"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

domingo, 29 de junio de 2014

*** Verano en el hemisferio norte

   Este blog se lee en países de ambos lados de la línea ecuatorial, pero se escribe en España, de ahí la precisión sobre el verano del que hablo.
   En algunos países europeos, la noche del 23 al 24 de junio, festividad de San Juan Bautista, es considerada como una noche mágica. Alrededor de esa jornada, en la que en el hemisferio norte ya ha llegado el verano, es cuando viajo a mi Senillar particular. Cambio el tórrido clima de la meseta castellana por el suave de la costa mediterránea. Me voy a gozar de sus limpias aguas, de su genuino codolar, de su paz y sosiego. Ni atascos en las calles ni multitudes en las playas. Un pequeño y desconocido paraíso.
   Pese a las tentaciones estivales, mantendré el ritmo bisemanal de las entregas, con una excepción: agosto, ese mes es el tradicional período en el que los españoles, los que pueden, cogen vacaciones. Lo que voy a hacer en dicho mes es seguir colgando episodios de Apartamento con vistas al mar, pero en lugar de las dos entregas semanales solo publicaré una, los viernes.  
   Anuncio asimismo que la novela está llegando a su término. Aún no he escrito los últimos episodios, cerrar una historia siempre es complicado, pero probablemente en septiembre, lo más tarde en octubre, daré a conocer el cuasi final de la historia de Sergio y Lorena y el desenlace del boom inmobiliario en Senillar.
   Felices vacaciones para los afortunados lectores que vayan a disfrutarlas y, en todo caso, les deseo a todos un grato verano. En cuanto a los del sur confío que tengan un invierno templado. 

viernes, 27 de junio de 2014

4.20. ¿Por qué tanto miedo los medios?

   Los prolegómenos de la nueva manifestación se inician en la forma que había previsto Pascual Tormo. Los promotores de la protesta hacen circular por los mentideros locales que van a volver a manifestarse y que no tienen ningún miedo a los esquiroles de la banda de los “pepes”. No será con sus groseros insultos como los van a parar repiten a quien quiera oírles. Entre la gente que, por muy diferentes motivos, arropa a los constructores nadie parece reparar que la frase encierra todo un reto: tendréis que hacer algo más que injuriarnos para reventar nuestra protesta. Solo hay una persona que ventea el peligro, Agustín Badenes que así lo confiesa a su socio José Ramón Arbós:
- No me gusta ni un pelo el cariz que está tomando lo de la próxima manifestación.
- Tranquilo, Agustín, no son más que chiquilladas. Pasará como la otra vez, saldrá a la calle un grupito de estudiantes acompañados por unos cuantos jubilados, lanzarán sus panfletos, armarán un poco de revuelo y luego se volverán por donde vinieron. Y hasta es posible que haya menos asistencia, de momento mi hija Chelo no acudirá, me lo ha prometido.
- Bueno, ojalá sea como dices. Ahora solo cabe rezar para que ese hatajo de esquiroles, que teledirigen los hombres de BACHSA, no meta la pata y se líe la parda.

   La nueva manifestación acoge a un número de personas similar a la anterior, la composición de los manifestantes también es parecida, solo hay un par de diferencias respecto a la última vez: hay un cámara en espera de acción para grabarla, un radiofonista haciendo entrevistas y un par de plumillas atentos a cualquier hecho que sea noticiable. El problema es que no pasa nada que lo sea, la otra diferencia es que la masa de los contra manifestantes es sensiblemente superior a los que trataron de reventar la anterior movida.
   El desarrollo de la protesta está discurriendo por los cauces previstos: los que abanderan la manifestación recorren el itinerario marcado por la autoridad,  enarbolando sus pancartas y coreando los eslóganes contra la urbanización de la Marina, mientras los esquiroles los abuchean y les lanzan toda clase de insultos, cuanto más vejatorios mejor. Todo parece transcurrir dentro de la nerviosa atmósfera que suele rodear a esa clase de actos, hasta que un confuso incidente, que posteriormente nadie fue capaz de averiguar quién lo inició, es el desencadenante de un rifirrafe en el que ambos grupos se lían a porrazos y aquello acaba como el rosario de la aurora. Ahora sí que los periodistas presentes tienen materia noticiable.
   Al día siguiente todos los medios regionales recogen la reyerta en sus informativos presentándola como si aquello hubiese sido un sangriento enfrentamiento, cuando no pasó de ser una pelea callejera que se saldó con un brazo roto, algunos cortes y varias contusiones de menor importancia. Quizá el hecho de que el día padezca una acusada sequía de noticias es la causa de que la información también llegue a los medios de ámbito nacional, la primera cadena de Televisión Española recoge la información en sus telediarios. Y lo que es más trascendente, el periódico El País, el primero que suelen leer los políticos, le dedica un editorial poniéndola como ejemplo de lo que el nuevo gobierno de los populares piensa hacer con la costa española: llenarla de hormigón, cargándose al mismo tiempo todos los parajes que deberían ser protegidos por el valor de su flora y fauna.

   Los que primero acusan la noticia son los especialistas de marketing que trabajan para BACHSA. El director de la empresa llama a capítulo a Eliseo Lavilla, quien hasta ahora ha teledirigido la estrategia de los contra manifestantes.
- Eliseo, ¿viste anoche el telediario de la uno?
- Sí, jefe, lo vi. Y esta mañana lo primero que hice fue llamar al secretario de AJOTSE y ordenarle que cierre la sede la asociación y que tanto él como el otro tipo que la dirigía se reintegren a sus anteriores trabajos. Y que todo lo hagan de la forma más discreta posible.
- ¡A buenas horas, mangas verdes! – exclama el jefe visiblemente contrariado -. ¿Pero no les dijiste a esos melones que nada de violencia?
- Claro que lo dije y les insistí mucho en ello. De hecho, hasta ayer no se había producido ningún altercado de esta clase. Y todavía no me explico cómo ha podido pasar éste.
- ¿Has pensado que puede ocurrir si algún medio los entrevista?
- Si he de ser sincero, no había caído en esa posibilidad. De uno de ellos, Sergio, sé que sabría capear el temporal, pero el otro es más bruto que un arado, será capaz de soltar cualquier burrada.
- Haz lo siguiente: además de cerrar la sede, págales un mes de sueldo con la condición de que se larguen del pueblo durante ese tiempo y que cuando vuelvan mantengan la boca cerrada. Y recemos para que el asunto acabe ahí.

   El asunto de la Marina no acaba donde impetraba el experto en mercadotecnia. Por el momento, y siguiendo la sugerencia de Pascual Torno que sigue manejando bajo cuerda los entresijos de la protesta, los manifestantes con algún tipo de lesión han presentado denuncia en los juzgados de primera instancia e instrucción de Gandía. Por otra parte, diversas organizaciones y grupos ecologistas se han puesto en contacto con los responsables de la manifestación mostrándoles su apoyo y solidaridad y pidiéndoles más información para estudiar de qué manera y a través de qué cauces pueden ayudarles.

   En la sede valenciana del PP la noticia no despierta ninguna inquietud. En la del PSOE se limitan a llamar al comité local y únicamente les indican que deberían aprovechar el incidente para calentar los próximos plenos municipales. El asunto podría haber acabado su recorrido ahí, hasta que en los despachos de la calle Génova, sede nacional de los populares, y de la calle Ferraz, donde radica el aparato nacional de los socialistas, alguien da la voz de alarma. Casi al mismo tiempo se descuelgan los teléfonos y desde los órganos centrales tiran de las orejas a las respectivas directivas regionales.
- Juan Ignacio, ¿qué pasa con el lío ese de Senillar? – pregunta el secretario ejecutivo de Política Autonómica del PP al vicesecretario de Política Territorial de la comunidad.
- ¿Un lío en Senillar? – se pregunta más que responde el vicesecretario, dándose tiempo para encontrar una respuesta que sea medio congruente -. Ah, sí, ahora caigo. Nada que deba preocuparnos, el típico follón pueblerino
- Una noticia que sale en El País y a la que dedica un editorial es cualquier cosa menos un follón pueblerino. Mándame por fax toda la información que tengas sobre el pueblo y sus asuntos urbanísticos y diles a los de allí que no den un solo paso ni hagan una puñetera declaración a los medios sin consultarte antes. Estaremos en contacto.
   Desde la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE quien descuelga el teléfono es el secretario de Relaciones Internacionales y Política Autonómica. El vicesecretario de Organización de la calle Blanquerías, sede de la dirección de los socialistas valencianos, es quien le atiende.
- Paco, ¿has leído El País de esta mañana? ¿Qué coño pasa en ese pueblo?
   El vicesecretario le da toda la información que tiene sobre el asunto; toda, no. Le oculta que la noche anterior tuvo una larga charla con el secretario general del partido en la localidad y al comunicarle que iban a aprovechar el incidente para denunciar al gobierno municipal del PP por su desastrosa, y quizá corrupta gestión urbanística, tuvo que escuchar como su correligionario se negaba en redondo a ello.
- ¿Cómo que te niegas? Esta es la ocasión que estábamos esperando para coger a esos advenedizos de la calle Quart por los mismísimos y retorcérselos hasta que revienten.
- Ni se os ocurra - es la tajante respuesta del secretario local.
- ¿Pero en qué clase de partido crees que militas?
- En el partido que, cuando gobernaba Senillar, fue el que autorizó el PAI de la Marina. Como comprenderás, compañero, no podemos ahora salir a los medios diciendo que está mal lo que yo, como alcalde que era, aprobé hace cuatro días. Al menos, conmigo no contéis, antes dimito. La verdad es que no sé por qué tenéis tanto miedo a los medios.

martes, 24 de junio de 2014

4.19. Lameculos y encima cornudo

  El Ayuntamiento no se ha atrevido a denegar el permiso para la celebración de la manifestación en contra de urbanizar la Marina y los promotores de la protesta, agrupados en la Asociación de Jóvenes Unidos por un Senillar Libre, se apresuran a ultimar los postreros detalles de la misma.
- Oye, Chelo, ¿al final el pichafría de Tormo va a estar en primera fila de la mani o qué?
- No. Ha dicho que ese día tiene un tribunal de tesis doctoral en el CEU de Madrid y que no le es posible excusarse. Para mí que no es más que un pretexto para no dar la cara.
- Ese boquituerto es de los que ponen una vela a Dios y otra al diablo.
- Con Tormo o sin él, lo importante es que la mani vaya adelante, lo de menos es quién esté llevando la pancarta. Y sobre eso tengo que daros una mala noticia: yo tampoco voy a estar. El carroza de mi padre me ha amenazado que si voy me va a meter en un internado.
- No se atreverá.
- Me temo que sí. Mamá asegura que esta vez está muy cabreado y que no se va a echar atrás. Lo he pensado mucho y creo que es más inteligente y, sobre todo, más práctico no llevarle la contraria en esto. Porque si me envía fuera del pueblo, aunque no sea a un internado, no podré seguir trabajando con vosotros para pararles los pies a esos chorizos del ladrillo.

   En la Asociación de Jóvenes Trabajadores de Senillar también se están preparando para la manifestación. En su caso, para reventarla o, al menos, para minimizar su importancia entre la población y, en especial, para que su eco no llegue a los medios de comunicación, que es la principal preocupación de la gente de marketing que trabaja para BACHSA, que es quien está detrás de la estrategia esquirol. Eliseo Lavilla, el experto que teledirige la operación, da las pertinentes instrucciones a los teóricos dirigentes de la banda de los “pepes”, como es conocida en el pueblo AJOTSE.
- El Ayuntamiento ha autorizado nuestra manifestación, el mismo día y a la misma hora, pero por diferente recorrido, que la programada por los estudiantes.
- ¿Entonces cómo preparamos nuestra manifestación? – quiere saber Sergio.
- No nos manifestaremos, haremos un conato, pero lo que realmente vamos a hacer es reventar la marcha de los chavales.
- ¿Qué hacemos, los molemos a palos? – pregunta Maximino.
- De ponerles la mano encima nada de nada. Lo que tenéis que hacer es tratar de resquebrajar su moral con toda suerte de abucheos, improperios y cuanto se os ocurra para que se vengan abajo.
- O sea, llamarles hijos puta, cabrones, mariconazos y todo lo que sigue – apunta Maxi.
- No, tampoco es eso, tenéis que insultarlos de modo que quede patente para la población que los que se manifiestan son una panda de hijos de papá, de señoritos, de vagos, de melindrosos, de blandengues, de meapilas. En fin, cuanto se os ocurra, pero que vaya en la dirección de mostrarles como un grupo de privilegiados que jamás han dado un palo al agua y que, encima, protestan contra aquello que da trabajo y pan a la gente que ha de sudar para poder comer. Si conseguís eso, lograremos que la mayoría de la población no secunde su protesta.
- A todo esto, ¿cuántos tíos nos vas mandar? – inquiere Sergio.
- De acuerdo con los datos de manifestantes que habéis previsto creo que con una treintena será suficiente.

   La manifestación es un fracaso para ambas asociaciones. Los de AJUSEL logran congregar un corto número de manifestantes, entre adolescentes, jóvenes y jubilados. Los de AJOTSE también fracasan porque sus intentos de minar la moral de quienes se manifiestan insultándoles con toda clase de lindezas no produce el efecto deseado. Al final, hay un pequeño incidente entre varios manifestantes y unos cuantos esquiroles que, afortunadamente, solo se traduce en un cruce de amenazas y más insultos. Lo único reseñable es el empujón que recibe uno de los adolescentes que protestan y que termina con el chaval en el suelo; al caer se hace una pequeña brecha en la cabeza, sus compañeros lo llevan al consultorio de la seguridad social donde restañan la herida calificada de leve. El facultativo elabora el preceptivo informe, una copia del cual termina en el cuartelillo de la Guardia Civil que, al no haberse presentado denuncia alguna, archiva las diligencias.

   El grupo que lidera la protesta contra la urbanización de la Marina se reúne para evaluar el resultado de la manifestación y planificar nuevas acciones.
- Lo cierto es que hemos conseguido bien poco. La asistencia fue muy pequeña y no parece que hayamos logrado gran cosa – se lamenta uno de los chavales.
- Y encima los de la banda de esquiroles de los “pepes” tocándonos los cojones – se queja otro.
- Y por si faltaba algo no hemos sido noticia en ningún periódico, radio o tele. Nada, como si no hubiese ocurrido nada.
- Precisamente por ahí es por donde hemos de atacar, por los esquiroles y los medios.
   Chelo Arbós les cuenta la idea que le ha soplado Pascual Tormo. Lo importante no es manifestarse sino que la prensa lo recoja y para conseguirlo es imprescindible que haya cuantos más incidentes mejor. Lo que deberían hacer es airear por todas las esquinas que volverán a manifestarse y que no le tienen miedo a nadie y menos a los esquiroles que los pusieron a caldo que, encima, son casi todos forasteros. Lo que deben conseguir es que los contra manifestantes se calienten y cuando los insulten enfrentarse con ellos. Es posible que alguien termine con un ojo a la funerala, con algún chichón o, en el peor de los casos, con un hueso roto, pero habrá que dar por bien empleados esos pequeños percances porque seguro que su protesta será recogida por los medios. Y cuanto más follón se monte más repercusión mediática van a tener. Tormo, que tiene algunos contactos con medios de comunicación de la capital, se ha comprometido a que el día de la nueva protesta haya presentes algunos representantes de la prensa, radios y televisiones regionales.

   La dirección de AJOTSE se reúne asimismo para valorar sus esfuerzos para reventar la protesta. También ellos están descontentos con el resultado.
- La verdad, Lavilla, es que no hemos conseguido nada, pese a todo cuanto les dijimos, los chavales no alteraron ni el paso ni el talante. Para mí que lo tenían bien estudiado – comenta Sergio.
- Ya lo dije yo – recuerda Maximino – que solo con insultos y bobadas de esas no íbamos a lograr nada. Otro gallo nos hubiese cantado si les hubiéramos soltado una mano de hostias. Unos cuantos guantazos bien repartidos son mano de santo para acojonar a esos chiquilicuatros.
   Lavilla duda sobre qué hacer si los estudiantes vuelven a manifestarse como se rumorea por los mentideros locales. Conocedor de quién es la cabeza pensante de la asociación le pregunta:
- Sergio, ¿y tú qué opinas, también crees que a palos se yugulará la protesta?
- No creo que liándonos a palos consigamos algo. Tú insistes siempre en que lo más importante no es que se manifiesten sino que la protesta no la recojan los medios. Si llegamos a la pelea barriobajera hay muchas probabilidades de que sí lleguen los hechos a la prensa. Yo pienso como tú, Eliseo, mejor será seguir actuando con mano de hierro, pero en guante de terciopelo, como solía repetir uno de mis profes del colegio.
   Lavilla está de acuerdo con la postura de Sergio que, en definitiva, también es la suya y les ordena que sigan atosigando a los manifestantes, pero sin llegar a las manos. Esta vez les enviará más peones para ver si el número les impone. En cuanto el experto se marcha, Maximino revienta:
- Colega, eres el tío más pelota que me he echado a la cara. Por eso llevas el carrerón que llevas, porque siempre dices a los jefes lo que quieren oír. Supongo que también por eso tienes contenta a la golfa de tu churri.
 - Lorena no es ninguna golfa – salta Sergio como un resorte -. Para que te enteres, yo fui el primer hombre que conoció.
   La carcajada que suelta Maximino retumba en el despacho.
- ¿Qué tú fuiste el primero? Amos, anda, pues menudo pardillo eres. Por si no lo sabes, yo fui quien la desvirgó, y bien puta que salió que estaba todo el día detrás de mí como una gata en celo. Y después de mí, conozco al menos a diez tíos que también se la han tirado. ¿No te han contado que tu zorrilla era uno de los chochitos más buscados del pueblo? Pues para que te enteres de una jodida vez, llevas unos cuernos más grandes que el marrajo que empitonó al Paquirri. ¡Joder, con el pichafloja, lameculos y encima cornudo!

viernes, 20 de junio de 2014

4.18. Lo que faltaba, los calabreses

   Llegan dos representantes de la Società di Gestione Grazzi para establecer los primeros contactos con los directivos de BACHSA. Lo primero que plantean es que un delegado de la sociedad italiana entre a formar parte del consejo de administración de la empresa constructora. Tras un medido tira y afloja, más para salvaguardar las apariencias que otra cosa, el directorio aprueba la petición.
   En la primera reunión del consejo de administración de BACHSA se aprueba el nombramiento del representante de la sociedad calabresa, se trata del avvocato Enrico Montofarni. A continuación, el consejero delegado da la palabra a Juan Antonio Cardona quien, como responsable de las finanzas de la compañía, expone el actual estado financiero de la empresa. Comienza con la noticia que más temen los empresarios: habrá que rascarse el bolsillo:
- Lamento informar a los señores consejeros que, pese a la reciente ampliación de capital, seguimos padeciendo una creciente falta de liquidez debida fundamentalmente a las crecientes exigencias de Cajaeuropa respecto a refinanciar la masiva compra de nuevos solares.
- Eso no dice nada a favor de cómo se lleva la planificación financiera. Hicimos una ampliación hace cuatro días y ¿ya estamos ante otro cuello de botella? Pido una explicación y que sea convincente – exige un consejero representante de un fondo de inversión.
- La explicación, caballeros, es simple. Nos hemos visto obligados a comprar la mayor parte de los solares del PAI de la Marina antes de que lo hiciese la competencia. Esos terrenos se han encarecido notablemente porque los propietarios son conscientes de lo que valen y porque, como acabo de decir, hay otras empresas muy interesadas en el desarrollo del PAI. Resultado: pese a la nueva capitalización que ha supuesto la ampliación nos encontramos con un preocupante déficit de caja. Y no veo más que tres soluciones: inyectar nuevo capital, vender parte de los terrenos adquiridos o aceptar las, en mi opinión, inaceptables condiciones de la caja.
- Lo de inyectar nuevo capital me huele a otra ampliación. Si lo hiciéramos, ¿qué clase de mensaje estaríamos mandando a los hipotéticos inversores? Pues que BACHSA no es una empresa solvente. Me parece muy poco serio y alguien debería pagar por ello – acusa otro de los miembros del consejo.
- Si me permiten los señores consejeros, explico lo que ha ocurrido - vuelve a intervenir Cardona -. Cuando planeamos la ampliación todavía no habían llegado las nuevas exigencias de la caja respecto a la refinanciación. Si lo hubiesen hecho antes, la salida al parqué hubiese sido con un mayor volumen de acciones. En todo caso – Juan Antonio saca de su lujoso attaché un documento -, aquí está el escrito de mi dimisión como responsable de la gestión financiera y, si el consejo también lo creyera pertinente, mi renuncia como miembro del comité directivo.

   La renuncia de Cardona a sus cargos directivos produce una pequeña conmoción en el consejo traducida en el barullo que sigue a su dimisión. Nadie parece tener muy claro la postura a adoptar, hasta que interviene el consejero delegado, a quien Cardona explicó detalladamente la situación financiera de la empresa hace ya varios días:
- Señores, lo que acaba de explicar Juan Antonio Cardona es la situación real ante la que nos encontramos y de la que él no es el único culpable. Les recuerdo que la ampliación se aprobó por unanimidad, así como antes habíamos aprobado la adquisición de algo más de un millón de metros cuadrados en el sector de la Marina de Senillar. Sobre ambas resoluciones, Cardona es tan culpable como el resto de los que componemos este consejo. Dicho esto, he de añadir que si los terrenos se han encarecido por encima de nuestras proyecciones o si Cajaeuropa ha incrementado exageradamente la comisión que nos quiere cobrar por sus anticipos crediticios no es culpa de nadie de los que se sientan en esta mesa, Cardona incluido. Por consiguiente, no es de recibo la petición de cortar cabezas, sino el momento de aportar soluciones y nuestro hombre de las finanzas ya nos ha adelantado cuales son las tres opciones que tenemos. Eso es lo que hay que debatir, elegir la mejor o, si lo prefieren, la menos mala para nuestros intereses – concluye Oriol Bricart.
   Después de la parrafada del consejero delegado, Rodrigo Huguet, uno de los máximos responsables de la masiva compra de terrenos, toma la palabra, así lo ha convenido previamente con Bricart:
- Caballeros, me reafirmo en lo que siempre mantuve en anterior reuniones del consejo. Comprar suelo en las costas mediterráneas es un valor tan seguro como tener una cuenta en el Banco de España. ¿Dónde van a seguir pasando sus vacaciones la gente de la Europa central, de las islas británicas, de los países escandinavos, de la gélidas estepas rusas? Pues en nuestro litoral. ¿Dónde van a pasar los fríos inviernos europeos los cada vez más numerosos jubilados del norte de los Pirineos? Pues en nuestras costas. Tener solares en el litoral del Mare Nostrum y edificar ciudades residenciales en los mismos es una apuesta tan segura como apostar a que nuestro común amigo Arechabaleta, y permítanme la humorada, es capaz de ganar a cualquiera de nosotros en una partida de mus.

   La última frase de Huguet consigue arrancar una pálida sonrisa a alguno de los consejeros. Serenados los ánimos del consejo y, tras la no admisión por el mismo de la renuncia de Cardona, el debate se centra en el problema expuesto por el hombre de las finanzas y las posibles soluciones al mismo. La mayoría opina que si el desarrollo urbanístico continúa con su imparable evolución los terrenos adquiridos se pondrán a precio de oro. Y si no encontrasen una buena solución al inmediato déficit de tesorería, siempre tendrán suelo que poco a poco podrían ir vendiendo, posiblemente con elevadas plusvalías. El consejo parece ir decantándose por esa solución, bien que provisional y mientras duren los problemas de cash, hasta que de forma inopinada pide la palabra el signore Enrico Montofarni, flamante representante de los nuevos socios italianos, quien se expresa en un español trufado de párrafos itálicos:
- Señores, después de escuchar con il massimo rispetto las diversas intervenciones de los consiglieri, tengo una offerta que podría solucionar inmediatamente los actuales problemi de tesorería que afectan a nuestra empresa – el letrado Montofarni ha conseguido hacerse con la presta atención del resto de consejeros. Prosigue -. Estoy absolutamente accetto que la solucion de acceder a las attestazioni de la caja y la de vender terrenos son male, la única buena es inyectar más capitale a BACHSA. Mio rappresentato son disposti a aportar más soldi siempre que se amplíen sus diritti políticos en la empresa.

   Las palabras del abogado calabrés, pues de esa región italiana es natural il avvocato Montofarni, producen reacciones de todo tipo: desde caras de sorpresa hasta gestos de asentimiento o de rechazo. Los únicos que se mantienen imperturbables son los cuatro miembros del directorio pues ya  conocían previamente la oferta italiana, que fue patrocinada por Oriol Bricart y que, en principio, contó con el frontal rechazo de Juan Antonio Cardona, a quien los transalpinos le parecen unos socios potencialmente peligrosos. No ha conseguido que sus contactos internacionales le confirmen la pertenencia de la sociedad Grazzi a la Ndrangheta, la poderosa y temible organización mafiosa calabresa, pero la mayoría de los indicios apuntan a esa posibilidad. En esta ocasión, Cardona, que no ha hecho partícipe de sus sospechas a ningún otro consejero, no se atreve a votar en contra de la propuesta que es aprobada por el consejo tras escuchar el caluroso respaldo de la misma hecho por el consejero delegado. El núcleo duro de BACHSA cuenta desde ahora con un socio inesperado. Y como musita Cardona:
- Lo que faltaba, los calabreses – y añade siempre en susurro -. Que no nos pase nada. 

martes, 17 de junio de 2014

4.17. Papá, eres un fósil

   La intuición de Pascual Tormo, al visitar la muestra de “El dorado futuro de Senillar” y contemplar la maqueta de la proyectada urbanización de la Marina, de que los planes de los constructores podrían torcerse comienza a materializarse. Pronto arrecian las protestas de quienes están en contra del proyecto, aunque por el momento siguen siendo una minoría formada principalmente por gente joven, la mayoría de ellos estudiantes, y por jubilados. El resto de los vecinos, sobre todo los que están en edad de trabajar, cambian gustosos los marjales del humedal por un puesto de trabajo y los mayores ingresos que reportan las incesantes construcciones. Por ahora, los jóvenes críticos se conforman con incrementar el pegado de pasquines y el buzoneo de folletos en los que exponen lo que ellos consideran el expolio de una zona muy ligada al pasado del pueblo y el único humedal vivo que existe en la comarca.

   A Maximino, el pseudo presidente de AJOTSE, se le ha ocurrido una idea que expone a Sergio, su compañero en la artificial asociación sin asociados.
- ¿Has visto los carteles que han puesto por el pueblo en contra de lo de la Marina?
- Es imposible no verlos, hay uno en cada esquina.
- Como aquí en el despacho no hacemos nada más que tocarnos los huevos, se me ha ocurrido que podíamos dedicar parte de la jornada a pasearnos por el pueblo y cartel que veamos, cartel que arranquemos. Haremos algo de provecho, nos ganaremos el sueldo y le daremos un alegrón al estirado del Lavilla, además así le demostraremos que también somos capaces de pensar.
- Sí, no es mala idea, pero recuerda que Lavilla ha insistido en que seamos discretos y no nos signifiquemos demasiado, mientras no sea absolutamente necesario, y que nos vean arrancando pasquines no es un modelo de discreción precisamente. Si te parece, antes de ponernos a ello vamos a llamarle y contárselo para que nos dé su visto bueno.
- ¡Joder, macho!, eres de los que no vas ni a mear sin permiso de los jefes. Ahora entiendo porque has subido tan deprisa en la empresa del Francisco, por lameculos.
   Sergio da por no oída la ofensiva expresión de Maxi y lo que sí hace es llamar a Eliseo Lavilla. La respuesta del experto es salomónica. Les dice que los carteles ni tocarlos, lo que tienen que hacer es confeccionar un listado de los sitios donde suelen colocarlos y cuando lo tengan les enviará un par de peones jóvenes, que no sean del pueblo, para que sean ellos quienes se encarguen de arrancarlos. La contramedida resulta ser absolutamente ineficaz, en cuanto ha desaparecido un pasquín al día siguiente han colocado otro. Terminan por olvidarse del asunto, es una batalla que han perdido, no deja de ser más que una pequeña pelea, pero es la primera que pierden los magnates del ladrillo. ¿Una premonición?

   El grupo que capitanea Chelo Arbós, a quien su padre amenaza la mitad de los días con encerrarla en un internado religioso para que no siga con su cruzada ecologista, está organizando una manifestación en contra de la urbanización de la Marina. Piden ayuda a Pascual Tormo para que les aconseje como hacerla. Cuando le cuentan sus planes, el profesor les echa un jarro de agua fría:
- Creo que el planteamiento de manifestación que estáis haciendo es erróneo. Por dos razones básicas. Una es que no debéis manifestaros por las bravas, hay que hacerlo por las vías legales. Otra es que nada de llevarlo todo en secreto, lo tenéis que plantear con luz y taquígrafos. Esta es una guerra en la que la única posibilidad que tenéis de vencer es si os ganáis a la opinión pública. Es en esa cancha donde se va a dirimir la contienda. Os enfrentáis a un enemigo muy poderoso, con enormes recursos y sin ninguna clase de ética, si tienen que jugar sucio lo harán sin pestañear. Echando mano del manoseado tópico, vosotros sois el David de esta historia, por tanto estáis obligados, dicho en frase bíblica, a ser astutos como serpientes y sencillos como palomas.
- Hacerlo por la vía legal, ¿qué supone? – pegunta uno de los muchachos del grupo.
- Que debéis solicitar al Ayuntamiento el preceptivo permiso para manifestaros.
- En cuanto sepan para qué es la mani no nos lo darán – apunta Chelo.
- Si la solicitud está ajustada a derecho no creo que os nieguen el permiso. Os daré unas notas con los trámites que debéis realizar. Y aún en el supuesto de que os prohibieran manifestaros, habríais ganado la batalla de la opinión pública. Y, como dije, es en esa cancha donde se va a ganar o perder este enfrentamiento. Además, en el supuesto de la negativa siempre tendréis la baza de acudir a los tribunales.
- También queremos pedirte otra cosa, que seas tú, junto a nosotros, quien encabece la mani.
   Pascual tuerce el gesto, la petición no parece que le haya hecho ninguna gracia.

   A la autoridad municipal la solicitud de la manifestación no le ha sorprendido, hace días que el runrún de la misma circula por los mentideros locales. Los dos cabezas de fila de los partidos que sustentan al equipo de gobierno del Ayuntamiento se reúnen para tomar una resolución al respecto.
- Yo no sé lo que opinas tú, pero te adelanto que estoy en contra de todo cuanto se oponga a urbanizar y construir, sea en la Marina o en la plaza del pueblo – afirma tajante Guillem Armengol, el líder de los nacionalistas.
- Estoy contigo al cien por cien, el problema es que, según me cuenta el secretario, la petición se ajusta a la ley y podemos meternos en un berenjenal si les negamos el permiso – replica Javier Blasco, alcalde y presidente del PP.
- No creo que vayan a meternos en el trullo por negarnos – puntualiza el concejal de urbanismo.
- No, pero si no damos el permiso y recurren al juzgado dice el secretario que tenemos las de perder y, claro, la concesión o no de la autorización la he de firmar yo. O sea que el marrón también me lo comeré yo solito. ¿Sabes qué? Voy a llamar a Arbós y que me aconseje – resuelve el alcalde.
- Te dirá lo mismo que te he dicho yo.
- Es que también le pediré que consulte con sus jefes de BACHSA, esa gente tiene un montón de abogados a su servicio y serán quienes mejor nos pueden asesorar.

   La llamada de Javier Blasco a José Ramón Arbós no puede llegar en peor momento, está en plena bronca con su hija mayor. Arbós le dice a su conmilitón que lo consultará y ya le responderá. En cuanto cuelga el teléfono sigue con su reprimenda:
- ¿No comprendes que eres la persona menos idónea para significarte? ¿Acaso no sabes que, junto a mi amigo Amador, soy el representante local de BACHSA que, precisamente, es la empresa que va a construir esa maravilla de ciudad residencial en que se convertirá la Marina? ¿Es que quieres matarme a disgustos?
   Chelo se muerde la lengua para no replicar a su padre, sabe que da lo mismo lo que le diga, su progenitor seguirá dándole la matraca, como así sucede.
- Al final vas a forzarme a que te meta en un internado.
- No pienso irme ni aunque me envíes una pareja de la Guardia Civil.
- Chelo, no me calientes los cascos que no sabes de lo que tu padre es capaz. Y, por supuesto, te prohíbo terminantemente que asistas a la manifestación. Si es necesario, te encerraré en tu habitación, pero ningún Arbós irá con esa panda de inútiles y vagos que se van a manifestar. Es mi última palabra. Y no me rechistes.
- Papá, eres un fósil.

viernes, 13 de junio de 2014

4.16. ¿Les saldrá el tiro por la culata?

   Como han planeado los expertos de marketing que trabajan para BACHSA, se ha montado en el pueblo una exposición con el pomposo nombre de “El dorado futuro de Senillar”. Su objetivo es que vecinos y forasteros constaten el espléndido porvenir que le aguarda a la localidad gracias al denodado esfuerzo conjunto de autoridades y empresarios, y a las ingentes inversiones que las empresas constructoras han realizado para convertir el municipio en un referente turístico de primera categoría; en definitiva se trata de vender las excelencias del urbanismo. Su objetivo oculto es que la ciudadanía vaya visualizando cómo será la nueva urbanización de la Marina, edificada, en buena parte, sobre el humedal de los marjales.

   Las paredes del local, que acoge la muestra, están ornadas con fotografías que son un testimonio gráfico de cómo se ha transformado el paisaje del municipio. En cada panel hay dos grandes fotos panorámicas circulares que se contraponen: una recoge cómo estaba el territorio antes de mil novecientos noventa y tres, la otra como está actualmente. O sea, como estaban los campos antes de urbanizarlos y como después. El fotógrafo ha hecho un trabajo de auténtico encaje de bolillos. En las imágenes del antes ha procurado que el objetivo no recoja más que fincas abandonadas, casetas en ruinas, norias oxidadas, regueros desportillados, caminos llenos de abrojos, declinantes huertos de naranjos amarillentos; es una visión de un campo en plena decadencia y del que poco o nada se puede obtener. En las fotografías del después se recogen los mejores perfiles de los nuevos bloques de apartamentos, de las flamantes urbanizaciones, de las hileras de los chalés adosados, hasta de los solares en los que todavía no se ha construido, pero en los que si hay trazadas amplias avenidas, calles perfectamente delineadas con sus farolas, sus señales de tráfico, sus amplias aceras, sus acotaciones para aparcar los vehículos… Es una espléndida muestra  de lo que el urbanismo puede conseguir: transformar unos campos medio abandonados y sin apenas valor en zonas urbanas llenas de vida y riqueza.

   En la sala central es donde está la joya más valiosa de la exposición: una gigantesca y detallada maqueta de la proyectada urbanización de la Marina de Senillar. Las cuatro azafatas, que en turnos partidos, enseñan y explican los pormenores de la muestra dedican más tiempo al prototipo que al resto de cuanto contiene el local.
- Esta será una obra única en España y, posiblemente, en toda Europa. Se construirá en parte del humedal un puerto deportivo interior y a su alrededor se edificará una ciudad residencial de ensueño. Lo más parecido a este proyecto es la Marina de Ampuriabrava, ¿la conocen? Es la de la foto que tenemos enfrente, pero con una gran diferencia: esa marina se construyó en los años setenta y, claro, se ha quedado anticuada, en cambio ésta tendrá todos los adelantos de nuestro tiempo. Será lo más de lo más.
- ¿Lo que está pintado de azul es el agua? – pregunta el curioso.
- Naturalmente, mire, esto será el puerto en el que confluyen todos esos canales por los que podrán navegar los yates y las motoras.
- Y estos barquitos, ¿por qué están ahí, al lado de las casas? – quiere saber una señora que se ha puesto las gafas para no perderse detalle.
- Es que las viviendas, unifamiliares por supuesto, que se edificarán junto a los canales tendrá cada un atracadero para que los dueños puedan amarrar sus motoras o sus veleros. De tal forma que desde la terraza de su casa podrán acceder a las embarcaciones sin necesidad de desplazarse.
- Unos chalés así, con atraques propios, tendrán que costar un ojo de la cara -  comenta la señora de las gafas.
- Sobre precios no le puedo informar porque no sabemos nada, pero seguro que costarán millones.
- Entonces, será una urbanización para millonarios.
- Millonarios, no sé – puntualiza la azafata soltando a continuación el argumentario que le han enseñado -, pero personas con el riñón bien forrado, eso seguro. Y ahí radica una de las mejores virtudes que esta urbanización supondrá para Senillar. Si el pueblo se llena de millonarios y personajes famosos el dinero entrará a raudales en todos los bolsillos. Porque ya se sabe, cien pobres no hacen a un rico, pero un rico puede sacar de la miseria a cien pobres. La urbanización de la Marina asegurará el bienestar de las veinte próximas generaciones de Senillar. No habrá otro pueblo en toda la región, que digo en la región, en toda España en donde correrá el dinero con más facilidad.

   Uno de los visitantes de la muestra es Pascual Tormo que, cortésmente, rechaza las explicaciones de la azafata de turno y se detiene durante largo tiempo en la maqueta de la Marina. Contempla lo que será el puerto y sus múltiples canales y dársenas y, a su vera, las espaciosas viviendas con sus barquitos amarrados en los norays, en segunda línea las filas de chalés adosados y más allá bloques de apartamentos de no demasiada altura. Todo ello salpicado de hoteles, centros comerciales, zonas recreativas…, una maqueta espléndidamente concebida y ejecutada. Junto a él un viejo matrimonio del pueblo también contempla con mirada curiosa el modelo. Al ver a Tormo le saludan:
- ¿Qué tal, Pascual, cómo te va?
- Muy bien, tío Blay y señora. Aquí me tienen, mirando el dorado futuro del pueblo – responde Tormo con evidente sorna.
- Oye, Pascual, y si eso es la Marina, ¿dónde están los marjales?
- Cuando todo eso sea realidad, los marjales habrán desaparecido, será encima de ellos donde van a construir todo lo que hay ahí.
- Pues no será en mi marjal, tengo uno en la Sort de Monet y no pienso venderlo ni por todo el oro del mundo – sentencia concluyente el tío Blay.
- Si este PAI va adelante no podrá retenerlo, le pasará como con la finca del Bordar, lo meterán en el saco de los terrenos a urbanizar, se lo pagarán, posiblemente a buen precio, pero se quedará sin marjal como se quedó sin abuela.
- ¡Pero esto es un sin Dios! – exclama la mujer del tío Blay.
- Ves, Dolores, como tenías que haberme dejado coger la escopeta. Si les hubiera soltado una perdigonada cuando vinieron a por el campo del Bordar, ahora no se atreverían a venir por el marjal. Si ya lo decía mi pobre padre, que en gloría esté, las mujeres no deberíais meteros nunca en los asuntos de los que nos vestimos por los pies. ¡Me cagüen diez!


   Los Blay no son los únicos vecinos que refunfuñan ante la maqueta de la Marina. Otros hacen algo más que refunfuñar, sus comentarios son críticos y acerbos, cuando no completamente contrarios al proyecto que muestra el prototipo. Comentarios, eso sí, dichos a media voz y que no van acompañados de grandes aspavientos. Pese a los tonos comedidos de la gente da la impresión de que son muchos a los que parece no gustarles lo que están viendo. Tormo piensa en lo tortuosa e imprevisible que es la evolución de los sentimientos colectivos. Todo el pueblo sabía, o debía de saber, que estaba aprobado el PAI de la Marina y por tanto la urbanización de buena parte del humedal, pero hasta que no han visto la maqueta, hasta que no han visualizado en qué se van a convertir los viejos marjales no se han dado cuenta de que van a perder un pedazo de la historia viva del pueblo. Quizá las empresas y sus gabinetes de  sondeos de la opinión pública no han valorado debidamente la singular sensibilidad de, al menos, una parte de la población hacia su patrimonio medioambiental. En ese momento es cuando Tormo tiene la intuición de que los proyectos de los constructores quizá pueden torcerse. ¿Les saldrá el tiro por la culata?, se pregunta.

martes, 10 de junio de 2014

4.15. La banda de los “pepes”

   Lorena y Sergio han terminado de poner el apartamento tal y como lo quería la joven, con ese motivo la pareja da una fiesta para celebrar con sus amigos la inauguración de su nuevo hogar. La celebración se convierte en una juerga por todo lo alto en la que no falta de nada: comida, bebida, música, maría y la gran reina del festejo, la coca. Hasta el momento, Sergio, que ya le da al canuto, se ha resistido al polvo blanco, pero en esta ocasión no puede. Es el anfitrión y no ha de quedar mal ante sus invitados que, como casi siempre, son los amigos de toda la vida de Lorena.
- Otra rayita, tronco, que este perico está de puta madre.
   Al principio, Sergio solo ha ido esnifando farlopa en las fiestas y saraos que monta la gente de la pandilla. Como casi todos ellos trabajan en la construcción, y ganan sus buenos dineros, la periodicidad de las juergas que organizan es cada vez más frecuente, con lo que la adicción a la coca se incrementa notablemente. La inmediata consecuencia de ello, de momento, es doble: buena parte de los ingresos de la pareja se van en la compra del polvo blanco; el otro efecto es que, tras una noche de alcohol y droga, Sergio suele levantarse con una resaca monumental y un mal cuerpo que si siguiera trabajando en la obra le impediría acudir en debidas condiciones a su curro de capataz. Afortunadamente ahora, dado su cambio de trabajo, no ha de acudir a ningún tajo.

   Desde hace unas semanas Sergio se dedica a su nueva ocupación: secretario general de la Asociación de Jóvenes Trabajadores de Senillar o AJOTSE. Un trabajo que, por el momento, no puede ser más cómodo y facilón y en el que no tiene que dar cuentas a nadie ni impartir órdenes a una cuadrilla de operarios puesto que su único compañero de brega es Maximino, quien también aparece en alguna que otra ocasión con evidentes muestras de haber abusado del alcohol y de alguna clase de droga.
   Tanto Sergio como el teórico presidente de la asociación se pasan todo el día haraganeando por la sede de la agrupación, que está en la bajera de una vieja casa del pueblo, y visitando los bares de los alrededores. Lo único que ha hecho Sergio, con la ayuda de Maximino, ha sido confeccionar una lista de jóvenes locales que están o podrían estar en las huestes de los que protestan contra la urbanización de la Marina. También han elaborado otra relación con los nombres de gente joven, indígenas y forasteros, que trabajan en la localidad siguiendo las indicaciones de Eliseo Lavilla, el experto en marketing que es quien teledirige la operación.

   La relación entre los dos jóvenes ha sido tirante al principio, más por parte de Sergio que de Maxi, a quien parece que casi todo le da igual. Las largas horas sin nada que hacer han sido una especie de lubricante que ha conseguido engrasar el trato entre ambos hombres. Acaban siendo clientes habituales de los bares y cafeterías aledañas donde matan el tiempo tomando cerveza y chupitos desde buenas horas de la mañana. También han ido entablando conversaciones cada vez con más frecuencia. Hablan de todo y de nada, pero ninguno de ambos se ha referido jamás a Lorena, parece que es un tema que ambos excluyen escrupulosamente, lo cual ha sido de gran ayuda para que Sergio vaya perdiendo la inicial animadversión que sentía por el antiguo exnovio de su pareja. Curiosamente, cuando le pareció oportuno que había llegado la hora de contarle a Lorena quién era su nuevo compañero de trabajo, ella no hizo el menor comentario, se limitó a encogerse de hombros. La noticia llegaba tarde, la joven ya lo sabía. Alguna de sus amigas se había apresurado a contárselo hacía tiempo.
- Loren, hay que ver la de vueltas que da la vida, quien iba a decir que Sergio y Maxi iban a ser compañeros de curro – le comentó un día Verónica.
   Lorena, que en ese momento no sabía nada, preguntó con un punto de inquietud en su voz:
- ¿Cómo que trabajan juntos, desde cuándo?
- Ah, ¿no lo sabías? Son los jefes de la banda de los “pepes” y curran en la oficina que han montado los mandamases de la obras.
- ¿Qué es eso de la banda de los “pepes”? – inquiere una Lorena cada vez más desconcertada. Es perfectamente conocedora de que su chico trabaja en AJOTSE, pero desconocía el nombrecito que le ha endosado el vecindario.
- Sí, mujer, están de jefes en esa cosa llamada la AJOTSE, y debido a su similitud con José la gente lo ha bautizado como la banda de los “pepes”. Lo que supongo que también sabrás es que los chismosos comentan que es como una especie de sindicato o algo parecido pagado por los constructores para enfrentarse a los muchachos esos de los Jóvenes Unidos por un Senillar Libre, y que son los que han llenado el pueblo de carteles y folletos protestando contra la urbanización de la Marina.

   Días después es Anabelén quien le va con el mismo cuento. Como Lorena ya está al corriente en esta ocasión puede dar la impresión de que lo sabe todo sobre el asunto.
- Oye, ¿y a Sergio le sale cuenta haber dejado el curro con el Francisco y haberse ido a esa – no sabe cómo calificar a la asociación – cosa?
- Ya lo creo que le sale. Fue el mismo Francisco quien le aconsejó que lo cogiera porque no es más que un curro provisional, cuando termine con ello volverá al tajo de las instalaciones. Y en cuanto al money solo te diré que gana algo así como el doble de lo que ganaba como capataz.
   Casi por las mismas fechas, Maribel también saca a colación el tema, pero lo hace con bastante peor idea.
- No te puedes imaginar, Lorena, lo mal pensada que es la gente. Las chafarderas del pueblo van contando por ahí que a tu chico le pagan los del ladrillo para que, si en algún momento, hay una huelga se ponga al frente de los esquiroles.
- Hay mucha gente atravesada, Maribel, que solo habla por hablar. De envidiosos y con mala leche está el pueblo lleno.
- Que verdad has dicho. Porque hay que tener malas entrañas para, además, contar que el Maxi está puesto ahí por si hay que partirle a alguien la cara y para que haga de guardaespaldas de Sergio que, según dicen, es quien da las órdenes. Qué curioso, verdad, que dos de tus chicos, tan diferentes ellos, hayan terminado currando juntos. ¿Qué tal lo llevan?
- Solo es un curro. Cuando acaba la jornada cada uno a su casa y hasta mañana Pastrana – es la anodina respuesta de Lorena dado fin a la charla.

   En la sede de AJOTSE reciben la visita de Eliseo Lavilla, que para Maxi y Sergio es el único jefe a quien tratan con alguna frecuencia y el que les da las órdenes. Hoy tiene algo que informarles:
- La próxima semana vais a comenzar a ganaros el sueldo. Vamos a inaugurar la exposición en la que se va a reunir toda la información sobre las nuevas urbanizaciones proyectadas en el pueblo, en especial la de la Marina.
- ¿Qué tenemos que hacer? – pregunta Sergio.
- En principio, vuestra tarea será muy discreta. Solo tendréis que estar atentos por si los chavales de la protesta se manifiestan o intentan boicotear la muestra. Si eso ocurriera entonces tendríais que hacerles frente y yugular de raíz cualquier signo de  crítica.
- Como sean muchos los que protestan no sé si voy a poder con todos, porque aquí al colega lo de darle a la lengua no se le da mal, pero en cuanto a lo de liarse a mamporros me parece que no le va mucho – comenta Maximino.
- Tranquilo, Maxi, si hay que pasar a la acción no estaréis solos – Lavilla ignora el menosprecio hacia Sergio mostrado por el postizo presidente -. Para eso está la relación que habéis elaborado, os enviaremos gente de esa lista y seréis tantos o más que los protestones. Aunque, ya os digo, por el momento solo debéis estar atentos al parche.
- Se hará lo que se pueda, jefe – afirma Maximino.

viernes, 6 de junio de 2014

4.14. Cartas marcadas

   La resolución del consejo de administración de BACHSA de no vender el enorme stock de suelo que atesora la compañía genera como efecto inevitable la necesidad de inyectar capital a la empresa para hacer frente a las nuevas inversiones que ha de afrontar si quiere proseguir construyendo al mismo ritmo que hasta el presente y, lo que también es importante, segar la hierba bajo los pies de la competencia.
   Fechas después los cuatro socios que conforman el núcleo duro del consejo centran el debate en el dilema de hacer una ampliación de capital y llevarla a bolsa o buscar nuevos socios y ofrecerles buena parte del nuevo paquete de acciones antes de la salida a bolsa. Cardona, con el asesoramiento de los departamentos financiero y jurídico, es quien ha diseñado el posible trayecto de ambas opciones que expone al directorio antes de llevarlo al plenario:
- Lo primero que debe quedar sentado es que la ampliación de capital es inevitable. La segunda premisa es que el paquete accionarial mayoritario lo sigamos manteniendo en nuestro poder. Aceptadas ambas proposiciones el problema se traslada al modo de ejecutar la ampliación. Tenemos dos opciones: la llevamos a bolsa a ver cómo responde el mercado o antes de la salida buscamos nuevos socios. Cada una de estas opciones tiene pros y contras. ¿Preguntas?
- ¡Coño, Juan Antonio! – exclama un siempre impaciente Bricart - ¿qué preguntas quieres que hagamos si antes no nos explicas los pros y los contras?
- A eso iba, Oriol – contesta Cardona sin perder la paciencia -. Salir a bolsa sin antes haber precocinado la salida es como aquello que dice la mamá de Forrest Gump: la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar. Pueden ocurrir muchas variantes, desde que el nuevo paquete accionarial se diluya en un mar de pequeñas participaciones,  que sería lo que más nos convendría, hasta que la mayoría de la ampliación quede en manos de algún inversor que exigiera un sillón en el consejo de administración. En este supuesto, y en función de la estrategia de ese hipotético inversor, podría tanto facilitarnos como torpedear nuestros proyectos presentes y, sobre todo, futuros.
- Mientras tengamos la mayoría en nuestras manos me importa una higa que las nuevas acciones las tenga fulano o mengano. Si conseguimos eso nadie nos podrá echar un órdago pues – afirma rotundamente Arechabaleta.
- No estés tan seguro, Íñigo – responde Bricart -. Estoy más de acuerdo con la postura de Juan Antonio que con la tuya. No es lo mismo tener a unos socios que a otros.
   La discusión se enquista hasta que el consejero delegado decide precipitar el fin del debate:
- Acabemos de una vez. A ver, Cardona – Bricart cuando se irrita suele llamarle por el apellido en vez de por el nombre como acostumbra -, dinos de una jodida vez cuál es tu opinión sobre la dichosa ampliación.
- Mi opinión la tengo formada hace tiempo, pero no he querido darla para no condicionar el debate – es la respuesta de Cardona, quien añade -. Llegados a este punto, y como pide nuestro buen amigo Bricart – Juan Antonio le devuelve la pelota de no citarle por su nombre -, mi propuesta es que la opción menos peligrosa para nuestros intereses es que antes de salir al mercado busquemos nuevos socios. Lo mejor sería un grupo o un fondo, preferentemente extranjero, que quisiera diversificar su cartera y entrar en el mercado inmobiliario español.
Lo más importante de esta opción es conocer bien a quien metemos en casa no sea que el nuevo huésped vaya a resultarnos incómodo.
   Tras escuchar la opinión del miembro más joven del directorio la discusión se acelera. Bricart apoya decididamente la opción elegida por Cardona, mientras Arechabaleta y Huguet dudan. Tras un breve receso, Arechabaleta termina inclinando la balanza al pasarse al bando de quienes propugnan buscar nuevos socios antes de la salida al parqué. Ahora el problema se reduce a saber quiénes podrían ser los mejores socios posibles. De común acuerdo resuelven darse un plazo de cuarenta y ocho horas para traer propuestas concretas.

   Dos días después, el directorio vuelve a reunirse. Comienza un debate en el que es frecuente que haya consejeros que jueguen con cartas marcadas, en esta ocasión un par de ellos lo hace. Encima de la mesa solo hay dos propuestas de nuevos socios. Una está apadrinada por Bricart, se trata de un grupo inversor italiano denominado Società di Gestione Grazzi, cuya sede social radica en Palmi, pequeña ciudad calabresa sita en la misma puntera de la bota italiana. A favor de esta opción, añade Bricart, está el hecho de que los transalpinos tienen un gran flujo de liquidez y necesitan drenarla, al tiempo que diversificar sus inversiones; también cuentan con gran experiencia en el blanqueo de capitales con lo que matarían dos pájaros de un tiro, además de aportar capital fresco podrían resolver el problema de como lavar el dinero negro. Bricart responde de la capacidad financiera de los italianos pues dice conocer a dos de los principales socios del grupo. La otra propuesta la ha presentado Cardona, en este caso es un hedge fund con sede en Singapur, Presslor Investment, pero gestionado por un banco de inversión radicado en la City londinense. Presenta la ventaja de su contrastada experiencia y capacidad financiera y puede ser un socio fundamental en el plan de expansión internacional que BACHSA tiene en estudio, especialmente en el prometedor mercado del extremo oriente.
   La pelea entre los consejeros que patrocinan ambas propuestas es a cara de perro, casi llegan a personalizar la discusión. Ninguno de ambos cede en sus planteamientos. Huguet, hombre conciliador donde los haya, trata de armonizar las posturas de sus compañeros de consejo:
- ¿A ver qué os parece esto? Propongo una tercera vía como solución, que ambas firmas se repartan al cincuenta por ciento el nuevo paquete de acciones y nadie gana, pero tampoco nadie pierde.
- Apoyo la moción de Rodrigo – se apresura a decir Arechabaleta -, a ver si de una jodida vez acabamos con esto.
   Ni por esas, tanto Bricart como Cardona siguen insistiendo en que su propuesta es la buena y que no elegirla sería un fiasco para el futuro de BACHSA. Como parece que han llegado a un callejón sin salida, el consejero delegado resuelve que es mejor tomarse un receso, refrescar las ideas y retomar el debate.
   Cardona aprovecha la pausa para encerrarse en uno de los despachos vacíos y hacer una llamada a un teléfono de Londres. Pide que le pasen con míster Ellingworth. La respuesta es que no está el despacho. Hace otra llamada con su móvil, nadie contesta y después de varios tonos salta el buzón de voz en el que deja un mensaje: Christopher, I´m Juan Antonio Cardona, tell your partners that I haven´t been able yet to make that shareholder package yours, but I'm on it. I'll call you again with news. Bye.

   Mientras Cardona está intentado localizar al gestor londinense del hedge fund que patrocina, Bricart, que se ha quedado en la sala de juntas, presiona a los otros miembros del directorio.
- No podéis seguir llamándoos andana en esta controversia. Mi apuesta es la mejor y la más segura. Esa gente de Presslor ¿quiénes son? No lo sabemos, ¿qué pretenden? Vaya usted a saber. En cambio los Grazzi son gente de carne y hueso. Y han colaborado con mi amigo Junquera la tira de tiempo sin ningún problema. No quería sacar esto a colación, pero no me queda otra. Rodrigo – dice dirigiéndose a Huguet – te recuerdo que si no fuera por mí seguirías siendo un constructor de tres al cuarto del Puerto de Sagunto. En cuanto a ti, Íñigo – volviéndose a Arechabaleta -, ¿es necesario que te recuerde quien fue el que te acogió, empresarialmente hablando, cuando te negaste a seguir pagando el impuesto revolucionario a los etarras y tuviste que salir por piernas del País Vasco? Repito que no me gusta recordar los favores hechos, pero vosotros veréis.
   Cuando Cardona vuelve de hacer las llamadas, intuye inmediatamente que ha cometido un error táctico garrafal al dejar a Bricart a solas con los otros dos socios, pero ya no tiene remedio. Lo que sucede a continuación confirma sus temores: hay tres votos a favor de que el nuevo socio sea la Società di Gestione Grazzi.
   En cuanto Bricart se queda solo se apresura a llamar a un teléfono de Palmi donde un contestador recoge su mensaje dicho en un aceptable italiano: Mio caro Stefano, io sono tuo amico spagnolo, la materia è fatta. Domani vi darà tutti i dettagli. Ciao.