Los
consejeros de BACHSA se interesan por él nuevo equipo del gobierno municipal en
su habitual visita semanal a Senillar.
- ¿El nuevo alcalde nos creará problemas con
las recalificaciones? – pregunta Huguet.
- Ninguno. Además de correligionario es
viejo amigo mío. Vamos, que me come en la mano. Hará lo que yo le diga –
alardea Arbós.
- ¿Y el concejal de urbanismo? ¿Es el mismo,
no?
- A ese habrá que atarlo corto. Temo que
Armengol quiera aumentar su cuota de participación en las operaciones – comenta
Garcés usando un lenguaje donde el eufemismo es la norma.
- En los últimos meses nos han dicho del
estudio del arquitecto que en el Ayuntamiento, sin oponerse frontalmente a
ningún proyecto, les plantean bastantes pegas técnicas, todas solucionables
pero que suponen retrasos y por tanto costes adicionales – se queja Cardona.
- Es que el secretario y los dos técnicos
también quieren un aumento de prima – les informa Garcés.
- ¿Cómo habéis pensado persuadirlos a todos para
que colaboren con más entusiasmo? – quiere saber Cardona.
Arbós y Garcés intercambian una mirada. El primero hace el gesto de dar
la palabra a Amador.
- Hemos acordado que con el alcalde trate
José Ramón, que para eso son compañeros de partido. De Armengol se encargará
Badenes, ya lo hizo anteriormente. En cuanto a los técnicos seré yo quien les
haga entrar en razón. Al final, ocurrirá lo de siempre: un tira y afloja sobre
las cantidades a percibir que terminará con acuerdo. Procuraremos que sea lo
menos gravoso para nuestros intereses.
- Me parece bien, pero no seáis cicateros
con las primas. Una operación como ésta no puede verse comprometida por un punto
arriba o abajo – puntualiza Cardona.
Arbós no tiene problema alguno con Blasco. Rápidamente se ponen de
acuerdo en el monto de lo que irá a parar a las arcas locales del partido, unas
migajas, y las compensaciones que va a recibir el alcalde por sus desvelos en
pro de unas recalificaciones absolutamente necesarias.
Badenes lo tiene más crudo con Armengol. Este ya se conoce el teatrillo
y no está dispuesto a vender sus prerrogativas en urbanismo por cuatro perras. La
negociación es dura, pero acaban llegando a un acuerdo. A ambos les va mucho en
ello. Garcés, a quien le han encargado tratar con los funcionarios y técnicos
municipales, también consigue un razonable acuerdo.
Atadas y bien atadas las voluntades de todos los actores que intervienen,
de uno u otro modo, en la política municipal relativa al suelo y resueltos los
contados flecos que quedaban sueltos, es llegado el momento de visualizar el
nuevo acuerdo para la legislatura que acaba de ponerse en marcha. A tal efecto
se reúnen políticos, funcionarios, constructores y muñidores para celebrarlo.
También han invitado a Agustín Badenes, pero el director de Cajaeuropa ha
declinado la invitación, le parece más prudente no dejarse ver. La reunión
empieza con mal pie por culpa de los malos modos de Bricart. La camarera que
está sirviendo, una chica joven de buen ver, al pasar junto a él le roza
involuntariamente. El consejero delegado le da un cachete en el culo.
- Como vuelva a tocarme le parto la cara – es
la contundente y áspera respuesta de la joven.
- Niña, tampoco es para que te pongas así.
Un culito como el tuyo bien vale una buena propina – y sacando un fajo de
billetes pone uno de mil pesetas en el bolsillo del delantal de la camarera.
- El dinero se lo puede guardar para sus fulanas
– dice con gesto iracundo la muchacha, pero sin devolver el billete.
Ante el pequeño revuelo que se ha formado acude presto el maître que
ordena:
- Lorena, vuelve adentro, ya me encargo de
atender a los señores.
Resuelto el enojoso incidente, Arbós, que adopta el papel de anfitrión
aunque la cuenta la pagarán los constructores, es el primero en tomar la
palabra:
- Caballeros, antes de que entremos a
desollar el toro que nos ha traído aquí, creo que deberíamos pedir, así
podremos seguir charlando mientras comemos – ante el asentimiento general
prosigue -. ¿A alguien no le gusta el pescado? Lo digo porque he visto al
entrar unas cocochas de merluza que aquí las preparan como Dios. Y para quien
prefiera la carne les diré que tienen la mejor ternera de la provincia. ¿De
acuerdo? Y de entrante, ¿qué os parece unos langostinos de Vinaroz? Ah y un esgarraet de bacalao que es una de las
exquisiteces de nuestra cocina.
- ¿Qué es eso? – pregunta Bricart que se
precia de gourmet.
- El esgarraet
– explica Arbós - es un plato típico de la cocina de esta tierra. Es una
especie de ensalada hecha con pimiento rojo asado, bacalao en salazón, ajos y
aceite. Aquí también le suelen poner aceitunas negras. Ya veréis como os
gustará, el sabor salado del bacalao contrasta con el dulzor del pimiento. Su
nombre, literalmente desgarrado en castellano, indica que para prepararlo hay
que desgarrar en finas tiras tanto el bacalao como el pimiento. En algunos
pueblos de Castellón le suelen añadir berenjena al horno. Algunos chefs
modernistas preparan una variante en la que en vez de bacalao ponen mojama,
pero para mi gusto no es lo mismo.
- Se parece a la esqueixada catalana – comenta Bricart.
- De eso, nada – niega tajantemente Arbós.
- No es que se parezcan, es que es el mismo
plato solo que con nombres distintos – afirma, empecinado, Bricart.
- Puedo aceptar que se parezcan, pero no es
lo mismo, el pimiento le da un sabor muy diferente al que le da el tomate y que
no tiene punto de comparación – puntualiza Arbós.
Bricart
está a punto de replicar, pero la mirada de Cardona lo detiene, no conviene
complicar las relaciones por un quítame allá un plato regional.
Ultimados los encargos, y mientras toman unas cervezas, los comensales
entran en el motivo de la reunión.
- Como habéis comprobado, estamos cumpliendo
lo prometido y la progresión de construcción en la zona del Torreón y aledañas va
a un ritmo excelente – asegura Cardona -. Ello ha sido posible en buena medida
por el apoyo y las facilidades que ha otorgado el Ayuntamiento. Esa acción
mancomunada de las fuerzas locales y de la actividad constructora de BACHSA y
sus asociados ha supuesto un río de oro para el pueblo, para muchos de sus
ciudadanos y para las arcas municipales – Ni una palabra, por supuesto, de lo
que ha supuesto para el bolsillo de los comensales -. Nos reconforta comprobar
que el hecho de que se haya producido un cambio político no es óbice para que
el nuevo equipo de gobierno siga colaborando y prestando su imprescindible
apoyo en la empresa común cuyo principal objetivo es el bien del pueblo.
- La verdad es que, si somos sinceros y aquí
todos nos vestimos por los pies, debemos reconocer que BACHSA, tan bien
representada en esta mesa, ha supuesto que Senillar haya entrado en el camino
de la modernidad y también, por qué no decirlo, de la prosperidad – Arbós se
está poniendo solemne -. Por eso propongo un brindis por nuestros amigos Oriol
y Juan Antonio, a los que deseo larga vida y próspera fortuna.
Es
la primera de una larga serie de libaciones. Mediada la comida y con los ánimos
chispeantes, tras un intercambio de miradas con Bricart, Cardona cree llegado
el momento de hincarle el diente al verdadero motivo, al menos para ellos, de
aquella comida, que no es otro que comenzar a tantear el terreno respecto a sus
inmediatos planes: conseguir recalificar más terreno rústico cercano al mar y,
como colofón, obtener la recalificación de la joya de la costa senillarense que
no es otra que la partida de los marjales.
- Como sabéis todos perfectamente, tanto en
la zona del Torreón como en las contiguas el suelo está en vías de agotarse. Es
verdad que hay parcelas que están aún sin edificar, el motivo es la testarudez
de sus dueños que siguen empeñados en no venderlas. Lo que piden por ellas creo
sinceramente que, hoy por hoy, no está a precio de mercado. Quizá algún día
tengan que arrepentirse, pero allá películas. Es su problema, no el nuestro.
Esto nos lleva a contemplar otros escenarios y a plantearnos otros campos de
actuación. La finalidad no es otra que conseguir que el ritmo constructivo no
decaiga y la noria de la actividad económica no se pare porque en cuanto hay un
parón en el ciclo productivo las teorías keynesianas afirman que…
- Perdona que te corte, Juan Antonio - le
interrumpe Bricart que trata de no parecer demasiado grosero -, pero das tantas
vueltas y revueltas que al final no sabe uno de qué vas. Lo que queremos
plantear es que necesitamos nuevos terrenos para seguir construyendo y hemos
pensado en que uno de los más idóneos es el de los marjales.
Es
oír la palabra marjales y un ominoso silencio se cierne sobre la mesa hasta que
Arbós en tono festivo, pero sobre todo para distender el ambiente, pregunta:
- Bueno, ¿qué os parecido el esgarraet, a que es mejor que la esqueixada?
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