"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 1 de septiembre de 2023

Libro IV. Episodio 11. Los flirteos de Pilar

A finales de febrero es motivo de mayor debate en la tertulia la noticia que acaba de publicar la prensa: se ha hecho público que las reclamaciones por los daños causados por la Revolución de Asturias son ya más de 3000. El problema es que los juristas no se ponen de acuerdo sobre a quién reclamar: ¿al gobierno?, no, pues él no puso en marcha la revolución, sino que luchó contra ella; ¿a la Alianza Obrera que fue la impulsora de la asonada?, no es posible, ha desaparecido al ilegalizarla. 

   -Me temo que los reclamantes lo tienen crudo. Como dicen en el ejército, tendrán que reclamar al maestro armero –comenta, chanceándose, uno de los contertulios.

   -Pues alguien debería pagar los estropicios porque tengo entendido que solo a la Iglesia Católica le destrozaron y quemaron bienes por muchos millones de pesetas. Y no digamos de los asesinatos de sacerdotes, frailes y seminaristas; eso no hay dinero que lo pague –arguye Julio.

Llega la primavera y parece que la preocupación del matrimonio Carreño por el celibato de Pilar puede acabarse. Desde febrero, está saliendo regularmente con un joven médico que trabaja en el hospital de la Cruz Roja. Todavía no lo ha presentado a la familia, pero parece que la relación va por buen camino porque salen todos los fines de semana que el chico no tiene guardia. Javier Izaguirre, de padres vascos pero nacido en Madrid, es un joven bien parecido, luce una negra cabellera engominada y ostenta un frondoso bigote. Ambos jóvenes tienen parecidos gustos y aficiones, y Javier, que es muy aficionado a los deportes, ha llevado a la joven a ver algunos partidos de fútbol de los dos grandes equipos de la capital: el Real Madrid y el Atlético de Madrid, o los merengues y los colchoneros, como se llama popularmente a sus respectivos aficionados. Ahora, la está iniciando en un deporte que no es nuevo para Pilar, aunque ella lo ha practicado de forma recreativa, el ciclismo. Precisamente, se está corriendo la primera vuelta ciclista a España que se disputará entre el 29 de abril y el 15 de mayo en catorce etapas. La Vuelta comenzó en Madrid y también terminará en la capital. Debido a lo que pesan las bicicletas de hierro, al recorrido de casi 3500 kilómetros y a la escasa preparación física, solo logran acabar la prueba veintinueve ciclistas, uno de ellos, un belga, es el vencedor.

Hay otra práctica, mitad física, mitad mental, que Pilar acaba de descubrir, el yoga. La disciplina hindú, que acaba de introducirse en España, es todo un hallazgo para la joven ya que le atrae mucho más que los deportes a los que la invita Javier. En un hotelito de la colonia de El Viso, unos británicos han montado una academia de yoga a la que se ha apuntado la joven. Allí conoce a Íñigo de la Rosa, un practicante avanzado que, desde el primer momento, la fascina. Es un hijo de papá que, a sus veintiséis años, sigue viviendo de la sopa boba y que no piensa darle un palo al agua porque, como explica a Pilar, es un señorito y como tal el trabajo no está hecho para él, tampoco lo necesita pues su familia tiene dinero por castigo. Íñigo tiene ojos azules, pelo rubio, rostro un tanto alargado en el que destaca una nariz prominente, es alto, delgado y con una apariencia un tanto efébica. Pilar, que nunca ha conocido alguien como él, se siente atraída por el joven desde el minuto uno. El resultado inmediato es que deja de salir con Izaguirre, ante el consiguiente disgusto de sus padres que consideraban al médico un buen partido.

Totalmente ajena a lo que piensan los padres sobre su relación, Pilar sigue terne en su empeño de seducir a Íñigo de la Rosa que continúa dejándose querer, pero sin hacer nada por su parte. La joven boticaria contrapone la actitud de sus dos últimos romances: Javier era una especie de pulpo a quien se lo tenía que quitar de encima porque, en cuanto se quedaban solos, se pasaba con los achuchones; a Íñigo, en cambio, le da igual que estén solos que acompañados, su actitud indolente y un tanto desdeñosa es la misma. La relación con de la Rosa hace que los Carreño vuelvan a tener esperanzas de que su hija mayor no acabe siendo una solterona, pues si está saliendo regularmente con el joven igual la amistad termina en noviazgo, y aún se alegran más al enterarse de que el efébico dandi es hijo de una acomodada familia.

   -A ver si de una vez se nos casa la chica. No sea que se le vaya a pasar el arroz –comenta el padre.

   -Y por lo que parece, el joven con el que sale vive en Madrid y no hay peligro de que tenga que irse de la ciudad –añade la madre.

Por su parte, Álvaro, del 1 al 8 de julio, asiste al V concurso de atletismo de la Marina, celebrado en la murciana base aeronaval de San Javier. Cuando cree que le van a dar el permiso veraniego, recibe la orden de presentarse en el destructor Velasco, con base en Marín, en el que desempeñará el destino de tiro y torpedos, por lo que no puede despedirse de su madre y hermanos que se van a veranear al cántabro pueblecito de Suances. En esta ocasión, Pilar no ha querido ir, como suele hacer en agosto, porque está empeñada en seducir a Íñigo que se deja querer, pero sin que por su parte haga nada por corresponder.

Cuando los Carreño vuelven de Suances, y  Julio retoma las visitas a la tertulia del Comercial, se encuentra con el enésimo cambio de gobierno. El presidente de la república sustituye a Lerroux por Joaquín Chapaprieta. El nuevo gobierno se apoya en formaciones netamente de derechas, como el Partido Republicano Radical, la CEDA, el Partido Agrario y la Lliga Catalana. Como habían pronosticado algunos tertulianos del Comercial, el gobierno del radical Chapaprieta dura un visto y no visto y pronto dimite, por lo que la inestabilidad política se acentúa. También ocurren sucesos preocupantes más allá de las fronteras españolas. A mediados de septiembre, Hitler firma las denominadas Leyes de Núremberg que privan a los judíos de la ciudadanía alemana; un paso más en la exaltación del racismo ario. Y en octubre, las tropas de Benito Mussolini invaden Abisinia sin que haya habido provocación alguna por parte de los abisinios. Lo de los judíos no merece comentarios en la tertulia, pero sí lo de la expansión italiana.

   -Y en Abisinia, que no sé dónde coño está, ¿qué se les ha perdido a los macarronis? –pregunta Hernández.

   -Está en el llamado Cuerno de África –contesta Infantes, que añade-. Y lo que ha motivado a Mussolini posiblemente sea el ansia expansionista del fascismo y su meta, que nunca ha ocultado, de reconstruir el antiguo imperio romano.

En el plano político, la dimisión de Chapaprieta crea una sensación de crisis general del centroderecha que da pie al presidente Alcalá Zamora para imponer un gobierno sin contar con la CEDA de Gil Robles, partido mayoritario de la derecha. El presidente desea un gabinete centrista, aunque no cuente con apoyo parlamentario, y encomienda la formación de gobierno a Portela, de ideología liberal y centrista, que solo resiste dos semanas en el poder. Ante el fracaso de su primer gobierno, Portela opta por formar otro con políticos que no representen a ningún partido, y cambia la cúpula militar por generales adictos al republicanismo?

   -¿Y se sabe por qué lo ha hecho? –pregunta un tertuliano.

   -Porque hay insistentes rumores de amenazas golpistas.

Finalmente, ante la frontal oposición de los partidos de izquierda y el riesgo de no poder controlar las Cortes, el presidente de la república opta por disolverlas convocando elecciones. Los días 16 y 23 de febrero se celebran las terceras elecciones generales de la II República. Los Carreño mayores de edad van a votar a la CEDA. Sin embargo, quien obtiene una mayoría parlamentaria es la coalición del Frente Popular. El Frente está formado por un batiburrillo de partidos de izquierda que van desde el PSOE a Esquerra Republicana de Cataluña o al joven Partido Comunista de España. La participación, en contra de lo habitual, se acerca al 76 por ciento del censo, lo que se atribuye al voto obrero que no ha seguido las consignas abstencionistas del anarquismo.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 12. Una democracia con déficit democrático

 

 

Libro IV. Episodio 11. Los flirteos de Pilar

 

A finales de febrero es motivo de mayor debate en la tertulia la noticia que acaba de publicar la prensa: se ha hecho público que las reclamaciones por los daños causados por la Revolución de Asturias son ya más de 3000. El problema es que los juristas no se ponen de acuerdo sobre a quién reclamar: ¿al gobierno?, no, pues él no puso en marcha la revolución, sino que luchó contra ella; ¿a la Alianza Obrera que fue la impulsora de la asonada?, no es posible, ha desaparecido al ilegalizarla. 

   -Me temo que los reclamantes lo tienen crudo. Como dicen en el ejército, tendrán que reclamar al maestro armero –comenta, chanceándose, uno de los contertulios.

   -Pues alguien debería pagar los estropicios porque tengo entendido que solo a la Iglesia Católica le destrozaron y quemaron bienes por muchos millones de pesetas. Y no digamos de los asesinatos de sacerdotes, frailes y seminaristas; eso no hay dinero que lo pague –arguye Julio.

Llega la primavera y parece que la preocupación del matrimonio Carreño por el celibato de Pilar puede acabarse. Desde febrero, está saliendo regularmente con un joven médico que trabaja en el hospital de la Cruz Roja. Todavía no lo ha presentado a la familia, pero parece que la relación va por buen camino porque salen todos los fines de semana que el chico no tiene guardia. Javier Izaguirre, de padres vascos pero nacido en Madrid, es un joven bien parecido, luce una negra cabellera engominada y ostenta un frondoso bigote. Ambos jóvenes tienen parecidos gustos y aficiones, y Javier, que es muy aficionado a los deportes, ha llevado a la joven a ver algunos partidos de fútbol de los dos grandes equipos de la capital: el Real Madrid y el Atlético de Madrid, o los merengues y los colchoneros, como se llama popularmente a sus respectivos aficionados. Ahora, la está iniciando en un deporte que no es nuevo para Pilar, aunque ella lo ha practicado de forma recreativa, el ciclismo. Precisamente, se está corriendo la primera vuelta ciclista a España que se disputará entre el 29 de abril y el 15 de mayo en catorce etapas. La Vuelta comenzó en Madrid y también terminará en la capital. Debido a lo que pesan las bicicletas de hierro, al recorrido de casi 3500 kilómetros y a la escasa preparación física, solo logran acabar la prueba veintinueve ciclistas, uno de ellos, un belga, es el vencedor.

Hay otra práctica, mitad física, mitad mental, que Pilar acaba de descubrir, el yoga. La disciplina hindú, que acaba de introducirse en España, es todo un hallazgo para la joven ya que le atrae mucho más que los deportes a los que la invita Javier. En un hotelito de la colonia de El Viso, unos británicos han montado una academia de yoga a la que se ha apuntado la joven. Allí conoce a Íñigo de la Rosa, un practicante avanzado que, desde el primer momento, la fascina. Es un hijo de papá que, a sus veintiséis años, sigue viviendo de la sopa boba y que no piensa darle un palo al agua porque, como explica a Pilar, es un señorito y como tal el trabajo no está hecho para él, tampoco lo necesita pues su familia tiene dinero por castigo. Íñigo tiene ojos azules, pelo rubio, rostro un tanto alargado en el que destaca una nariz prominente, es alto, delgado y con una apariencia un tanto efébica. Pilar, que nunca ha conocido alguien como él, se siente atraída por el joven desde el minuto uno. El resultado inmediato es que deja de salir con Izaguirre, ante el consiguiente disgusto de sus padres que consideraban al médico un buen partido.

Totalmente ajena a lo que piensan los padres sobre su relación, Pilar sigue terne en su empeño de seducir a Íñigo de la Rosa que continúa dejándose querer, pero sin hacer nada por su parte. La joven boticaria contrapone la actitud de sus dos últimos romances: Javier era una especie de pulpo a quien se lo tenía que quitar de encima porque, en cuanto se quedaban solos, se pasaba con los achuchones; a Íñigo, en cambio, le da igual que estén solos que acompañados, su actitud indolente y un tanto desdeñosa es la misma. La relación con de la Rosa hace que los Carreño vuelvan a tener esperanzas de que su hija mayor no acabe siendo una solterona, pues si está saliendo regularmente con el joven igual la amistad termina en noviazgo, y aún se alegran más al enterarse de que el efébico dandi es hijo de una acomodada familia.

   -A ver si de una vez se nos casa la chica. No sea que se le vaya a pasar el arroz –comenta el padre.

   -Y por lo que parece, el joven con el que sale vive en Madrid y no hay peligro de que tenga que irse de la ciudad –añade la madre.

Por su parte, Álvaro, del 1 al 8 de julio, asiste al V concurso de atletismo de la Marina, celebrado en la murciana base aeronaval de San Javier. Cuando cree que le van a dar el permiso veraniego, recibe la orden de presentarse en el destructor Velasco, con base en Marín, en el que desempeñará el destino de tiro y torpedos, por lo que no puede despedirse de su madre y hermanos que se van a veranear al cántabro pueblecito de Suances. En esta ocasión, Pilar no ha querido ir, como suele hacer en agosto, porque está empeñada en seducir a Íñigo que se deja querer, pero sin que por su parte haga nada por corresponder.

Cuando los Carreño vuelven de Suances, y  Julio retoma las visitas a la tertulia del Comercial, se encuentra con el enésimo cambio de gobierno. El presidente de la república sustituye a Lerroux por Joaquín Chapaprieta. El nuevo gobierno se apoya en formaciones netamente de derechas, como el Partido Republicano Radical, la CEDA, el Partido Agrario y la Lliga Catalana. Como habían pronosticado algunos tertulianos del Comercial, el gobierno del radical Chapaprieta dura un visto y no visto y pronto dimite, por lo que la inestabilidad política se acentúa. También ocurren sucesos preocupantes más allá de las fronteras españolas. A mediados de septiembre, Hitler firma las denominadas Leyes de Núremberg que privan a los judíos de la ciudadanía alemana; un paso más en la exaltación del racismo ario. Y en octubre, las tropas de Benito Mussolini invaden Abisinia sin que haya habido provocación alguna por parte de los abisinios. Lo de los judíos no merece comentarios en la tertulia, pero sí lo de la expansión italiana.

   -Y en Abisinia, que no sé dónde coño está, ¿qué se les ha perdido a los macarronis? –pregunta Hernández.

   -Está en el llamado Cuerno de África –contesta Infantes, que añade-. Y lo que ha motivado a Mussolini posiblemente sea el ansia expansionista del fascismo y su meta, que nunca ha ocultado, de reconstruir el antiguo imperio romano.

En el plano político, la dimisión de Chapaprieta crea una sensación de crisis general del centroderecha que da pie al presidente Alcalá Zamora para imponer un gobierno sin contar con la CEDA de Gil Robles, partido mayoritario de la derecha. El presidente desea un gabinete centrista, aunque no cuente con apoyo parlamentario, y encomienda la formación de gobierno a Portela, de ideología liberal y centrista, que solo resiste dos semanas en el poder. Ante el fracaso de su primer gobierno, Portela opta por formar otro con políticos que no representen a ningún partido, y cambia la cúpula militar por generales adictos al republicanismo?

   -¿Y se sabe por qué lo ha hecho? –pregunta un tertuliano.

   -Porque hay insistentes rumores de amenazas golpistas.

Finalmente, ante la frontal oposición de los partidos de izquierda y el riesgo de no poder controlar las Cortes, el presidente de la república opta por disolverlas convocando elecciones. Los días 16 y 23 de febrero se celebran las terceras elecciones generales de la II República. Los Carreño mayores de edad van a votar a la CEDA. Sin embargo, quien obtiene una mayoría parlamentaria es la coalición del Frente Popular. El Frente está formado por un batiburrillo de partidos de izquierda que van desde el PSOE a Esquerra Republicana de Cataluña o al joven Partido Comunista de España. La participación, en contra de lo habitual, se acerca al 76 por ciento del censo, lo que se atribuye al voto obrero que no ha seguido las consignas abstencionistas del anarquismo.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 12. Una democracia con déficit democrático

 

Libro IV. Episodio 11. Los flirteos de Pilar

 

A finales de febrero es motivo de mayor debate en la tertulia la noticia que acaba de publicar la prensa: se ha hecho público que las reclamaciones por los daños causados por la Revolución de Asturias son ya más de 3000. El problema es que los juristas no se ponen de acuerdo sobre a quién reclamar: ¿al gobierno?, no, pues él no puso en marcha la revolución, sino que luchó contra ella; ¿a la Alianza Obrera que fue la impulsora de la asonada?, no es posible, ha desaparecido al ilegalizarla. 

   -Me temo que los reclamantes lo tienen crudo. Como dicen en el ejército, tendrán que reclamar al maestro armero –comenta, chanceándose, uno de los contertulios.

   -Pues alguien debería pagar los estropicios porque tengo entendido que solo a la Iglesia Católica le destrozaron y quemaron bienes por muchos millones de pesetas. Y no digamos de los asesinatos de sacerdotes, frailes y seminaristas; eso no hay dinero que lo pague –arguye Julio.

Llega la primavera y parece que la preocupación del matrimonio Carreño por el celibato de Pilar puede acabarse. Desde febrero, está saliendo regularmente con un joven médico que trabaja en el hospital de la Cruz Roja. Todavía no lo ha presentado a la familia, pero parece que la relación va por buen camino porque salen todos los fines de semana que el chico no tiene guardia. Javier Izaguirre, de padres vascos pero nacido en Madrid, es un joven bien parecido, luce una negra cabellera engominada y ostenta un frondoso bigote. Ambos jóvenes tienen parecidos gustos y aficiones, y Javier, que es muy aficionado a los deportes, ha llevado a la joven a ver algunos partidos de fútbol de los dos grandes equipos de la capital: el Real Madrid y el Atlético de Madrid, o los merengues y los colchoneros, como se llama popularmente a sus respectivos aficionados. Ahora, la está iniciando en un deporte que no es nuevo para Pilar, aunque ella lo ha practicado de forma recreativa, el ciclismo. Precisamente, se está corriendo la primera vuelta ciclista a España que se disputará entre el 29 de abril y el 15 de mayo en catorce etapas. La Vuelta comenzó en Madrid y también terminará en la capital. Debido a lo que pesan las bicicletas de hierro, al recorrido de casi 3500 kilómetros y a la escasa preparación física, solo logran acabar la prueba veintinueve ciclistas, uno de ellos, un belga, es el vencedor.

Hay otra práctica, mitad física, mitad mental, que Pilar acaba de descubrir, el yoga. La disciplina hindú, que acaba de introducirse en España, es todo un hallazgo para la joven ya que le atrae mucho más que los deportes a los que la invita Javier. En un hotelito de la colonia de El Viso, unos británicos han montado una academia de yoga a la que se ha apuntado la joven. Allí conoce a Íñigo de la Rosa, un practicante avanzado que, desde el primer momento, la fascina. Es un hijo de papá que, a sus veintiséis años, sigue viviendo de la sopa boba y que no piensa darle un palo al agua porque, como explica a Pilar, es un señorito y como tal el trabajo no está hecho para él, tampoco lo necesita pues su familia tiene dinero por castigo. Íñigo tiene ojos azules, pelo rubio, rostro un tanto alargado en el que destaca una nariz prominente, es alto, delgado y con una apariencia un tanto efébica. Pilar, que nunca ha conocido alguien como él, se siente atraída por el joven desde el minuto uno. El resultado inmediato es que deja de salir con Izaguirre, ante el consiguiente disgusto de sus padres que consideraban al médico un buen partido.

Totalmente ajena a lo que piensan los padres sobre su relación, Pilar sigue terne en su empeño de seducir a Íñigo de la Rosa que continúa dejándose querer, pero sin hacer nada por su parte. La joven boticaria contrapone la actitud de sus dos últimos romances: Javier era una especie de pulpo a quien se lo tenía que quitar de encima porque, en cuanto se quedaban solos, se pasaba con los achuchones; a Íñigo, en cambio, le da igual que estén solos que acompañados, su actitud indolente y un tanto desdeñosa es la misma. La relación con de la Rosa hace que los Carreño vuelvan a tener esperanzas de que su hija mayor no acabe siendo una solterona, pues si está saliendo regularmente con el joven igual la amistad termina en noviazgo, y aún se alegran más al enterarse de que el efébico dandi es hijo de una acomodada familia.

   -A ver si de una vez se nos casa la chica. No sea que se le vaya a pasar el arroz –comenta el padre.

   -Y por lo que parece, el joven con el que sale vive en Madrid y no hay peligro de que tenga que irse de la ciudad –añade la madre.

Por su parte, Álvaro, del 1 al 8 de julio, asiste al V concurso de atletismo de la Marina, celebrado en la murciana base aeronaval de San Javier. Cuando cree que le van a dar el permiso veraniego, recibe la orden de presentarse en el destructor Velasco, con base en Marín, en el que desempeñará el destino de tiro y torpedos, por lo que no puede despedirse de su madre y hermanos que se van a veranear al cántabro pueblecito de Suances. En esta ocasión, Pilar no ha querido ir, como suele hacer en agosto, porque está empeñada en seducir a Íñigo que se deja querer, pero sin que por su parte haga nada por corresponder.

Cuando los Carreño vuelven de Suances, y  Julio retoma las visitas a la tertulia del Comercial, se encuentra con el enésimo cambio de gobierno. El presidente de la república sustituye a Lerroux por Joaquín Chapaprieta. El nuevo gobierno se apoya en formaciones netamente de derechas, como el Partido Republicano Radical, la CEDA, el Partido Agrario y la Lliga Catalana. Como habían pronosticado algunos tertulianos del Comercial, el gobierno del radical Chapaprieta dura un visto y no visto y pronto dimite, por lo que la inestabilidad política se acentúa. También ocurren sucesos preocupantes más allá de las fronteras españolas. A mediados de septiembre, Hitler firma las denominadas Leyes de Núremberg que privan a los judíos de la ciudadanía alemana; un paso más en la exaltación del racismo ario. Y en octubre, las tropas de Benito Mussolini invaden Abisinia sin que haya habido provocación alguna por parte de los abisinios. Lo de los judíos no merece comentarios en la tertulia, pero sí lo de la expansión italiana.

   -Y en Abisinia, que no sé dónde coño está, ¿qué se les ha perdido a los macarronis? –pregunta Hernández.

   -Está en el llamado Cuerno de África –contesta Infantes, que añade-. Y lo que ha motivado a Mussolini posiblemente sea el ansia expansionista del fascismo y su meta, que nunca ha ocultado, de reconstruir el antiguo imperio romano.

En el plano político, la dimisión de Chapaprieta crea una sensación de crisis general del centroderecha que da pie al presidente Alcalá Zamora para imponer un gobierno sin contar con la CEDA de Gil Robles, partido mayoritario de la derecha. El presidente desea un gabinete centrista, aunque no cuente con apoyo parlamentario, y encomienda la formación de gobierno a Portela, de ideología liberal y centrista, que solo resiste dos semanas en el poder. Ante el fracaso de su primer gobierno, Portela opta por formar otro con políticos que no representen a ningún partido, y cambia la cúpula militar por generales adictos al republicanismo?

   -¿Y se sabe por qué lo ha hecho? –pregunta un tertuliano.

   -Porque hay insistentes rumores de amenazas golpistas.

Finalmente, ante la frontal oposición de los partidos de izquierda y el riesgo de no poder controlar las Cortes, el presidente de la república opta por disolverlas convocando elecciones. Los días 16 y 23 de febrero se celebran las terceras elecciones generales de la II República. Los Carreño mayores de edad van a votar a la CEDA. Sin embargo, quien obtiene una mayoría parlamentaria es la coalición del Frente Popular. El Frente está formado por un batiburrillo de partidos de izquierda que van desde el PSOE a Esquerra Republicana de Cataluña o al joven Partido Comunista de España. La participación, en contra de lo habitual, se acerca al 76 por ciento del censo, lo que se atribuye al voto obrero que no ha seguido las consignas abstencionistas del anarquismo.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 12. Una democracia con déficit democrático