El 22 de agosto, fecha en que la flota republicana abandona Santander, Álvaro recibe el nombramiento de su nuevo empleo, ha sido ascendido a teniente de navío, capitán en el ejército de tierra. Con ese motivo recibe la llamada de su comandante que, además de felicitarle por su ascenso, le confirma en su puesto de jefe de la estación transmisora de la dirección de tiro. ¡Acaba de convertirse, de iure, en el primer artillero del Canarias, pues de facto ya lo era! Álvaro piensa en lo orgullosos que se sentirían los suyos si pudiesen ver que en la bocamanga de su uniforme en vez del único galón que portaba como alférez de navío ahora lleva dos. A través del británico Boris Wourky ha recibido una carta por la que sabe que su familia de Madrid está bien; quienes le preocupan son los de Suances de los que no ha recibido noticia alguna, pese a que les ha mandado varias cartas. Lo cual refuerza su intención de que, en cuanto la provincia santanderina sea liberada, debe solicitar permiso para desplazarse hasta allí e intentar recuperar a su madre y sus hermanos chicos.
Entretanto, Pilar y Luis intentan por todos los medios vivir de espaldas a la guerra; como mucho, comentan noticias curiosas, anecdóticas o superficiales, pues pese a que el ruido de los sables no cesa, el río de la vida sigue fluyendo.
-¿A que no sabes de qué me enteré ayer? Que un cuadro mural de Picasso, llamado El Guernica, se ha mostrado por primera vez en el pabellón español de la Exposición Internacional de París –cuenta Luis.
-No conocí a Picasso hasta que llegué a la Institución Libre de Enseñanza, pero fue verlo y me enamoré de su pintura. Por cierto, ¿sabes a cómo estamos hoy?
-A 18 de julio, ¿por qué?
-Porque mi padre nos ha recordado esta mañana que es el aniversario del Alzamiento y día de la Fiesta Nacional que da inicio al II Año Triunfal en la zona nacional.
La pareja en ocasiones también comenta las noticias no estrictamente bélicas que depara la existencia de dos gobiernos en el mismo estado.
-Los nacionales han copiado al gobierno de la República y han creado una obra benéfica en la Falange llamada Auxilio Social, una especie de Socorro Rojo aunque es más bien azul -comenta Pilar.
-Yo tengo otra también de los nacionales: el gobierno de Burgos ha decretado la depuración, de todas las bibliotecas públicas y centros de cultura, de aquellas obras que contengan ideas nocivas para la sociedad, y se han dictado normas para regular la literatura pornográfica –cuenta, a su vez, Luis.
-¿Y esa depuración en qué se traducirá?
-Ya puedes suponerlo, en la quema de libros. Me temo que los que tu padre llama los nuestros pretendan resucitar la Inquisición. No lo vamos a tener fácil con ellos -Es uno de los muchos rasgos de Luis que valora Pilar. Pese a la fama de conservadores que arrastran los notarios, el murciano tiene un notable talante liberal.
Los Carreño de Santander han ido acomodándose a su nueva vida en la capital cántabra. Las aportaciones de Concha, Andrés y Froilán están siendo significativas para complementar el sueldo de Julia, de manera que se encuentran mejor de cómo estaban en Suances. Además, tienen un motivo poderoso para estar esperanzados, el avance de las fuerzas nacionales desde Vizcaya parece imparable. Julia, que ha retomado sus visitas a casa de los Bermejillo, pide a la esposa del médico que le cuente las últimas noticias que ha escuchado en Radio Nacional de España.
-Las Brigadas de Navarra partieron de Palencia en dirección a Reinosa y días después entraron en la localidad, y unidades italianas han llegado al Valle del Pas.
-¿Entonces los nuestros llegarán pronto a la ciudad? –pregunta, esperanzada, Julia.
-Dice Guillermo que dependerá mucho de la posición que adopten las fuerzas vascas porque, al parecer, hay conversaciones entre líderes del Partido Nacionalista Vasco y agentes italianos para tantear la posibilidad de una paz separada para Las Vascongadas.
Y en efecto, el dirigente del PNV, Ajuriaguerra, se reúne con los responsables de las tropas italianas en España para firmar el llamado Pacto de Santoña, que establece los términos de rendición del Ejército de Euskadi, y días después representantes vascos firman la rendición incondicional ante las tropas italianas, pero el general Dávila desautoriza a los italianos y no acepta el pacto de rendición del Ejército vasco. El general Gamir, jefe republicano del Ejército del norte, al constatar la defección de los vascos, ordena el repliegue de sus tropas hacia Asturias.
Pese a la inmediatez de la entrada de los nacionales en Santander, en el último momento Julia tiene otro motivo de grave preocupación pues, como le cuenta Bermejillo, la República está tomando medidas drásticas.
-Los nuestros van a entrar en la ciudad en cuestión de días si no de horas, pero los jóvenes como tu hijo Andrés corren peligro ya que, ante la imposibilidad de movilizar nuevas quintas, el Frente Popular ha hecho un llamamiento a los muchachos de 15, 16 y 17 años para trabajar en las compañías de ingenieros.
-¿Entonces se me lo van a llevar?
-No, si lo escondes hasta que lleguen los nuestros.
PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 58. Belchite