Que un país democrático tenga gobierno no
debería ser noticia, pero España sigue siendo diferente. Hemos estado cerca de
un año sin gobierno; bueno, había uno en funciones que es tanto como no tenerlo.
Y a todo eso, el PIB español ha seguido creciendo al 3,2 %, el mayor crecimiento
de la zona euro. Lo que dice mucho y bien de la sociedad española y muy poco y
mal de nuestros políticos. Si pudiera venderlos no les pondría precio, los
regalaría.
Tras
dos elecciones en 2016, ayer el parlamento aprobó por mayoría simple el
nombramiento de Presidente de Gobierno. Y lo ha hecho porque, como establece la
constitución, si el 31 de octubre no había un nuevo ejecutivo nos veíamos
abocados a unas terceras elecciones a celebrar el día de Navidad. Da toda la
impresión de que al final a algunos les dio vergüenza que tal dislate pudiera
suceder.
Y todo porque, no solo pero si básicamente,
los dos principales partidos, el PP y el PSOE, son incapaces de ponerse de
acuerdo ni para tomarse un café. Es como una maldición bíblica. Hace más de un
siglo que Antonio Machado escribió: Españolito que vienes/ al mundo te guarde
Dios/, una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón. Los versos machadianos
siguen teniendo vigencia pues una de las dos Españas, sea cual fuere, nos lo
sigue helando.
Aunque lo que en verdad quería contaros es
que si el pasado domingo os decía que el blog había llegado a las 12.000
páginas descargadas, en éste la cifra ha sobrepasado las 13.000. Esto empieza a
ponerse interesante. Solo hay una realidad que empaña mi alegría: sigo sin
recibir comentarios. ¡La felicidad nunca es completa!