Rodrigo Arbós ha convocado urgentemente al núcleo duro del clan familiar, han acudido sus hermanos Antonino y Gonzalo más su sobrino Leoncio. El patriarca actual del clan no pierde el tiempo en florituras y va directamente al grano:
- Os he llamado porque me ha llegado un rumor
que de confirmarse puede suponer un cambio sustancial en la política local –
Ante la expectación de sus familiares suelta la noticia -. Me han contado de
buena fuente que José Vicente Gimeno se va a marchar del pueblo.
- ¿Y dónde va? – pregunta Leoncio curioso.
- Parece que a Valencia, pero lo de menos es adonde
pueda ir, lo importante es que si se marcha del pueblo hemos de movernos
rápidos para retomar un poder que nunca debió salir de nuestras manos –
contesta Rodrigo tajante.
- Un grano en el culo menos que tendremos –
comenta Antonino con satisfacción.
- Si se va Gimeno, ¿seguirá Marín cómo
alcalde? – pregunta Gonzalo.
- Esa es la cuestión – abunda Rodrigo -, qué
va a pasar con el Ayuntamiento y con la jefatura local. Tenemos que ponernos al
tajo para reconquistar lo que era nuestro y que nunca debimos dejarnos
arrebatar – reitera.
- Para mí que Marín no aguantará el tirón sin
tener a Gimeno al lado – especula Gonzalo -. Todos sabemos que el alcalde no da
un paso sin antes consultarlo con José Vicente. Como se quede solo no va a
saber ni cuando ir a mear.
- Puedes apostar que será así – confirma
Rodrigo -. Por lo tanto, hay que tener gente preparada para el relevo de Marín
en cuanto se produzca, algo que si se confirma la marcha de Gimeno puede ser
cuestión de meses o quizá de semanas. Pero como la primera vacante será la de
la jefatura local, antes que nada hemos de tener preparado un nombre para
proponerlo a nuestros amigos de la Jefatura Provincial como nuevo jefe de
Falange. Del Ayuntamiento ya nos ocuparemos en su día.
- A bote pronto, no se me ocurre nadie de la
familia que pueda ser un candidato presentable para los de la capital - dice Antonino como para sí.
- No es necesario que tenga que ser un
pariente, lo importante es que sea alguien fácil de manejar y que reúna una
serie de condiciones. Tendría que ser uno que estuviese afiliado a Falange, que
tuviera buena fama, que no fuese mal visto por el mando, mejor si tuviera un título
o alguna clase de estudios y, por descontado, que fuese un hombre sin aristas
ni recámara para que se dejara aconsejar debidamente. Esto último es lo más
importante. Hemos de evitar por todos los medios que nos vuelva a salir otro
Gimeno. ¿Conocéis a alguien así? – plantea Rodrigo.
Tras
unos minutos de silencio pensando en personas que respondan al perfil que ha
dibujado el patriarca, Antonino toma la palabra:
- Se me ocurre que quizá nuestro sobrino
Gervasio podría servir.
- Tío – interviene Leoncio -, no es por
llevarle la contraria, pero Gervasio no vale. Tiene mucho desparpajo, pero es
medio analfabeto, apenas si sabe firmar. ¿Cómo va a ser el jefe de Falange?
- Estoy de acuerdo con Leoncio – respalda
Rodrigo.
El
grupo vuelve al silencio hasta que Leoncio hace una nueva propuesta:
- ¿Y si proponemos a Rafael Blanquer?, por su
matrimonio con Pepita está emparentado con la familia, reúne algunas de las
condiciones que has citado y con lo flojo que es de muelles será fácil de
llevar del ramal.
- Quita, quita, sobrino – rebate Rodrigo -.
Con lo mujeriego que es el Rafa no ganaríamos para follones, o peor aún si
algún marido engañado no pretendiera tomarse la justicia por su mano. Necesitamos
a alguien que piense con la cabeza y no con la polla.
Otra
vez el silencio se adueña de la situación hasta que Gonzalo suelta otro nombre:
- ¿Qué os parece Ricardo Poveda, el maestro?
- Es forastero – puntualiza Antonino.
- Sí, pero está casado con Adelina Salvador
que es del pueblo, lo que le hace senillense por matrimonio – aclara Gonzalo –
y, además, a mí me da en la nariz que es boquirrubio.
- A Ricardo le nombró Gimeno Delegado del
Frente de Juventudes– recuerda Rodrigo -. En principio podría ser considerado
un hombre suyo, pero por lo que le he tratado, y ahí coincido con Gonzalo, me
da la impresión de que no tiene mucho carácter y de que podría ser maleable. Y
cumple con los demás requisitos que planteé antes. Quizá fuera una opción a
tener en cuenta. ¿Qué opináis?
- Si me dejan decirles algo... – interviene
Leoncio un tanto dubitativo - Felisa es prima de la mujer de Poveda y se llevan
muy bien; de hecho, es la madrina de su niña mayor. Explico esto porque mi
mujer me ha dicho en más de una ocasión que quien lleva los pantalones en esa
casa es Adelina. O sea, que si podemos llegar hasta ella, manejar a su marido
no tendrá que ser demasiado difícil. Y como les decía, ambas hacen buenas
migas.
- Eso está bien pensado, Leoncio – admite
Rodrigo palmeando a su sobrino en la espalda -. A falta de mejores candidatos
vamos a centrarnos de momento en Poveda. Comenzar a preguntar a los nuestros
por ese fulano. Necesito saberlo todo de él, especialmente cuáles son sus
puntos flacos. Y tú, sobrino, dile a Felisa que se deje caer más a menudo que
antes por la casa de su prima y que le baile bien el agua. Para meter en la
talega al tal Ricardo lo primero será conquistar a su mujer.
Los problemas
y trapicheos políticos a escala pueblerina no tienen parangón con los que tiene
el país en el marco internacional. Desde que acabó la segunda guerra mundial,
el Régimen franquista ha sido una especie de apestado en el concierto internacional.
Hasta no hace mucho las fronteras españolas, salvo la portuguesa, estaban
cerradas y en Madrid las embajadas abiertas eran contadas, con la excepción de
algunos países hispanoamericanos y árabes.
La partición del mundo en dos bloques antagónicos y el inicio de la
llamada guerra fría han supuesto, casi por carambola, la salvación del Régimen.
La comunidad internacional, por intereses estratégicos y en algunos casos
tapándose la nariz, se ha apresurado a olvidarse de las carencias democráticas
españolas, por decirlo de forma suave, y a reconocer su gobierno. La Santa Sede
y los Estados Unidos han sido los primeros en dar un paso al frente con la
firma de sendos acuerdos que confirman la aceptación de un modelo político que
años antes había sido duramente criticado y presentado al mundo como una
dictadura que estuvo en connivencia durante años con los derrotados regímenes
fascista y nazi.
Tras
el ingreso de España en la UNESCO en enero de mil novecientos cincuenta y tres,
el Gobierno español ha estado maniobrando para que el país adquiera el estatus de
nación plenamente aceptada en el marco internacional. El problema no parece
fácilmente soluble pese al declarado apoyo que están prestando los Estados
Unidos y sus adláteres. A mediados del cincuenta y cinco se produce el enésimo
enfrentamiento entre los dos bloques antagónicos que se reparten el poder mundial:
esta vez se trata de admitir como nuevos miembros de la ONU a dieciséis
naciones, entre ellas España. Por motivos estratégicos, una serie de maniobras
de última hora provocan que se cierre un acuerdo de compromiso entre Estados
Unidos y la URSS. El catorce de diciembre del cincuenta y cinco, y ante la
satisfacción de los representantes españoles Erice y Areilza, la Asamblea
General proclama el ingreso de España en la Organización de Naciones Unidas,
pese a la tenaz oposición de algunos países como Méjico y Bélgica que en el
último momento se abstuvieron. Votos a favor de la admisión: 55. En contra: 0.
A
pesar de que España ha sido homologada internacionalmente en su interior
todavía resuenan los ecos de la sangrienta guerra civil y la mayor parte de sus
ciudadanos, salvo algunos privilegiados y quienes no muestran demasiados
escrúpulos, se conforman con sobrevivir. El pueblo español tiene poco tiempo y
menos interés en ocuparse de los problemas internacionales. Senillar no es una excepción
a ese estado de cosas, allí lo que interesa en estos momentos es si José
Vicente y su esposa Lola se van del pueblo o no. Y si se van quien ocupará el
sillón del poder.