"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

martes, 1 de octubre de 2013

2.11. Tendremos parte de la tarta

   Una vez que el director general adjunto de Cajaeuropa tiene su bonus personal asegurado por los principales socios de BACHSA, convoca al director de la caja en Senillar para informarle de los últimos acontecimientos.
- Agustín, el acuerdo con la gente de BACHSA está muy encaminado, casi con plena seguridad van a llevar adelante el proyecto de urbanizar la costa, lo que te coloca en una posición clave. Vamos a reforzar tu oficina con más personal. Las grandes cifras en lo que respecta a la financiación vamos a gestionarlas desde la central, pero en todo lo concerniente a los préstamos a pequeños proveedores, a cuentas de crédito a los subcontratistas locales y, especialmente, en lo referente al negocio hipotecario lo vas a manejar tú y tendrás un amplio margen de maniobra.
- Gracias por la confianza, Gaspar. Puedes estar seguro de que no os voy a defraudar, ni al consejo de administración ni, particularmente, a ti.
- No lo dudo, ahora bien, en esta operación hay algo que quiero que te quede bien claro. Tengo plena confianza en tu capacidad y sé que lo harás bien, pero si en algún momento ves que el volumen del negocio supera tus fuerzas espero de tu probada lealtad que me lo hagas saber.
- Gaspar, estoy convencido de que voy a poder gestionar el asunto de la mejor forma posible.
- Cuento con ello, pero insisto, si la magnitud de la operación llegara a desbordarte, no dudes ni un segundo en planteármelo. Te buscaría un nuevo puesto en la central con más categoría profesional y mejor sueldo. Te digo esto para que estés tranquilo al saber que en todo momento vas a tener las espaldas cubiertas. Es mucho lo que la caja va a invertir en la operación y pretendemos que todos los actores, principales o secundarios, que participéis de manera activa en el proyecto sepáis que la dirección os va a respaldar.

   De camino a Senillar, Badenes no deja de pensar en la reunión mantenida con su nuevo jefe mientras una sonrisa maquiavélica se dibuja en su boca. Parece como si Moltó se hubiese olvidado de que quien comenzó a tirar del hilo de la cometa del proyecto urbanizador fue él. No le ha parecido oportuno recordárselo, así como tampoco le ha dicho que él no estudió en una universidad norteamericana, pero que en el seminario le enseñaron que para obrar con provecho no hay que dar puntada sin hilo y que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.
   En cuanto llega al pueblo le falta tiempo para llamar a José Ramón Arbós y Amador Garcés; son las personas que, desde el primer día, ha elegido como futuros socios y, en cierto modo, hombres de paja para llevar a la práctica la trama que ha diseñado para quedarse con una porción del pastel que se está cocinando. Cuando se juntan los tres en la suite de un hotel de Benialcaide, y sin apenas preámbulos, Badenes les pone en antecedentes:
- Hay muchas probabilidades de que una gran empresa constructora urbanice buena parte de la costa del pueblo. Incluso, si las cosas fueran bien, hasta piensan construir algo especial en el marjal. Os lo cuento porque ésta va a ser una ocasión única para ganar millones a espuertas. Los empresarios en cuestión van a necesitar a gente de aquí que les sirva de puente para acceder a los del Ayuntamiento, así como para que actúen de intermediarios y agentes de la propiedad inmobiliaria en la compra de terrenos y en la posterior venta de apartamentos  – Antes de facilitar más detalles, Badenes formula una pregunta cuya respuesta ya conoce, pero que en todo caso plantea - ¿Os interesaría participar en el negocio?

   Arbós y Garcés casi se quitan la palabra en su prisa por contestar. Como suele ocurrir entre ellos, es Amador quien cede la palabra a José Ramón.
- Naturalmente que sí, Agustín, y te agradecemos sinceramente que hayas pensado en nosotros. Creo que puedo asegurarte en nombre de los dos que nos tienes a tu entera disposición.
- Estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por José Ramón y añado – remacha Garcés – que es algo que no olvidaremos y que, en su momento, sabremos agradecerte.
- Luego hablaremos de agradecimientos. De momento vamos a dejar algunas cuestiones muy claritas. Lo que os voy a proponer no es negociable, o aceptáis el paquete entero o lo dejamos correr. En el negocio que os ofrezco, vosotros seréis los que daréis la cara, yo no puedo aparecer como involucrado por mi posición como empleado de la caja. Las decisiones a adoptar en el transcurso de la operación las tomaremos los tres, pero sólo yo tendré capacidad de veto si alguna propuesta no me parece correcta, algo que espero que no ocurra. Ah, y otra cuestión, también os pido discreción. De lo que hablemos aquí hoy, o en el futuro, no debéis contar una sola palabra. ¿De acuerdo?
   Arbós y Garcés asienten al unísono sin mirarse siquiera.

   Una vez obtenido el asentimiento de sus interlocutores, el bancario prosigue con sus explicaciones:
- Pasemos al operativo. Lo primero a llevar a cabo es que habrá que activar ARBOGAR para convertirla en el centro gestor de la compra de terrenos. Eso en principio, en una segunda fase tendrá más actividades. Hay algo más, para afrontar con solvencia el volumen de negocio que tendrá que manejar la empresa resulta de todo punto imprescindible que llevéis a cabo una ampliación de capital – Sin dar tiempo a que intervengan sus interlocutores, Badenes les tranquiliza-. No os preocupéis, la ampliación técnicamente no os costará un duro, pues la práctica totalidad la suscribiré yo por medio de persona interpuesta, seguramente será un primo  de mi mujer. Por supuesto, la ampliación de capital la realizaréis sin dar un cuarto al pregonero. ¿Algún problema al respecto?
   Tanto Arbós como Garcés, tras cruzar una rápida mirada, se apresuran a asentir. Badenes prosigue su explicación:
- Como una de las primeras actuaciones que realizará la nueva ARBOGAR será la compra de terrenos, tenéis que fichar a un equipo de gente de plena confianza para que, en cuanto me confirmen que la caja y los promotores han cerrado el acuerdo, se pongan a comprar fincas lo más cercanas al mar. Al principio los corredores contarán que compran para unos empresarios cerámicos de Villarreal que adquieren la tierra para plantar nuevos huertos de naranjos como medio de desgravar impuestos. Es posible que no todos se lo traguen, pero servirá para los primeros días, luego habrá que contar la verdad.
¿Hasta aquí me seguís?

   Garcés vuelve a cabecear asintiendo, en cambio Arbós parece no tenerlo tan claro. Los ricos siempre suelen tener miedo de dejar de serlo, por eso son tan cuidadosos con sus dineros.
- ¿Y qué pasa si la operación sale mal o si la caja y los promotores rompen su acuerdo? ¿Y si los de la constructora no quieren quedarse con los terrenos comprados? ¿Qué haríamos entonces con ellos?
- José Ramón, tus preguntas me parecen muy apropiadas, pero tranquilo que tengo respuestas para todas. Vais a comprar fincas, no con vuestro dinero sino con el que la caja prestará a los constructores, por tanto todas las operaciones que hagamos van a estar totalmente aseguradas, aun en el supuesto, harto improbable, de que la caja y los empresarios rompieran sus acuerdos.
- ¿Entonces…? – Arbós aún muestra una última reticencia.
- Entonces, José Ramón, este negocio es tan seguro como si lo avalara el Banco de España. Ahora bien, si tienes la más mínima duda, no hay problema, buscaré otros socios…
   Quien se apresura a intervenir es Amador Garcés que, a la par que fulmina a su socio con la mirada, asegura:
- No es necesario que busques a nadie, Agustín. Nos tienes a nosotros para cuanto quieras. Las dudas expresadas por José Ramón debes entenderlas como más retóricas que otra cosa. En otras palabras, no busques a nadie, somos tus hombres. ¿No es así, socio?
- Claro que sí. Tus explicaciones, Agustín, me han convencido – asegura Arbós.
- No esperaba otra respuesta de vosotros. Y os prometo una cosa: aquí se va a hornear una tarta espléndida y nosotros vamos a reclamar una porción y, tanto si quieren como si no, nuestra parte no nos la va a quitar nadie.