"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 12 de febrero de 2021

Libro II. Episodio 79. Matrimonio y mortaja del cielo bajan


   Han llegado las Navidades de 1891 y Julia se ha ido unos días a Malpartida a pasar las fiestas con su familia. Con lo que ha ahorrado ha comprado regalos para todos, que la reciben como si fuera una heroína. Es la primera mujer de los Manzano-Barrado que trabaja fuera del seno familiar. Una vez comenzado el nuevo año, Julia regresa a Plasencia ya que para la festividad de los Reyes Magos se incrementa el trabajo en la tienda, dado que la tradición marca que ese día los niños reciban toda suerte de regalos y, por extensión, también los adultos.

   Para el comercio del Bisojo todo son buenas noticias desde que Julia lo dirige. La operación de venta de la mercancía excedente está yendo a un ritmo superior al previsto. El comerciante de Zarza la Mayor, que se encarga de exportarla a Portugal, ha demostrado ser muy eficaz. La joven también ha conseguido que una industria química, radicada en Flix, se quede con la mayoría de productos que habían caducado, no van a percibir mucho dinero, pero es un ingreso con el que no contaban. Y ha renegociado la compra de nuevos artículos de forma que los pagos se hagan a noventa días, con lo que el ahogo financiero que tenían se ha atenuado. El tío Elías está que no se lo acaba de creer, ¡lo que está logrando su nueva empleada! Cuando se lo cuenta a alguno de sus escasos amigos siempre termina con el mismo remoquete:

   -Y eso que aún no ha cumplido los veinte años, ¿qué hará cuando tenga unos cuantos más? Es una joya esa muchacha.

   A pesar de los muchos avances en la marcha de la vieja droguería, la “joya” es consciente de que resta mucha tela por cortar. Ha conseguido tapar muchos agujeros, pero el barco sigue teniendo vías de agua que lastran su navegación. Es lo que refiere a su maestra.

   -Ya no sé cómo mejorar la situación, doña Pilar. Hemos logrado que las ventas repunten, pero los beneficios siguen siendo escasos. Después de cubrir todos los gastos, lo que le queda al señor Elías es una miseria. Y lo que es peor, no se me ocurren nuevas ideas.

   -Pues cuando no se sabe innovar siempre queda un remedio: copiar.

   -¿Copiar qué, a quién?

   -¿Cuántas droguerías hay en la ciudad? –es la repuesta de Pilar.

   Julia pronto encuentra sentido al sutil interrogante de su mentora. A quien tiene que copiar es a Julio, emular las mejoras que el mañego ha implantado en su tienda y que tan bien le funcionan. Como sabe que una de las causas de que Julio venda mucho más que ellos es la sección de artículos femeninos, le plantea al Bisojo crear una sección similar.

   -¿Y eso supondrá gastos adicionales? –quiere saber el viejo droguero, siempre preocupado de que los gastos no se disparen.

   -Quizá alguno, pero de escasa cuantía. Creo que bastará remodelar un pequeño sector de las estanterías en el que reuniremos todos los artículos femeninos y le pondremos un rótulo que haga alusión a la mujer, y además en francés para que parezca más chic.

   -Pero, hija, ¿quién entiende francés entre nuestras clientas?

   -No importa, pero hasta las analfabetas saben que el rímel, los coloretes, las cremas o los perfumes más famosos son franceses. Y aunque los artículos que vendemos son casi todos nacionales siempre podremos decir que son imitación o parecidos a sus homólogos franceses.

   -Bueno, por probar poco perdemos.

   Las primeras semanas de la puesta en funcionamiento de la sección, a la que Julia ha puesto el pomposo nombre Pour la femme, pasan sin pena ni gloria para la clientela, hasta que una tarde entra en la tienda una de las damas de la alta burguesía local. Julia, que sabe quién es, la atiende personalmente, desempolva sus limitados conocimientos de francés y publicita la sección como si todos los artículos procedieran del país galo.

   -Pero aquí pone que el perfume está fabricado en Barcelona –le replica la cliente.

   -Sí, doña Leonor, pero es una copia exacta del original francés y mire si es bueno que lo usan actrices tan famosas como las hermanas Lamadrid o Elisa Mendoza, y hasta la cupletista Pilar Cohen, la que canta la Pulga en el Apolo.

   Se lo creyera o no, pero la cliente se llevó el perfume y, al parecer, la información ha

empezado a correr entre la clientela adinerada de la ciudad que pronto comienza a entrar, cada vez en mayor número, en la droguería del Bisojo. A esas clientas, de marcado poder adquisitivo, las atiende siempre Julia que se deshace en alabanzas sobre su savoir faire y lo chic de sus atuendos. Como en el comercio, al igual que en la física, cuando algo sube su opuesto baja, las ventas de artículos femeninos de la droguería de Julio caen en picado. No es lo mismo la parca palabrería de Antonina, la dependienta de la tienda del mañego, que escuchar a Julia diciendo a sus clientas vous êtes très chic.

   Julio acusa inmediatamente el golpe y se queja de lo que considera que es competencia desleal, pues su rival ha copiado casi literalmente lo que él impuso como una novedad en su día. Puesto que conoce bien las virtudes y limitaciones del Bisojo, no se le oculta que no ha podido ser el autor de la copia, ha de ser alguien con una mentalidad moderna y un conocimiento más profundo del mundo femenino y todo apunta a un nombre: Julia Manzano.

De lo que se queja a su madre.

   -Tu alumna predilecta no sabe lo que es la deontología profesional. Copia igual que los malos estudiantes. No sé qué le has enseñado, pero a tener pundonor desde luego no.

   -¡Cómo vienes hoy, hijo! ¿Qué mosca te ha picado?

   -Pues que tu pupila no tiene vergüenza. Me ha copiado la sección de artículos para la mujer y me está haciendo la santísima. Las ventas han disminuido un montón.

   -Lo siento, hijo, pero supongo que en el comercio no hay maneras exclusivas de vender. Y si te ha copiado deberías estar orgulloso, pues quiere decir que la tuya era una buena idea.

   -Es increíble, madre, que todo lo que hace la Julita de marras te parezca bien. Pero lo que está haciendo es, ni más ni menos, que competencia desleal.

   -No estoy de acuerdo, hijo. Si mal no recuerdo la competencia desleal se refiere al comportamiento de cualquier empresario o profesional que resulte contrario a las exigencias de la buena fe.

   -Perdona, pero te has quedado corta. También es competencia desleal cuando una acción no se ajusta a las prácticas que se consideran honestas en el mercado o que busca distorsionar el comportamiento del cliente. Y eso es lo que hace tu alumna, con más maña que vergüenza. Les cuenta a las clientas que sus artículos o son franceses o imitaciones de ellos y encima se lo dice chapurreando en francés.

   -La solución es fácil: haz tú lo mismo. Vende esos productos hablando francés, algo debes de acordarte del bachillerato.

   -Esa sección la lleva Antonina y a estas alturas no me voy a poner a enseñarle cuatro bobadas en franchute.

   -Entonces no te quejes, Julia hace lo que cree que es mejor para los intereses de quien le da a ganar el pan. Y no veo la falta de deontología por ninguna parte.

   -Esa chiquilla te ha comido la chinostra. Todo lo que hace te parece de perlas, aunque le haga la santísima a tu hijo. Me decepcionas, madre, y mucho –afirma Julio muy enfadado con su madre.

    La maestra se amohína, las últimas palabras de su hijo la han herido, aunque reconoce que hay mucho de verdad en lo que ha dicho. Le ha tomado tal cariño a Julia que casi la considera una hija y nada de lo que hace le parece mal.

   Julio, que sigue cabreado con la competencia que le hace la tienda del Bisojo, a la que la gente comienza a llamar la droguería de Julia, opta por olvidarse de ello y la mejor manera que conoce de ignorar los problemas profesionales es meterse en la cama con su última aventura: Aurora, casada con un terrateniente casi septuagenario que le lleva a su mujer más de treinta años. La conoció como clienta de su tienda y enseguida intuyó que podía ser una presa fácil, y así fue. Aurora, a quien su esposo tiene muy desatendida, comenzó haciendo oídos a los medidos requiebros del joven droguero y terminó metiéndolo en su cama. Julio no se hace demasiadas ilusiones, sabe que la relación se basa en el sexo y que más pronto que tarde uno de los dos, o ambos, se cansará y la historia acabará. Lo peor es si el cornudo del marido se entera, porque entonces el final puede tener un tinte más problemático.

   A la que le están saliendo pretendientes como hongos es a Julia. El hecho de que sea la única mujer de la ciudad encargada de un comercio siendo tan joven y que sea tan atractiva como simpática, han hecho subir mucho sus acciones en la bolsa de las mozas en edad de merecer. Pero quizá el aspecto que más encandila al mocerío masculino es que les pone buena cara a todos, aunque hasta el momento no se ha inclinado por ninguno. Y es que sigue al pie de la letra los consejos de su mentora.

   -Ten en cuenta, Julia, que el matrimonio es para toda la vida. Por tanto, has de elegir con sumo cuidado al hombre que te llevará al altar.

   -A mí me gustaría casarme enamorada.

   -Eso es fundamental para ser feliz. Si no lo estás, el matrimonio acaba convirtiéndose en una pesada carga, pero también has de tener en cuenta que un matrimonio de amigos suele durar más que uno de amantes. Lo que quiero decir es que además del amor debes buscar más cosas en el hombre que elijas: que tengáis aficiones e intereses comunes, que seáis capaces de dialogar o de estar callados sin que ello os amohíne y que también te guste físicamente. Las noches pueden hacerse muy largas si tienes a tu lado a un hombre que no te dice nada.

   -Que difícil lo pone, doña Pilar. ¿Dónde voy a encontrar tal joya de hombre? –pregunta, medio en serio medio en broma, Julia.

   -Eso es difícil y quizá sea la causa de que haya tantas o más parejas infelices que felices.

   -¿Y cómo sabré que he encontrado al hombre que me hará feliz?

   -No lo busques, el día menos pensado alguien hará que tu corazón lata más aprisa y tu mente se llenará de mariposas, te habrás enamorado. Y en última instancia recuerda lo que dice el dicho popular: matrimonio y mortaja del cielo bajan.

 

PD.- Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro II, Julia, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 80. Gaudeamus igitur