"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 26 de agosto de 2022

Libro III. Episodio 159. Tienes que aprobar por bemoles

  Julio se ha topado hoy en el casino con que sus amigos debaten sobre un tema que ni conoce ni le interesa: la conversión del Imperio Otomano en la república turca por obra y gracia de un tal Mustafá Kemal Ataturk, un militar que se ha empeñado en occidentalizar un país musulmán como Turquía. Cuando el tema decae, el doctor Lavilla les da la noticia de que ha fallecido Lenin, al que le sucede Iósif Stalin. Les detalla que el fundador de la URSS ha muerto a los cincuenta y tres años y que en su funeral y subsiguiente cortejo fúnebre han participado millones de personas. Como el interés del galeno por lo que ocurre en la antigua Rusia no parece compartirlo nadie, el tema pronto se difumina. En cambio, cuando a fines de febrero Julio llega a la tertulia encuentra a sus amigos metidos en una animada discusión, el motivo es que el dictador, Primo de Rivera, ha clausurado el Ateneo de Madrid y, además, ha desterrado al famoso escritor Miguel de Unamuno a la lejana isla canaria de Fuerteventura, tras desposeerle de su cátedra en la Universidad de Salamanca.

   -¿Y por qué ha hecho esa cacicada? –pregunta don Romualdo.

   -Porque es lo que hacen los caciques. Cierto es que Unamuno no se ha privado de atacar en la prensa tanto a Alfonso XIII como a Primo, pero eso no es motivo para quitarle la cátedra que ganó en una oposición –contesta Lavilla, acérrimo seguidor del pensador vasco.

   -O sea, que de Dictablanda, nada –puntualiza Liaño.

   En lo que respecta estrictamente a la familia Carreño, los últimos meses del curso van a ser decisivos para el futuro del primogénito, pues hacia su final se va a presentar al examen de ingreso en la Escuela Naval Militar, por lo que ha de echar el resto para no defraudar a su familia. Por su parte, Pilar, matriculada en la Facultad de Farmacia, lleva ya los meses suficientes para comprobar que hizo bien en empecinarse en estudiar esa carrera, pues se maneja en los estudios como pez en el agua.

   El primer trimestre de 1925 discurre rápido y llegan las vacaciones de Semana Santa. Este año ha caído tarde, pues el Domingo de Ramos es el 13 de abril. Unos días antes, el doctor Lavilla cuenta a sus contertulios que Adolf Hitler ha sido condenado a cinco años de cárcel por alta traición al intentar deponer por la fuerza al Gobierno bávaro. La noticia queda tapada por otra de la misma fecha: el 1 de abril en España se constituyen los ayuntamientos de todo el país según el nuevo estatuto de régimen local basado en un concepto organicista de la vida social. Y justo en medio de la Semana Santa, don Eduardo lleva a la tertulia una noticia que sorprende a todos, no por la información en sí, que no les dice gran cosa, sino porque es la primera vez que el terrateniente les ofrece una noticia.

   -¿Saben que anteayer se constituyó en Madrid la Compañía Telefónica Nacional de España?, de la que por cierto me ha aconsejado el director de la Caja de Badajoz que compre acciones pues en poco tiempo subirán como la espuma –Julio, que es de los pocos que tiene buenos ahorros, sí presta atención a la noticia.

   Terminada la Semana Santa, Pilar y Álvaro retornan a Madrid. Para la joven el último trimestre del curso se presenta cómodo pues hasta ahora ha aprobado cuantos exámenes parciales ha hecho. Para su hermano se presenta duro puesto que la Gaceta de Madrid ya ha publicado la convocatoria de la oposición para el ingreso en la Escuela Naval. El tío Luis le ha anticipado la noticia.

   -Sobrino, en unos días se va a publicar la convocatoria para San Fernando. Por lo que me han dicho, van a salir sesenta y tantas plazas. Confío que una de ellas sea para ti. Y para ello los próximos dos meses nada de salidas, enciérrate en casa y échale codos. Aunque conviene que de vez en cuando hagas unos largos de piscina; sería una broma pesada que te suspendieran en la prueba física.

   -Ah, ¿pero es que la prueba física también es eliminatoria?

   -Naturalmente, como las demás. Pero tampoco te preocupes demasiado, básicamente lo más importante de la prueba es la natación y me has dicho que sabes nadar muy bien. Aunque cada año suele haber dos o tres aspirantes que se tiran a la piscina, se hunden como plomos pues no saben nadar y tienen que sacarlos medio ahogados.

   La inminencia del ingreso coadyuva a que Álvaro esté cada vez más volcado en el mundo de la náutica y específicamente en el de la Armada. Y entre el variopinto mundo de cuestiones que desconocía descubre que la Marina española está frecuentemente en contacto con otras marinas de países europeos, sobre todo con la Royal Navy que en ese primer tercio del siglo es un referente para las demás marinas de guerra. Ahora comprende porque en la Armada le dan tanta importancia al conocimiento del inglés. Otro descubrimiento que hace es que la política internacional influye, directa e indirectamente, en el desarrollo de las flotas navales, por lo que comienza a interesarse por lo que ocurre más allá de las fronteras.

   El mes de junio está a la vuelta de la esquina, como quien dice, y los nervios de Álvaro, ante la inminencia de la oposición, están más tensos que la piel de un tambor. Para colmo de males, la primavera le ha ocasionado un brote alérgico que le provoca picores en la nariz y que los ojos le lagrimeen. Preocupado, le pregunta al tío Luis si eso puede influir en el resultado del reconocimiento médico.

   -Una simple alergia no presupone que no tengas una salud de hierro. De todos modos no pierdes nada yendo al médico y que te recete algo para eliminar el brote o, al menos, para que no estornudes tanto. Y aplaca los nervios que eso no te va a ayudar.

   Álvaro acata el consejo de su tío y va al médico quien le receta unas grageas que le ayudarán a paliar los efectos de la alergia. Pero para los nervios parece que no hay pastillas que los curen. Es Pilar quien le da los mejores consejos para calmar sus temores.

   -Mira, tato,  lo que debes hacer es algo que me enseñaron en la IlE. Haz un cuadro cartesiano, con dos columnas en las ordenadas, una que ponga a favor y otra que ponga en contra. Y en la abscisa vas anotando todas las cuestiones que creas necesarias para aprobar la oposición, y a cada una de ellas le pones una cruz en la columna vertical que estimes que tiene más probabilidades de que sea así. No te lo sé explicar mejor, pero creo que habrás entendido el sentido básico del método.

   -Pero si soy juez y parte, al mismo tiempo, lo más probable es que no sea objetivo –objeta Álvaro tan riguroso como siempre.

   -Vamos a hacer una cosa. Te voy a ayudar, tú serás la parte y yo seré la juez.

   Así lo hacen. Es Pilar quien hace el cuadro de doble entrada y luego debaten sobre las cuestiones que deben figurar en las ordenadas.

   -¿Cuál crees que debería ser la primera cuestión? –A la pregunta de Pilar, su hermano duda, por lo que es la joven quien toma la iniciativa-. Para aprobar una oposición, como para aprobar cualquier examen, lo fundamental es ir bien preparado. Entonces, la primera cuestión sería: ¿estoy bien preparado?, ¿cuál es tu respuesta? –Álvaro no lo duda.

   -Lo estoy –y Pilar marca una cruz en la columna de a favor y prosigue-. ¿Cómo son los exámenes, escritos u orales?

   -Son todos escritos, salvo la prueba física, naturalmente.

   -Entonces, ¿cómo andas de ortografía?, porque si la tienes mala te podría restar puntuación.

   -Ando bien, se me escapa alguna tilde, sobre todo en los pronombres relativos, y a veces me armo un lío con las comas, pero en general bien. Recordarás lo pesada que se ponía la abuela Pilar con lo de la ortografía y la de dictados que nos hacía –Pilar pone otra cruz en la columna de a favor.

    -No se me ocurren más cuestiones. Pero vamos a ver, ¿de qué partes consta la oposición?

   -Pues lo primero es un reconocimiento médico, luego…

   -No sigas, vamos por partes. Tú estás sano, el reconocimiento lo pasarás sin problemas, ¿verdad?, pues otra marca a favor. La prueba siguiente es…

   -La prueba física. Has de saltar el caballo, trepar por una cuerda de ocho metros en la que puedes apoyar los pies y nadar cien metros en menos de dos minutos.

   -¿Y todo eso crees que lo superaras?

   -Sin ningún problema, lo hemos entrenado en el CHA y recordarás, pues nos hemos bañado muchas veces juntos, que nado muy bien.

   -Bien, otra marca a tu favor. Las siguientes pruebas son…

   -El examen de un idioma extranjero que, según nos han contado, suele ser flojito y además no es eliminatorio. Y en el CHA nos han apretado mucho en inglés por lo que creo que lo voy a superar sin mayores problemas.

   -Estupendo, otra cruz a tu favor.

   -Luego viene la parte más difícil y donde suspende más gente: los exámenes de física, análisis  matemático, geometría y cálculo, que tienen una parte de teoría y otra de problemas, y que se puntúan globalmente. Si no apruebas la teoría quedas suspendido, si la apruebas pasas a los problemas.

   -Un inciso, ¿exactamente qué es el análisis matemático?, es lo único que no he dado hasta ahora.

   -Es una rama de las matemáticas que estudia los conjuntos matemáticos, tanto desde el punto de vista algebraico como topológico, así como las funciones entre esos conjuntos y las construcciones derivadas.

   -¿Y cómo vas en esas materias?

   -Entre los que nos preparamos en el CHA soy de los mejores, ten en cuenta que hice un año de exactas y eso me ha ayudado mucho. Estaba algo pegado en geometría, pero después de dos cursos preparándome creo que la puedo aprobar sin mayores problemas.

   -Pues otra marca a tu favor. ¿Qué más pruebas hay?

   -Son las últimas, si las apruebas ingresas directamente en San Fernando.

   -Bien, veamos que dice el recuento, seis marcas en la columna de a favor y cero en la de en contra. O sea que, como diría el tío Luis, tienes que aprobar por bemoles, hermanito.

   -¿Estás segura?

   -No soy infalible augurando, pero el método cartesiano sí.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro III, Los hijos, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 160. Que Dios reparta suerte