"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 21 de abril de 2017

124. Nada es lo que parece y nada parece lo que es



   A primeros de junio, Grandal recibe una llamada de Juan Carlos Atienza.
- Comisario, el Jefe de mi Brigada quiere hablar contigo. No te puedo contar el motivo, pero te adelanto que es para darte una buena noticia. ¿Cuándo podrías pasarte por aquí?
- Mañana mismo si le viene bien a Ramos – contesta Grandal.
- Ahora mismo se lo comento a ver como tiene la agenda.
   Tras la oportuna consulta quedan que Grandal acudirá al despacho del Jefe de la Brigada del Patrimonio Histórico el ocho de junio.
- Jacinto, cuánto tiempo sin verte. Los años han sido generosos contigo. Estás como los vinos de buenas añadas, cada día mejor.
- Chimo Ramos se ve que tanto tratar con ladrones de arte ha afinado tu capacidad de falsificar la realidad, pero en cualquier caso agradezco tus amables palabras. Lástima que las mujeres no piensen lo mismo.
   Una común carcajada respalda la buena química que ambos comisarios parecen mantener.
- Esta es lo que podríamos calificar como una charla exploratoria – comenta Ramos -. Te cuento. La investigación del robo del tesoro no está del todo concluida, pero aplicándole el símil taurino podríamos decir que solo le falta el rabo por desollar.
- Sí, pero también sabes que los taurinos afirman igualmente que hasta el rabo todo es toro – replica Grandal.
- Muy taurómacos hemos venido hoy – comenta el Jefe de la Brigada -. Se nota la cantidad de corridas que hemos tenido que presidir – contesta Ramos aludiendo con ello a la práctica de que las corridas de toros las debía presidir un comisario de policía aunque no supiera nada de tauromaquia -. De lo que básicamente quería hablarte es de una cuestión que te afecta al igual que a tus compañeros de dominó. El Ministerio del Interior quiere premiar vuestra dedicación y entrega a la investigación de todo lo concerniente al Caso Inca y está estudiando las distinciones a otorgaros. En tu caso piensan concederte, a título extraordinario, la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco. Ha habido sus más y sus menos porque ya tienes la Cruz con distintivo rojo, además de la Medalla de Plata, condecoraciones más importantes. No sé si han acertado o han metido la pata, pero es lo que han resuelto. Solo te pido que no te lo tomes a mal y que no la rechaces, aunque sigo creyendo que esos lumbreras del Ministerio son unos zoquetes de mucho cuidado.
- A estas alturas de mi vida, Chimo, ya hay pocas cosas que puedan molestarme y desde luego lo de la Cruz no es una de ellas, pero diles que la aceptaré, más que nada para no haceros un feo a los amigos que todavía estáis en activo. – responde Grandal.
- Pues me quitas un peso de encima, aunque en el Cuerpo sabemos que mereces mucho más, pero en fin… Lo de la charla exploratoria va por otro lado, por el de tus colegas del dominó. En el Ministerio dudan entre otorgarles, como a ti, la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco, o nombrarles comisarios honorarios de la Policía Nacional. ¿Tú que crees que les haría más ilusión?
- Pues la verdad es que no lo sé. Como ya no estoy al día, explícame cómo funciona lo de comisario honorario porque tengo entendido que se ha modificado – quiere saber Grandal.
- En efecto, la última regulación es una ley orgánica del dos mil quince. Establece que la distinción de comisario honorario de la Policía Nacional podrá otorgarse a aquellas personas que, no habiendo pertenecido al citado Cuerpo, se hubieran distinguido por los merecimientos contraídos en virtud de la labor realizada a favor del mismo. El expediente en el que se recogen los méritos para recibir la distinción es interno y no se hace público, por lo que resulta imposible conocer qué actuaciones ha protagonizado el agraciado para recibirla. Lo que facilita también que se preserve la privacidad del premiado, algo que en el caso de tus jubilados amigos les vendrá de perlas. Si se les concediera lo de comisario honorario se haría una excepción porque esa distinción no se otorga así como así, de hecho hay años que no se concede a nadie y cuando se hace solo suele ser a una persona. El hecho de que se concedieran tres de golpe sería algo inédito en los anales del Cuerpo.
-  Pues chico, no sé qué decirte. Quizá fuera conveniente que opinaran ellos. ¿Te parece pertinente que se lo pregunte?
- No solamente lo creo pertinente sino aconsejable. Háblalo con ellos y me cuentas sus impresiones.
   Grandal reúne a sus amigos y les cuenta las intenciones del Ministerio del Interior.
- ¿Qué nos quieren dar una cruz? – se asombra Ponte -, ¿y por qué?
- Tú eres el único que no debería formular esa pregunta – responde con guasa Ballarín -. Si no hubieses estado paseando a tu nieto Julio delante de las puertas del Museo de América un fatídico día de octubre del pasado año lo del robo del Tesoro Quimbaya no nos hubiera afectado para nada. Si ahora nos quieren poner una cruz tú eres el primer culpable.
- Oye, Jacinto, ¿y qué diferencia hay entre la cruz de marras y lo de comisario honorario? – quiere saber Álvarez.
- Ambas son distinciones que se otorgan a civiles que han llevado a cabo trabajos e investigaciones que han ayudado a la justicia y que han colaborado al prestigio de la policía – A continuación Grandal les explica a grandes rasgos como son materialmente tanto la cruz como el carnet y la placa de comisario honorario.
- O sea, que si nos nombran comisarios de policía tendremos tu misma categoría – y al decir esto a Álvarez le brillan los ojos de pura satisfacción.
- Pues sí, desde un punto de vista honorífico, claro – precisa Grandal.
- A ver si te he entendido bien – apunta Ballarín tan amigo de la precisión como siempre -.
Dices que un buen número de personas ajenas a la Policía Nacional son distinguidas cada año con la Medalla al Mérito Policial con distintivo blanco. En cambio, el nombramiento de comisario honorario a una persona ajena al Cuerpo de Policía es muy restringido, tanto que se viene escogiendo solamente a un premiado al año. ¿Es correcto?
- Correcto.
- Entonces lo tengo claro, prefiero que me nombren comisario honorario – concluye Ballarín.
- Lo mismo digo, si se puede elegir, me pido comisario – secunda Álvarez.
- A mí me da igual una cosa que otra. Lo que vosotros prefiráis – comenta Ponte.
   Grandal le comenta al Jefe de Patrimonio la elección de sus amigos: quieren ser comisarios.
- Pues a alguien en el Ministerio le va a sentar a cuerno quemado porque nunca se han otorgado tres distinciones de ese rango en el mismo año. ¿Aunque sabes lo que te digo? Creo que tus amigos se lo han ganado.
   Una vez resuelto lo de las distinciones, Ramos le cuenta a Grandal la noticia que éste llevaba tantos meses esperando: a efectos prácticos el robo del Tesoro Quimbaya ha sido resuelto. En Francia, concretamente en Paris, han sido detenidos y puestos a disposición judicial los integrantes de la banda que realizó el asalto al furgón blindado que devolvía al Museo de América el lote de joyas quimbayas que el ente madrileño había prestado al museo parisino du Quai du Branly. La banda estaba formada por varios albanokosovares que eran los del gatillo fácil, por dos belgas expertos en el robo de objetos de arte y por un grupito de sicarios colombianos que formaban la guardia pretoriana del sujeto de la misma nacionalidad que dirigía al grupo. Uno de los belgas y el cabecilla de la banda en el último momento consiguieron escapar.
- Oye, ¿y de los autores intelectuales qué se sabe?
- Al parecer, están identificados y digo al parecer porque sigue habiendo claroscuros en este caso. Por tanto, solo resta la identificación y, si ello fuera posible, la puesta a disposición de la justicia de los autores intelectuales del robo. Lo de si fuera posible es porque los que planearon el robo del Tesoro Quimbaya parece que residen fuera de España y se tendrá que estar a lo que disponga el ordenamiento jurídico internacional o, en su caso, los acuerdos bilaterales entre España y el país o países de los que sean oriundos los tramoyistas del robo. 
- Y el resto de las piezas robadas, ¿cuándo se devolverán al Museo de América?
- Eso quisiera saber yo. Cuando le formulé esa pregunta al Secretario de Estado de Seguridad se me quedó mirando como si le hubiese preguntado si el Papa de Roma es católico. De mí para ti, Jacinto, en los muchos años que llevo en el Cuerpo nunca me había tropezado con un caso que oliera tanto a chamusquina como este. Aquí nada es lo que parece y nada parece lo que es.