viernes, 24 de enero de 2025

Libro IV. Episodio 84. Los Carreño se ponen el mono de trabajo


   Don Nicolás Ferrero presenta a Luis a un amigo cuyo hijo es jefe de centuria y, lo más importante, secretario de la agrupación falangista del distrito de Chamberí. El notario se trabaja al falangista, y no le cuesta demasiado convencerle –exactamente 3000 pesetas- de que inscriba a Jesús como falangista de su agrupación con fecha de 1935, por lo que automáticamente se convierte en camisa vieja. Y como tal le pide a Julián que encargue un uniforme de falangista: boina roja, casaca negra, camisa azul, corbata negra, pantalón negro, botas relucientes y correaje.

   -¿Crees que debería llevar pistola al cinto? –Pregunta Jesús-. Eso me hará parecer un falangista de los que luchó en la guerra.

   -Me parece excesivo, será mejor no tentar demasiado a la suerte -responde Luis.

   En Palma, Álvaro, tras liberar a su hermano Julián, ha vuelto a embarcar en el Canarias, en el que tiene un mes de junio movidito. El 16 zarpan para Bilbao, en cuyo puerto fondean al día siguiente, para asistir a las fiestas de conmemoración de la liberación de la villa, y en cuyo puerto embarca el 20 su excelencia el Generalísimo. Aquella misma noche parten para Ferrol en cuyo muelle atracan en la mañana del 21, desembarcando el Caudillo. El 18 de julio, IV Año Triunfal, Álvaro recibe la noticia de que por orden del Comandante General de la Escuadra se le otorgan las siguientes recompensas: 1 Medalla de Campaña, 1 Medalla de Mérito Militar roja y 3 Cruces de Guerra. Sorprendentemente, Andrés también es condecorado, se le conceden la Medalla de Campaña, una Cruz Roja del Mérito Militar y una Cruz de Guerra.

   Luis Verdú, acompañado por su novia, ha ido a visitar a don Nicolás Ferrero, el notario mentor del murciano.

   -Hija, tenía muchas ganas de conocerte, Luis me ha hablado mucho de ti. Leonor –llama a su esposa-, ven que te presentaré a la novia de Luis.

   Las dos parejas conversan un rato hasta que la señora de Ferrero se disculpa, pues ha de ver cómo va la preparación de la cena a la que les han invitado. Don Nicolás aprovecha la ausencia para tratar sobre el futuro de la pareja.

   -Lo que deberías hacer, después de que te reintegres a tu notaría, es solicitar en el próximo concurso de méritos una plaza cercana a una gran ciudad. Si te la dan, y es posible después del caos originado por la guerra, podríais vivir en la ciudad y tú desplazarte diariamente a la notaría. En ese supuesto te recomiendo que solicites poblaciones del entorno de Barcelona. En su perímetro hay localidades muy grandes y que van a crecer aún más, con lo que te asegurarías una plaza muy lucrativa, al tiempo que podríais vivir en la ciudad que está bien comunicada con su periferia.

   Tras la cena, los novios se despiden de los Ferrero prometiéndoles que volverán a visitarles. Es una de las últimas noches de la pareja, puesto que Luis ha de marcharse a su notaría de Chiclana.

   -Pilar, cariño, he pensado que como nuestra separación va a durar un tiempo, aunque al menos una vez al mes procuraré venir, creo que no deberías continuar en la pensión, tendrías que encontrar un sitio más confortable y, sobre todo, que estuvieras menos sola.

   -No pensarás que vaya a volver a vivir con mi familia. No soporto la cara de mártir que pone papá cada vez que me mira. Estoy hasta el moño de que me siga considerando como la arpía de la familia.

   -Lo comprendo, pero no era por ahí por donde iban mis tiros. Pensaba en la oferta que te hizo Charo Guardiola. ¿Por qué no te vas a vivir con ella? Os lleváis estupendamente, es un hogar confortable y vas a tener mucho espacio. Y tendrás con quién charlar, cambiar impresiones, ir al cine y llevar una vida menos solitaria que si continúas en la pensión. Piénsalo, amor.

   Mientras tanto, ha llegado el verano y los Carreño se plantean si irse de vacaciones. Julio corta el debate de raíz.

   -Ni pensar en irnos de vacaciones, estamos en pleno duelo por el fallecimiento de vuestra santa madre, ¿qué diría la gente si estando de luto nos fuésemos? Ahora lo que hemos de hacer es trabajar mucho a ver si nos reponemos. El saldo de nuestra cuenta está en mínimos –Al oír los argumentos de su padre Eloísa piensa que sigue dándole demasiada importancia al qué dirán.

   Siguiendo el consejo del paterfamilias, los chicos se han puesto a buscar trabajo. A Julián lo vuelven a admitir en los almacenes SEPU y además le nombran encargado de la sección de transporte. Eloísa ha vuelto a la perfumería del señor Ramírez como primera oficiala. Concha se encarga de cuidar a la tía Mechita que le da una generosa retribución. Jesús ayuda a su hermana Pilar que sigue al frente de la farmacia, aunque ésta se cuida muy mucho de pisar la casa familiar. Andrés ha sido admitido en el Colegio de Huérfanos de la Armada, gracias a la gestión del tío Luis, donde preparará el ingreso en la Escuela Naval Militar. Ángela está matriculada de primer curso en la Facultad de Farmacia de la Universidad Central. Y Froilán anda acabando el bachillerato en el CHA, pues ya no quiere ser ingeniero, ahora lo que pretende es ser marino de guerra como el tato que sigue siendo el espejo en el que se miran los Carreño pequeños.

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 85. La II Guerra Mundial