"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 19 de mayo de 2023

Libro III Episodio 195. La II República

   Los sentimientos que experimentan tanto Julio como Álvaro por el cambio de la monarquía a la república no son compartidos de modo tan firme por el resto de los Carreño. A Julia la política nunca le importó y recibe el cambio de régimen sin darle mayor importancia. Pilar está a favor de los republicanos, pues presiente que van a cambiar muchas cosas en la sociedad española y sobre todo en lo que es más importante para ella: mayor libertad para la mujer, pues hasta el presente siguen siendo ciudadanas de segunda, aunque se guarda de expresar ese sentimiento en voz alta, porque es consciente de que chocaría con su padre. Los medianos nadan entre dos aguas, debido a la educación recibida tienden a ser conservadores, pero se han contagiado del fervor que el advenimiento de la república ha prendido en la mayoría de la juventud. En cuanto a los pequeños no acaban de entender lo que está ocurriendo, salvo en pequeños detalles como que la bandera ya no es rojigualda sino tricolor: roja, amarilla y morada. En ese abanico de sentimientos hay una excepción: Andrés, y tiene sus motivos.

   El 14 de abril Andrés se encontraba en los alrededores de la Puerta del Sol. A primeras horas de la tarde un grupo de funcionarios izó la bandera republicana en lo alto de Correos y Telégrafos de la plaza de Cibeles. Corrió la noticia y una multitud se concentró para desde allí dirigirse a la Puerta del Sol, donde tiene su sede el Ministerio de Gobernación. Muchos portaban banderas tricolores y retratos de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, ejecutados por la sublevación de Jaca. En esa riada espontánea del pueblo madrileño se vio inmerso Andrés que, sin pensárselo dos veces, se unió a ella y terminó siendo uno más entre la muchedumbre que se congregó frente al Palacio de Oriente, donde decenas de jóvenes con brazaletes rojos formaron un cordón para impedir que la gente invadiera el palacio y allí estuvieron de guardia toda la noche. Cuando un exultante y acalorado Andrés llegó a casa, a quien primero contó la jornada vivida fue a Paca que, aunque iletrada, sabe bien cómo piensa el cabeza de familia.

   -Lo que acabas de contarme no se lo digas a nadie. Como se entere tu padre de lo que has hecho, la bronca que te puedes ganar será de morirse. Eso, sí le coges de buen talante, que si tiene el día malo, no sé lo que puede hacerte -Andrés, que es un viva la virgen pero más espabilado que el Lazarillo, toma buena nota de la advertencia y no le cuenta a nadie sus vivencias en esa histórica jornada.

   Conforme van llegando las noticias de la proclamación de la república en diversas ciudades y cuando por la tarde una muchedumbre se concentra en Sol ante las puertas del Ministerio de Gobernación, los miembros del Comité Revolucionario se dirigen allí y se constituyen en Comité Político de la República, firmando un decreto -que será publicado al día siguiente en el diario oficial la Gaceta de Madrid- en el que comunican que han tomado el poder adoptando el título de Gobierno Provisional de la República, y a continuación otro decreto nombrando a Niceto Alcalá-Zamora como presidente del gobierno, que asumirá además las funciones de Jefe del Estado.

   El aceleramiento que ha tomado el cambio de régimen causa el asombro de propios y extraños. Julio es uno de ellos y no poder comentar la rapidez de la mutación política le hace añorar a sus amigos de tertulia del casino placentino. En Madrid no tiene con quien discutir lo que está ocurriendo, se limita a seguir los acontecimientos en las páginas del periódico ABC que, como diario monárquico, publica editoriales reprobando el fervor republicano que parece haber invadido a la mayoría de los ciudadanos y pidiendo la vuelta de la monarquía.

   La cascada de cambios continúa. El 15 la Gaceta de Madrid publica otro decreto fijando el Estatuto jurídico del Gobierno Provisional, la norma legal por la que se regirá el mismo hasta la aprobación por las Cortes Constituyentes de una nueva constitución. Lo más polémico del Estatuto es la contradicción que se observa en la cuestión de libertades y derechos ciudadanos, pues su reconocimiento va acompañado de la posibilidad de su suspensión sin intervención judicial, si la salud de la república, a juicio del gobierno, lo reclama. Como dice Julio a sus hijos:

   -Libertades sí, pero condicionadas.

   La aparición de problemas es coetánea al nacimiento de la república. El más inmediato es la proclamación de la República Catalana, hecha por Francesc Macià en Barcelona el mismo 14 de abril. Días después, tres ministros del gobierno se entrevistan con Macià alcanzando un acuerdo por el que Esquerra Republicana renuncia a la República Catalana. Dicha renuncia es a cambio del compromiso del gobierno de presentar en las futuras Cortes Constituyentes el Estatuto de Autonomía que decidirán los catalanes. En el caso de Las Vascongadas, el proceso para conseguir un Estatuto de Autonomía se inicia casi al mismo tiempo que el de Cataluña. La primera propuesta es a iniciativa de los alcaldes del Partido Nacionalista Vasco que a principios de mayo encargan a la Sociedad de Estudios Vascos la redacción de un anteproyecto de Estatuto General del Estado Vasco, que incluiría Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Navarra.

   La autonomía a la que aspiran catalanes y vascos es lo que produce mayor rechazo en buena parte de la sociedad incluidas las fuerzas armadas, pues como escribe Álvaro en una de sus cartas desde Cartagena donde sigue amarrado el crucero Príncipe Alfonso: … por las conversaciones que oigo a la mayoría de mis compañeros preferirían antes una España roja que una España rota… Ese sentimiento de contrariedad se agranda cuando Manuel Azaña, Ministro de la Guerra, pretende crear un ejército más moderno y eficaz y también más republicano, por eso uno de sus primeros decretos obliga a jefes y oficiales a prometer fidelidad a la República, con la fórmula: … prometo por mi honor servir bien y fielmente a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas. Y para reducir el excesivo número de oficiales, el Gobierno, a propuesta de Azaña, aprueba un decreto de retiros extraordinarios en el que se ofrece a los oficiales del ejército, que así lo soliciten, la posibilidad de apartarse voluntariamente del servicio activo con la totalidad del sueldo. En el supuesto de no alcanzar el número de retiros necesarios, el ministro se reserva el derecho de destituir, sin beneficio alguno, a cuantos oficiales estime oportuno. Todo lo cual origina que la inicial contrariedad de las fuerzas armadas, en opinión de Álvaro, se convierta en abierta oposición a la II República.

   Sentimientos y opiniones aparte, a los Carreño el cambio de régimen ha terminado afectándoles de dos formas distintas. Como siempre que hay crispación política en el país, las ventas se han retraído, lo que lleva al cabeza de familia a replantearse el no que le dio al señor Ramírez, el perfumista, sobre contratar a Eloísa. Lo habla con la familia.

   -Como las ventas han caído, y es algo que vuestra madre y yo lo hemos vivido antes, no sé si no sería cuestión de pensar en otras formas de ingresos por si la crisis de ventas se alarga. Digo esto porque quizá fuese oportuno replantearse lo de Eloísa en la perfumería de Ramírez –La interesada secunda, entusiasmada, la sugerencia paterna.

   -Por mí encantada, papá. Como te podrá confirmar Pilar, mi trabajo en la farmacia puede suplirlo perfectamente Jesús, y en cuanto a mis estudios de Magisterio tengo más que suficiente con asistir a las clases de la mañana; aprobaré sin problema. La única pega que veo es si el señor Ramírez ha cubierto el puesto y a lo mejor no le interesa tener una empleada a media jornada.

   -Entonces no hablemos más. Visitaré a Ramírez y le sondearé a ver si mantiene la oferta que me hizo.

   Así lo hace el patriarca y, desgraciadamente, la respuesta que da el perfumista es negativa.

   -Lo que es la vida, señor Carreño, antes del día 14 la hubiese cogido sin dudar, pero ahora, como supongo que les pasará a ustedes, las ventas han descendido y no puedo permitirme tener una empleada a media jornada. Créame que lo siento porque sigo pensando que su chiquilla es una perla detrás del mostrador, venda aspirinas o perfumes.

   Días después, Ramírez vuelve a presentarse en la farmacia. Su situación ha cambiado de la noche a la mañana. Resulta que Candela, una de sus dependientas, se ha despedido; a su marido le han dado un buen puesto en el sindicato de impresores y tipógrafos y le ha dicho que con lo que va a ganar no es necesario que ella siga currando. Necesita cubrir inmediatamente ese puesto y, dado que las ventas continúan sin remontar, le vale una empleada a media jornada. Y la jovencita Carreño es una buena candidata. Quince días después, Eloísa, henchida de orgullo, da a su padre un sobrecito de color beige.

   -Papá, mi primera quincena.

   A fines de abril llega carta de Álvaro. Les cuenta que el 30 será su último día en el crucero Príncipe Alfonso, pues el primero de mayo debe presentarse en la Escuela Naval de San Fernando con objeto de efectuar la preparación para el examen de fin de carrera que tendrá lugar en la segunda quincena de julio… y os ruego que, desde el recibo de la presente, me mandéis vuestras cartas a la dirección de la Escuela. Vuestro hijo que lo es y os quiere, Álvaro. El mismo día de la recepción de la misiva, la Gaceta de Madrid publica un decreto del Gobierno provisional en el que se adopta como bandera nacional la tricolor.

   Con la proclamación de la II República, el nuevo orden constitucional debe amparar la libertad de cultos y desarrollar un proceso de secularización que permita superar la tradicional identificación entre el Estado y la Iglesia católica, uno de los elementos clave de legitimación de la monarquía, pero las aguas republicanas discurren por otros cauces.

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