"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Libro II. Episodio 68. Remember the Maine, to Hell with Spain

   En la tertulia del casino se comenta el magnicidio del presidente del gobierno español y sus posibles consecuencias. Uno de los tertulianos, poco versado en la política nacional, pregunta:

   -¿Qué es el Pacto de El Pardo? 

   -Más que pacto fue un acuerdo personal, en vísperas de la muerte de Alfonso XII, entre Cánovas del Castillo, por los conservadores, y Mateo Sagasta, por los liberales, para proporcionar estabilidad al régimen monárquico. Lo que acordaron en concreto fue la alternancia pacífica de gobierno entre ambas formaciones –explica el enterado de turno.

   El magnicidio de Cánovas es un mazazo para la frágil democracia española de finales del XIX, pero es acabando el año cuando se producen sucesos que de manera concluyente determinan el devenir de la historia española. En noviembre, el presidente de Estados Unidos, McKinley, anuncia la ayuda de su país a la insurrección cubana, espoleada por la oligarquía de la isla que anhela la independencia para poder comerciar libremente. Eso supone el principio del fin para el ya menguado imperio colonial español, pues el año anterior España concedió la Carta Autonómica a Puerto Rico que de hecho se independiza, ya que la Carta autorizaba la formación de un gobierno de carácter autonómico. La presión de la creciente política expansionista de Estados Unidos y el afán de independencia de las antiguas colonias se enfrentan a unos gobiernos españoles débiles, corruptos y con escasa representatividad social. Más allá de los políticos, de los intereses de los militares y del eco que de todo ello se hace la prensa en manos de grupos de poder, la mayoría de la sociedad española no percibe que los sucesos de ultramar le afecten, quizá debido a la lejanía de las guerras coloniales, quizá por el desinterés de un pueblo que participa  escasamente en la vida política, amordazado por el caciquismo. En la tertulia del casino, en la que cada vez cuenta más la opinión de Julio, los coloquios sobre la guerra de Cuba se dan con mayor frecuencia.

   -Carreño, usted que es buen lector de periódicos, ¿qué nos puede contar de lo de Cuba?

   -Pues que anda de mal en peor y más desde que los yanquis se han metido por medio.

   -Esos yanquis son unos zascandiles, habrá que darles una lección.

    El año 1898 comienza para Julio como terminó el anterior, trabajando en la droguería a la que la gente sigue llamando del Bisojo, aunque realmente deberían apelarla de Carreño, pues el viejo droguero ni la pisa. Su artritis no es que no se cura, sino que va a peor; la enfermedad y el frío del invierno han provocado que las manos del Bisojo se le hayan quedado como garfios agarrotados, y el médico le ha dicho que se olvide de volver al trabajo, lo que debe hacer es pensar en jubilarse. Al enterarse Julio del diagnóstico, comienza a germinar en su mente la idea de que puede ser el sucesor de su patrón. ¿Por qué no?, se dice, y como la mayoría de ideas que se le ocurren se la plantea a su madre.

   -El médico ha dicho que el señor Elías no va a volver a la tienda, que debería jubilarse.

   -¿Y qué pasará con la droguería? ¿Sabes qué piensa hacer con ella? –indaga Pilar.

   -No lo hemos hablado, lo único seguro por el momento es que no vuelve.

   -Elías no tiene hijos, ¿sabes si tiene sobrinos u otros parientes cercanos? Lo pregunto porque si no vuelve alguien tendrá que hacerse cargo del negocio.

   -Una vez le oí decir que tiene una hermana en Béjar, pero no deben tener una relación muy cercana porque nunca volví a oírle hablar de ella y me parece que tampoco deben cartearse. Las únicas cartas, mejor dicho postales, de familiares que han llegado a la tienda son de un primo hermano que vive en Cintruénigo, un pueblo de Navarra, y solo las recibe una vez al año, por Navidad.

   -La hermana que vive en Béjar, ¿tiene descendencia?

   -Nunca le oí hablar de sobrinos.

   -Procuraré enterarme, así como de ese primo navarro, pero la pregunta a plantearse es: si Elías no tiene sucesores naturales, ¿quién sería el mejor situado para hacerse cargo del negocio?

   -Esa es una pregunta de las que tú calificas como retórica, madre. Sabes bien la respuesta, si hay un candidato natural soy yo.

   -De eso no hay duda. Quizá estemos ante la posibilidad, de la que tanto hablamos en nuestra correspondencia cuando estuviste en la mili, de hacer realidad ese viejo sueño tuyo de montar un comercio. Con la ventaja de que en este caso el negocio ya está montado y, por lo que cuentas, reporta buenos dividendos.

   -Ya puedes imaginarte que lo he pensado, madre. De hecho se ha convertido en una idea fija desde que me enteré del estado del tío Elías.

   -Pues mira, hijo, adelante que se hace tarde. Vamos a pensar en cómo afrontamos la situación de la mejor manera posible para tus intereses.

   Madre e hijo debaten lo que podrían hacer para que la droguería termine en manos de Julio, siempre que el Bisojo no les dé una sorpresa de última hora y traspase el negocio a un ignoto pariente o lo venda al mejor postor. Se reparten las primeras tareas a llevar a cabo. Pilar se informará sobre los descendientes de los parientes que pueda tener Elías, sobre todo de aquellos que tengan chicos en situación de seguir con el negocio. Julio le planteará directamente qué piensa hacer con la tienda. En esas gestiones andan metidos madre e hijo cuando ocurre un suceso muy lejos de Plasencia, pero que de algún modo termina influyendo en los objetivos que acaban de marcarse.

   Por medio del último gran invento del siglo, el telégrafo de Marconi patentado el año anterior, el 16 de febrero del 98 llega a España la noticia de que el acorazado norteamericano Maine zozobró el día anterior en la bahía de La Habana a causa de una explosión. El buque había sido enviado para proteger los intereses de los ciudadanos estadounidenses en Cuba mientras durasen las revueltas de los independentistas. Estalló de repente y las causas de la explosión no están claras, pero la opinión pública norteamericana, exaltada por las noticias manipuladas de su prensa amarilla, culpa a España. El lema Remember the Maine, to Hell with Spain se convierte en una proclama incendiaria para quienes claman a favor de la guerra contra España. Estados Unidos acusa al gobierno español del hundimiento del acorazado y lanza un ultimátum en el que le exige la retirada de Cuba y, sin esperar a recibir la respuesta española, empieza a movilizar voluntarios. Las tropas norteamericanas rápidamente arriban a Cuba y su armada destruye dos flotas españolas, una en la batalla de Cavite, pues Filipinas también se ha alzado contra la metrópoli, y otra en la batalla de Santiago de Cuba. Los reveses bélicos son comentados por los tertulianos del casino con sentimientos encontrados, pues siempre consideraron que España era una potencia naval, pero la realidad es que la armada española ha sido masacrada por la flota estadounidense.

   -¿Quién fue el gilipollas que dijo que íbamos a dar una lección a los yanquis?

   La pregunta no tiene respuesta, queda tapada por otra que apunta al futuro.

   -¿Y ahora qué pasará?

   -Lo que debería hacer el gobierno es mandar al ejército que invada Estados Unidos –pide el optimista desinformado que hay en toda tertulia.

   -Sí, hombre, ¿y con qué vamos a transportar las tropas, en barcas de pesca?

   -Si la guerra contra los insurgentes cubanos y filipinos continúa, y a ello se añade un enfrentamiento con los yanquis, ¿es posible que nuestro ejército tenga que ser reforzado con más tropas? –El interrogante que Julio lanza a la tertulia, y específicamente a un comandante retirado que forma parte de la misma, es una pregunta interesada pues está pensando en que por su edad puede ser llamado a filas.

   -Eso, seguro; si ya no podíamos con los mambises, imagínese lo que será enfrentarse a los yanquis. Nos van a poner a marcar el paso hasta a los de la reserva.

   La respuesta, aunque carente de rigor, es la que se temía Julio. Lo que genera que sus preocupaciones dejen de ser las referidas a la droguería y se centran en su situación militar. Pertenece a la llamada reserva activa y está adscrito al regimiento de Infantería Covadonga, número 40. Si la guerra contra los insurgentes y los yanquis se prolonga, igual deja de tener sentido su interés por la sucesión del Bisojo, porque si llaman a filas a los reservistas y tiene que marcharse al otro lado del Atlántico sus preocupaciones pasarán a ser otras. Se ve vestido con la guerrera de cuello vuelto y el pantalón de rayadillo, que es el uniforme de las tropas españolas en ultramar, y portando un Máuser, el fusil reglamentario de la infantería española. En el supuesto de que eso ocurra piensa que podría escribir al sargento Linares que tan bien se portó con él durante la mili, pues fue quien le facilitó el enchufe en la Capitanía General de Baleares, o quizá al sargento Fernández, el que fue su jefe inmediato en la Secretaría de Justicia, pero desiste al pensar que si vuelven a llamarle a filas no irá a Mallorca, dado que el regimiento al que está adscrito tras su licencia está de guarnición en la madrileña ciudad de Leganés. La preocupación por lo que le puede ocurrir, si es nuevamente enrolado en el ejército, aparca de momento sus pesquisas por el problema de la sucesión del Bisojo.

   Doña Pilar, que no tiene esas preocupaciones aunque sigue con interés los acontecimientos por lo que pudieran afectar a su hijo, ha seguido indagando sobre la familia del tío Elías. Por medio de sus contactos en la Guardia Civil, pues es hija del Cuerpo, se entera de que la hermana del Bisojo que vive en Béjar solo tiene un hijo, ya cuarentón y que disfruta de un buen empleo en una fábrica textil de la ciudad salmantina. No parece que por ahí haya algo que temer. Del primo que vive en Cintruénigo no logra enterarse de nada, pero piensa que Navarra está muy lejos y que si solo le envía una postal por Navidad los lazos no deben ser demasiado estrechos. Noticias que cuenta a Julio a quien pregunta:

   -¿Qué te parece que hagamos, hijo?

 

PD.- Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro II, Julia, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 69. ¡Ojito con el viejo que es un pendejo!