El 12 de marzo de 1937 es una fecha que Álvaro jamás olvidará. Por disposición del Comandante General del Departamento embarca en el crucero Canarias con destino en la estación transmisora de la dirección de tiro. Será el segundo en el mando de la artillería del crucero. Uno de sus sueños se ha cumplido. La despedida de la tripulación del patrullero Ferrolano es muy sentida, oficiales, suboficiales y marinería le dicen adiós con la sensación de que han perdido a un patrón recto y severo, pero al mismo tiempo muy humano. Álvaro tiene que ponerse al día sin demora porque tres días después el crucero parte para Cádiz. Su velocidad de 33 nudos, junto con su poderosa artillería, hacen que sea muy temido por los barcos de la marina republicana.
-¡Que la Virgen del Carmen me proteja y que la mar me sea propicia! –es la jaculatoria del joven alférez de navío.
Álvaro tiene que rememorar sus viajes de prácticas en los acorazados y cruceros de la Armada para hacerse a las dimensiones del Canarias, pues acostumbrado en los últimos meses a las reducidas medidas de bous y remolcadores, le cuesta asimilar los más de 193 metros de eslora y los casi 20 metros de manga del crucero pesado. También ha de asumir que ya no es el comandante del buque, sino uno de los muchos oficiales y de menor rango.
En cuanto embarca, el primer viaje del crucero es navegar de Cádiz a Ceuta para petrolear y luego sale a la mar a patrullar. Solo, o acompañado por el crucero gemelo Baleares, realiza numerosas operaciones de bombardeo y protección de convoyes. A bordo del buque, Álvaro tiene innumerables ocasiones de probar sus conocimientos de artillero, pues en pocos días el crucero bombardea los puertos de Tarragona y Vinaroz. Después, a la altura de Cartagena, avistan a parte de la escuadra roja con la que no pueden entablar combate pues los barcos republicanos se refugian en el puerto cartagenero. En el buque es comentario generalizado la información reciente que da a los oficiales de menor rango el segundo de a bordo.
-Bombarderos republicanos atacaron al crucero alemán Deutschland en la bahía de Ibiza y días después el crucero italiano Barletta también ha sido atacado por aviones rojos. Les cuento esto para que vayan haciéndose a la idea de que, de seguir por esta vía, nuestra guerra puede acabar en un conflicto internacional.
Mientras en el mar los dos cruceros nacionales se hacen los amos de las costas españolas, en tierra la batalla más importante de marzo es la de Guadalajara, en la que el Corpo Truppe Volontarie, integrado por camisas negras y soldados del ejército regular italiano, son la punta de lanza del ataque y cuyo desenlace cuenta Infantes en la tertulia.
-Traigo una mala noticia, han acabado los enfrentamientos en Guadalajara con un resultado desfavorable para los nuestros –confiesa Infantes-. La verdad es que a los italianos los han corrido a pelo y nuestros muchachos tampoco han ayudado mucho.
-Quizá esa derrota, a medio y largo plazo, no sea tan mala –especula Valdés-. Los italianos, como han aportado el contingente extranjero más numeroso, se estaban volviendo muy exigentes desde que tuvieron un destacado papel en la conquista de Málaga. Y, al parecer, Mussolini había exigido que pudiesen llevar a cabo operaciones en solitario. Esta derrota servirá para bajarles los humos y en adelante cuando pidan realizar acciones por su cuenta siempre habrá alguien que les susurre: ricorda Guadalajara.
Días después de la debacle de Guadalajara, Infantes aporta a la tertulia otra noticia de sesgo diferente.
-La aviación alemana de la Legión Cóndor se ha trasladado a los aeródromos del norte porque las tropas del general Mola van a iniciar la ofensiva sobre Vizcaya.
-Hablando de las cosas de comer, el general Miaja se reunió con una serie de gerifaltes y de representantes de diversos organismos para encontrar una solución al abastecimiento de trigo y a la elaboración del pan en Madrid. Acordaron la intervención del trigo en las provincias cercanas a la capital. Eso es la información que difunde El Sol, pero la realidad es que las tahonas continúan vacías y encontrar pan blanco es más difícil que tropezarte con un republicano que crea en Dios –suelta Ramírez.
-Lo último es una exageración, conozco muchos republicanos que son católicos practicantes, sin ir más lejos, Alcalá Zamora lo es.
La campaña del norte, tan esperada por unos, como temida por otros, comienza con ataques aeronavales. Los bombarderos alemanes e italianos se ceban con los pueblos vizcaínos y la flota nacional inicia el bloqueo de los puertos del Cantábrico, bloqueo que la Royal Navy anuncia que va a respetar.
En la segunda quincena de abril se producen noticias inquietantes en el bando nacional que muestran que la unidad entre los sublevados no es tan firme como se encarga de pregonar la prensa y las emisoras nacionalistas.
-¿Sabéis lo que ha dicho Unión Radio? Que se ha producido en Salamanca un enfrentamiento armado entre bandos opuestos de falangistas y en la revuelta ha muerto el jefe del partido en la ciudad –y Valdés añade-. Y días después, y eso lo ha anunciado Radio Nacional de España, Franco ha unificado por decreto la Falange con el Carlismo, dando lugar a Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, con él mismo como jefe supremo.
-Eso más que el nombre de un partido parece un trabalenguas – se chancea Valdés.
La unificación, manu militari, de falangistas y carlistas no acaba con los problemas internos del bando nacional, pues días después Manuel Hedilla, jefe nacional de Falange, es apresado y encarcelado en Salamanca por no aceptar su nombramiento en el nuevo partido unificado.
En territorio cántabro, los Bermejillo han venido a despedirse de Julia y de los chicos, al final se han decidido, se van a vivir a la capital de la provincia.
-Volveré a trabajar en la clínica en la que lo hacía antes pues me han asegurado que no corro peligro, pero en cambio aquí no me siento seguro. Todo el mundo sabe que estábamos de veraneo y eso, para la forma de pensar de los rojos, solo lo hacen los fachas. En Santander pasaremos más desapercibidos. Julia, ¿por qué no te animas y también os venís?
-Ya te lo dije, Guillermo, tu trabajarás en lo tuyo, ¿pero nosotros de qué viviremos? Aquí, mal que bien, nos defendemos, en cambio en la ciudad tendría que empezar de cero y no sé cómo nos iría, desde luego que bien seguro que no.
Julia ve partir a la familia del médico madrileño con el corazón encogido, son los únicos amigos de verdad que tenían en Suances, y ahora ¿qué van a hacer?
PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 53. Julia entre la espada y la pared