemente que el periodo de prácticas ha concluido. Ya está preparada para regentar una farmacia.

   Al tiempo que ocurre la cesantía de Pilar, sus padres, tras darle muchas vueltas al problema de la deuda con la Bronchales, llegan a la conclusión de que no les queda otra salida que vender la casita de la abuela Pilar, pues la casa en la que viven y el local de la droguería son alquilados.

   -¿Tú crees que sacaremos lo suficiente para saldar el total de lo que debemos a Adelina? –Pregunta Julia, que agrega-: Es una casa muy chica, no sé si nos llegará.

   -Es pequeña, pero mi madre hizo obras y le quedó muy aseada. Sondearé al tío Orlando para ver cómo está el mercado de la vivienda de segunda mano. Qué bien nos vendría ser dueños de la casa o del local de la droguería, podríamos hipotecarlos y salir de este apuro.

   -Marido, no conduce a nada llorar por la leche derramada. Yo te apoyé cuando en vez de comprarnos una casa montamos la tienda de regalos, pero es agua pasada.

   La casita de la abuela Pilar consiguen venderla por el precio máximo, y es que Plasencia está creciendo y hay una fuerte demanda de viviendas. La alegría de los Carreño es para contarla. Inmediatamente negocian con la Bronchales para amortizar parte del principal de la deuda que tienen con la usurera. Ahora solo les falta saldar lo que resta. El día que lo consigan podrán dormir a gusto.

   Con tantos problemas a los que hacer frente, Julio no ha tenido tiempo ni humor de ir al casino. Ahora que ha saldado parte de su deuda y está más sosegado, decide una tarde pasarse a ver qué cuentan sus amigos. Los encuentra departiendo sobre Italia, al parecer el Gran Consejo del fascismo se ha convertido en el órgano supremo que coordinará todas las actividades del régimen bajo la dirección del jefe de gobierno, que no es otro que Benito Mussolini. Estará a cargo de presentarle al rey una lista de candidatos a la presidencia del consejo en caso de que el cargo quede vacante.

   -¿Y eso qué supone? –pregunta Julio.

   -Pues que el gobierno de Mussolini se parece cada día más a una dictadura que a una democracia –responde Lavilla.

   A su vez, Julia no ha parado de darle vueltas a la sugerencia del tío Luis de que la solución más viable que tienen es irse a vivir a Madrid. Con lo que consiguieran por el traspaso de la droguería lograrían el dinero suficiente para saldar de una vez la deuda con la Bronchales y probablemente hasta les sobraría dinero. También recuerda el reto de que pregunte a sus hijos si prefieren seguir viviendo en Plasencia o en Madrid. Cree que es una propuesta que debería compartir, pero como sabe lo que piensa su marido sobre la misma, resuelve de momento hablarlo solamente con Pilar que, en ausencia de Álvaro, es la mayor y posiblemente la más inteligente de sus hijos. ¿Qué me responderá?, se pregunta.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro III, La segunda generación, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 186. Lo de irse a Madrid comienza a germinar.