"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 23 de septiembre de 2014

3.40. Se acabó el sueño del apartamento con vistas al mar


   El controvertido año 2000 ha transcurrido en Senillar más o menos como en el resto del mundo: mucho ruido y pocas nueces. Los años que siguen discurren asimismo por parecidos cauces que en la última década, lo que es particularmente acusado en Senillar que sigue creciendo en población y en construcciones. El sueño de poseer un apartamento con vistas al mar continúa siendo un poderoso reclamo y las viviendas en las zonas costeras continúan vendiéndose como si fueran rosquillas. Basta con dar una entrada, que los promotores procuran que sea asequible, y luego firmar un rimero de papeles de la correspondiente hipoteca para que españolitos y demás europeos, desde la clase medio-baja hasta los burgueses con pretensiones, puedan adquirir un apartamento, una vivienda adosada o un chalé unifamiliar; eso sí, siempre con vistas al mar. Dentro del tinglado inmobiliario local la otrora poderosa empresa BACHSA, actualmente en concurso de acreedores, ha sido sustituida por una miríada de constructores que continúan llenando la costa de hormigón. La única zona que hasta el momento se ha salvado de la expansión inmobiliaria es la de la Marina, gracias a que pende sobre ella una sentencia judicial.

   La gente, en general, está contenta: hay trabajo, el dinero fluye generosamente y como un día explicó Pascual Tormo a sus alumnos, citando a Lope de Rueda, se vive en una especie de tierra de Jauja en la que parece haber un río de miel y otro de leche y a los hombres se les pagase por dormir. No a todos alcanza tanta bonanza, también existen marginales. Ese es el caso de Sergio y Lorena. Continúan habitando el más que modesto piso cuyo alquiler siguen pagando los padres de él. Viven a salto de mata con lo que Sergio saca de los ocasionales trabajos que le van surgiendo y, cuando ello es imposible, de la ayuda paterna. Lorena no aporta nada a la economía familiar, no está en condiciones de trabajar. La pareja sigue con el tratamiento de la metadona y son la viva estampa de dos yonquis en plena decadencia.
   Hoy es un día más en su gris existencia. Sergio está tirado más que sentado en un cochambroso sofá. Se despereza al oír el leve ruido que hace la raída cortina que sirve de puerta a la única habitación de la casa. Lorena aparece en el quicio, está tan flaca que se le pueden contar las costillas, lleva una camiseta que termina cuatro dedos por encima del ombligo y unas braguitas con pinta de sucias.
- ¿Qué haces ahí tirado, hoy no curras? – pregunta con lengua pastosa.
- El curro se acabó ayer. Hasta la próxima semana no hay nada.
- ¡Vaya mierda!, tendremos que ir a papar a casa de tu abuelo. Anda, sé buen chico y prepárame un café, a ver si se me quita el cabezón que tengo.
- Se terminó ayer. Y tampoco hay leche, pero te puedo poner una tacita de agua del grifo – la irónica respuesta le ha salido de forma mecánica.
- No me toques los ovarios, guapito de cara, que no estoy para coñas marineras. Al menos líame un chino.
- ¿Estás de broma o qué? Hace la intemerata que en esta casa no entra una puta papelina. Y levanta el culo de una vez o llegaremos tarde.
- ¿Dónde hay que ir?
- Si te parece, a ver como reparan el yate. Hay que ir por la metadona.
- Ah, claro. ¿A qué día estamos?
- Ni lo sé ni me importa. – es la destemplada respuesta de Sergio.
- Voy a ver el calendario de la cocina.
- Ese calendario es del 2007 y si no recuerdo mal ha pasado un año de eso - la voz de Sergio es un puro sarcasmo.

   Los políticos locales, aquellos que fueron procesados por el caso Tornasol, han desaparecido de la vida pública. A los sucesores el caso no parece que les haya impactado excesivamente porque continúan con parecidas prácticas que sus antecesores, especialmente las referidas a sus relaciones con los que mueven los hilos del mundo del ladrillo. El cohecho y la prevaricación siguen siendo moneda habitual, al menos en el ámbito de la política municipal. Eso sí, los procedimientos se han vuelto más sinuosos, las formas más cautas y las precauciones contra posibles fugas de datos sobre autorizaciones que bordean la legalidad, cuando no la vulneran por completo, se han multiplicado.
   La entrada de la economía española en el euro, algo que ocurrió en 2002, ha supuesto una desmedida alza de los precios, lo que se nota especialmente en la vivienda donde el incremento de precios es espectacular. Mucha gente no acaba de asumir que cada unidad monetaria de la Unión Europea cuesta 166,386 unidades de la vieja peseta y siguen dando al céntimo europeo el mismo valor que daban al céntimo de peseta cuando aquel vale dieciséis veces más. Ello también repercute en el ámbito inmobiliario donde no es inusual que también se produzcan desajustes a la hora de la conversión de pesetas en euros.
- Esa recalificación que pretendes es muy problemática, se tendrían que hacer muchos enjuagues y lograr la cooperación de un montón de funcionarios. Y eso siempre requiere una compensación – comenta el alcalde al empresario de turno que solicita una autorización que está más allá de la ley.
- Alcalde, comprendo que lo que pido tiene un precio, pero estoy convencido de que, como en anteriores ocasiones, llegaremos a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. ¿Qué te parecen 120.000? – propone el empresario.
- Pues que como broma vale, pero si hablas en serio te diré que una cantidad así es una ofensa. Con la de gente a la que hay que convencer, ¿dónde voy con 120.000 pesetas? Eso no da ni para contentar al último mono de la concejalía de urbanismo.
- Perdona, alcalde, pero me refería a 120.000 euros. Unos veinte millones de las antiguas pesetas – precisa el promotor.
- Ah, eso es otro cantar. La verdad es que no termino de pillar lo del jodido euro.

   Hoy toca reunión de la Asociación de Empresarios de la Construcción de la mancomunidad de Albalat, Benialcaide y Senillar. La finalidad de la conferencia es oír un informe que la dirección pidió sobre el desarrollo de la Ley Urbanística Valenciana de fines del 2005 y de cómo puede afectarles en su negocio. Entre plato y plato las opiniones de los comensales sobre el texto legal van y vienen:
- Pues yo, a diferencia de otros, en general me parece una buena ley. Hilando más fino hay algunas partes del texto que podrían eliminarse, por ejemplo: eso del fomento del mercado del suelo para su promoción social es una patochada. Para promover el mercado del suelo ya estamos nosotros, por algo nos llamamos promotores – concluye el empresario con una risotada.
- Yo también le pongo alguna que otra pega a la ley. Y según mis abogados eso de la garantía de la legalidad urbanística, dependiendo de en qué sentido se desarrolle, puede traernos un montón de problemas.
- A ver, compañeros, escuchad, por favor – quizá por la firmeza de la llamada o porque quien ha hecho la petición es el presidente de la asociación el silencio se hace en el grupo -. Como sabéis: hace unos meses encargamos al reputado catedrático de derecho, don Eusebio Fernández-Gallarza, que elaborara un dictamen sobre la ley del 2005. Una copia de dicho dictamen se os entregará al terminar la reunión – al ver alguna mano que se levanta el presi agrega -. No se ha hecho antes porque los últimos ejemplares están todavía encuadernándose.  Bien, como decía solo voy a hacer un mínimo resumen. Según Fernández-Gallarza la ley, y el desarrollo que ha tenido en los dos años que lleva de vigencia, establece un modelo de agente urbanizador que es absolutamente favorable a nuestros intereses. Es cierto que dispone un modelo de garantías, pero no entra a determinar de qué modo deben agruparse los propietarios, pues el agente urbanizador puede ser cualquier empresa que obtenga la concesión. Y eso nos deja las manos libres para proceder según nos interese. Por ello os propongo un brindis – todo el mundo se pone de pie -: por las leyes que no solo regulan el urbanismo, sino que también propician el fomento de la construcción. Compañeros, amigos: nos espera un futuro verdaderamente brillante.
   A la salida de la reunión uno de los asistentes pregunta a otro empresario a quien considera mucho más leído:
- Oye, Alejandro, y eso de las hipotecas subprime de que tanto habla la prensa salmón, ¿qué coño es?
   
   El sueño del apartamento con vistas al mar y todas las historias que a su alrededor se han gestado, como la de Sergio y Lorena, acaba de iniciar su debacle… por ahora.

                                                         FIN





      AVISO
      El blog seguirá publicándose bisemanalmente durante lo que resta de septiembre.
      Iremos dando las claves para poder entender mejor la trama y las reacciones de los personajes de la nueva novela “La pertinaz sequía”, cuyas primeras entradas se colgarán en la red a principios de octubre.
     Puesto que el nuevo texto es un relato en el que priman las emociones, sentimientos y pasiones es imprescindible tener un conocimiento cabal de la época en la que se desarrolla la novela: aquellos años de una España postrada por las consecuencias de una terrible guerra civil, aislada internacionalmente y sojuzgada por una dictadura que intentaba controlarlo todo, desde quienes debían detentar el poder – del gobierno de la nación al último villorrio – hasta la moral o las relaciones entre hombres y mujeres.
      Conoceremos las luces, escasas, y las sombras, muchas, de aquella España que, como rezaba el lema franquista, era Una, Grande y Libre. Quizá fuera una, pero desde luego ni era grande ni mucho menos libre.