Su objetivo es la mejor comprensión de todo cuanto motiva las acciones y
reacciones de los personajes de la novela. Dichas claves pueden resultar útiles
para el lector que no tenga un cabal conocimiento de cómo es la vida en un
pequeño pueblo y en una época tan oscura, controvertida y ya lejana como fue la
posguerra civil española.
Si las emociones, anhelos y pasiones de los hombres y mujeres que
transitan por el relato pudiesen parecen en algún momento mezquinos,
desmedrados y hasta miserables no es tanto porque sus sentimientos así lo
fueran sino por el sórdido, alicorto y rígido ambiente en el que discurría su
vida.
Finalmente, una nota personal. El autor, entonces poco más que un
adolescente, vivió aquellos años en un pueblo parecido a Senillar y recuerda
pasajes e historias de entonces que posiblemente pudieron pasar en miles de
poblaciones españolas de las que Senillar no es más que su exponente. Pese a lo
que acabo de confesar afirmo que la novela no es autobiográfica. Y aunque
muchas son las cosas que recuerdo de aquella época, no estoy tan seguro de que
mi memoria las haya guardado con total fidelidad.
Las claves son las siguientes:
I. ¿Por
qué la novela se titula “La Pertinaz
sequía”?
II. Senillar, su ámbito físico
III. Los
senillenses
IV. El
entorno político
V. El
ambiente social
VI. La
economía
*** Clave I. ¿Por qué la novela se
titula “La pertinaz sequía”
Los
geógrafos, desde el punto de vista hídrico, distinguen dos Españas: la húmeda y
la seca. La primera comprende las vertientes noroeste y norte, en una franja
que va desde Galicia a Cataluña, y en la que las precipitaciones suelen ser
abundantes. El resto, un 72 % del territorio, constituye la llamada España seca
en la que las lluvias son escasas e irregulares, con la excepción de algunos
núcleos aislados que conforman auténticos islotes de humedad. El dato anterior
es importante porque el país, en los años en que discurre la novela (1940-1955),
tenía a la agricultura como su principal sector productivo y el cultivo más
importante era el de los cereales, especialmente del trigo.
En un
país con esas características climáticas y con una población en la que el pan
era alimento cotidiano el hecho de que la cosecha cerealista fuese exigua
suponía una auténtica catástrofe. Durante la década de los años cuarenta una
serie de prolongadas sequías hizo menguar dramáticamente las cosechas. A los
efectos causados por el agostamiento de los cultivos se unió un ramillete de
hechos generados por la política franquista: una economía autárquica, unas regulaciones
asfixiantes e irracionales y una total ausencia de mecanización del campo.
Además, al estar España aislada internacionalmente no existía la posibilidad de
importar cereales de otros países.
El resultado de todo ello generó fenómenos
como el florecimiento del mercado negro, llamado en España estraperlo, en el
que uno de sus productos estrellas era el plan blanco. El escaso pan que, por
medio de las cartillas de racionamiento, llegaba a la población era de todo
menos blanco; su color oscilaba del gris al castaño dependiendo de los ingredientes
con los que estuviera elaborado que podían ser diversos cereales, distintos
tipos de féculas, o Dios sabe qué.
Durante aquellos tiempos de plomo el Régimen
tenía como uno de sus eslóganes: Por la Patria, el Pan y la Justicia. Pues
bien, en los duros años de la posguerra quizá hubiera una patria, pero pan
había poco y justicia ninguna. La escasez de un alimento tan esencial era
atribuida por el dictador únicamente a la pertinaz sequía, sin hacer mención
alguna a las demás causas que contribuían a incrementar las penurias que
padecía el pueblo español.
La frase se convirtió en uno de los muchos
latiguillos que usaba el Caudillo, de tal manera que pasó a formar parte de lo
que podríamos denominar el léxico peculiar del franquismo. Si el Régimen atribuía
a la conspiración judeo-masónica-comunista ser la causa de todos los males que
en el plano político padecía España, en el plano agropecuario era la pertinaz
sequía la causante de la ruina del campo español.
La novela no trata sobre la dictadura franquista,
pero si se desarrolla cuando la misma estaba en pleno apogeo y es el marco en
el que se desenvuelven los personajes, por eso me ha parecido pertinente que se
titulase “La pertinaz sequía” que, como suelo precisar, no solo fue climática.