En los
países católicos el viernes anterior al Domingo de Ramos es conocido como
Viernes de Dolores o Viernes de Pasión y es considerado como el inicio de la
Semana Santa.
Tradicionalmente, dicho día también era el de la celebración de los Dolores
de Nuestra Señora y por ello esa fecha era la onomástica de todas las mujeres
cuyo nombre era María Dolores.
En España, a las María Dolores se les suele llamar Lolas. Es, sin
ninguna duda, uno de los nombres femeninos más castizo, más popular y más español.
Desde la ópera al flamenco, del óleo a la acuarela, de la prosa al verso,
el imaginario artístico hispano está lleno de Lolas. Músicos, pintores, poetas,
artistas de toda laya y condición han musicalizado, pintado y poetizado mujeres
que llevaban ese nombre. Por poner un ejemplo popular, el poeta gaditano José
Mª Pemán escribió esta cuarteta dedicada a una racial Lola:
Torbellino
de colores.
No hay en el
mundo una flor
que
el viento mueva mejor
que se mueve
Lola Flores.
¿A santo de qué viene todo esto? Pues que la protagonista de La pertinaz sequía se llama precisamente
María Dolores, aunque todos la conocen como Lolita que es su diminutivo
familiar. Y ayer, Viernes de Dolores, celebró su santo.
Y desvelo un secreto del personaje: en la segunda mitad de la novela,
Lolita pasa a llamarse Lola y eso ocurre porque su vida da un giro copernicano.