domingo, 15 de marzo de 2020

*** Post info 5. Mi modesta aportación para paliar uno de los efectos del coronavirus.


   Lo más probable es que al leer el título de este post más de uno lo califique de ridículo y pretencioso. Pero no van por ahí mis intenciones ni el contenido del post. No soy médico ni científico, por tanto no puedo luchar contra la enfermedad que ya ha sido calificada de pandemia. Solo soy un octogenario que lo mejor que puede hacer es procurar no enfermar y, en el desgraciado caso de hacerlo, no infectar a los demás. Pero déjenme que les explique.
   Una de las consecuencias para evitar, en la medida de lo posible, la extensión de la pandemia, y que todas las autoridades sanitarias recomiendan encarecidamente, es quedarse en casa. Aislarnos en nuestro domicilio, así evitaremos infectarnos y contagiar a otros, y la enfermedad se irá reduciendo. Las drásticas medidas tomadas en China y su eficaz resultado, tras ser el origen del virus, así lo atestiguan. Y por ahí va mi modesta aportación.
   Puesto que al quedar aislados en nuestra casa, uno de los instrumentos con los que contamos para paliar el aburrimiento es internet, he pensado incrementar el número semanal de entregas de mi novela Los Carreño. A partir de la próxima semana las duplicaré. Además de la entrega de los viernes desde ahora también publicaré otro episodio los martes. Y lo seguiré haciendo mientras dure la pandemia en su fase aguda, al menos en el ámbito europeo donde radica la mayoría de lectores de este blog. Esa es mi modestísima aportación para paliar uno de los efectos del coronavirus: el aburrimiento.
   Por tanto, el próximo martes colgaré en el blog el episodio 16. El cuartel de El Carmen, dentro del Libro I de la novela Los Carreño. Entiéndanlo como una muestra de buena voluntad de alguien que poco más puede hacer. Hasta el martes… y sigan asintomáticos.