"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 10 de mayo de 2024

Libro IV. Episodio 47. El final del caso Ferreiras


   En sus ratos de descanso a bordo del Cabo Home a Álvaro a veces le pasa por la cabeza el recuerdo del contramaestre Mauro Ferreiras, preso en el penal del lazareto de San Simón al estar acusado de amotinamiento en el crucero Almirante Cervera. Álvaro le mandó el aval pedido, pues lo que recordaba de él era que se trataba de un disciplinado y cumplidor marinero. Pero, desde que mandó el aval, y de eso hace meses, no ha vuelto a saber nada de Ferreiras. El primer día que toquemos tierra tengo que preguntar por él, se dice. Aprovechando que el bou ha fondeado en el arsenal del Ferrol, Álvaro se dirige a la Comandancia General para indagar sobre la suerte que haya podido correr el contramaestre. Le cuesta encontrar alguien que le dé razón de los encarcelados en el penal de San Simón, hasta que por fin localiza a uno de los suboficiales encargado de los asuntos referidos a la justicia naval.

   -¿Cómo se llama el contramaestre?

   -Mauro Ferreiras Rabazo, contramaestre de maniobras del crucero Almirante Cervera -El suboficial abre un archivador metálico y busca y rebusca la ficha del mentado Ferreiras hasta que se da por vencido.

   -Lo siento, pero aquí no lo tenemos. ¿En qué fecha dice usted que estuvo embarcado en el Cervera?

   -Lo estaba a fecha de 19 de julio de 1936.

   -Ah, los del amotinamiento del arsenal ferrolano. Tendrá que ir a la Segunda-Bis de Estado Mayor, allí le darán razón.

   A Álvaro la alusión a esa sección le causa mala espina. Sabe que la Segunda-Bis, de los ejércitos de Tierra, la Armada y del Aire, es un servicio de información y contra-información militar, recién creado. Está adscrito a las Segundas Secciones de los respectivos Cuarteles Generales. Se dirige a la sección y vuelve a preguntar sobre Ferreiras a un teniente de navío cuya única acción amable es que le tutea.

   -Para informarte, antes tendrás que presentar un escrito en el que declares qué motivos tienes para interesarte por el contramaestre, la clase de vínculos que te unen al susodicho Ferreiras, desde cuándo le conoces, en qué destinos coincidisteis, si conoces a los individuos con los que se relacionaba, si sabías cuál era su ideología y cuantos datos estimes pertinentes para completar la petición.

   A Álvaro le parece un sinsentido que, para conocer la suerte de un contramaestre recluido en prisión, tenga que aportar tantos y tan pormenorizados datos. Algunos de los cuales, como si conocía la ideología del suboficial, le ponen en guardia. Sabe, porque se lo contó el comandante del Ferrolano, que todo el personal de la Armada está sujeto a información y, cuando encuentran a alguien sospechoso de estar a favor de la república o que pertenece o haya pertenecido a un partido de izquierdas, a un sindicato o a una asociación non sancta, le abren una ficha y pasa a ser sujeto a información. ¿Qué pasa si por querer saber cómo está o qué le ha podido pasar a Ferreiras le abren una ficha por considerarlo amigo de un amotinado? Se lo piensa dos veces y de momento decide no redactar la petición. Como suele hacer cuando está en tierra, y ya que está en la Comandancia, se pasa a saludar a su antiguo comandante del Velasco.

   -Hombre, Carreño, ¿cómo tú por aquí?  -Álvaro le explica a qué ha ido a la Comandancia y cómo ha terminado en la Segunda-Bis.

   -Un consejo: mejor no hagas la petición, en los tiempos que corren significarse a favor de alguien que se ha amotinado o que está acusado de ello no será bueno para tu carrera. Si tienes interés por ese contramaestre déjame el nombre y haré una discreta gestión a ver si puedo enterarme de algo. 

   Días después, Álvaro recibe una escueta nota de su antiguo comandante del Velasco: <<Pásate cuando puedas. Tengo noticias>>. El placentino supone que debe referirse a la historia de Ferreiras. En cuanto el Cabo Home recala en los muelles de Ferrol, Álvaro se dirige al despacho del capitán de corbeta.

   -A sus órdenes, mi comandante.

   El semblante del corbeta es grave, no debe tener buenas noticias se recela el joven marino. Calderón no se anda por las ramas.

   -Tengo malas noticias, Carreño. El contramaestre Mauro Ferreiras fue fusilado a mediados de noviembre en San Simón. El consejo de guerra que juzgó a los amotinados en el dique seco de Ferrol condenó a ser pasados por las armas a casi todos ellos. Fueron especialmente duros con los suboficiales a los que se les atribuyó la autoría del motín. La mayor parte de la marinería, salvo unos cuantos casos, también fueron condenados a la pena capital, pero una orden proveniente del Cuartel del Generalísimo la condonó y la conmutó por la de cadena perpetua, pena que no creo que lleguen a cumplir. Siento ser portador de malas noticias, pero es lo que hay.

   Aunque Álvaro se temía que el asunto del contramaestre terminara así, el hecho le ha afectado más de lo que suponía, pero se rehace, es la guerra y sus consecuencias son las que son.

   -Bueno, pues que descanse en paz el bueno de Ferreiras.

   -¿Estabas muy unido a él?

   -Realmente, no. Solo navegamos juntos cuando hice las prácticas en el crucero Cataluña en el verano del 26. Lo cierto es que no había vuelto a saber de él hasta que en octubre me mandó una carta en que me pedía si podía avalarle.

    -¿Estaba casado o soltero?

   -Creo que casado, recuerdo que en su carta hablaba de su muller y de dos rapaciños.

   -Te lo pregunto porque a él ya no puedes ayudarle, pero sí a su familia. Las mujeres de los marineros suelen ser correosas y no se rinden a la primera, por lo que posiblemente la esposa de Ferreiras acabará saliendo adelante, pero en estos primeros meses lo va a pasar mal porque la Marina no le va a seguir dando la paga de su marido. Si le mandas unas pesetas es lo que mejor puedes hacer en recuerdo del… -Calderón no sabe si decir tu amigo o qué por lo que opta por lo seguro-… contramaestre.

   Álvaro, antes de volver al Cabo Home, se pasa por la central de correos y le manda a la esposa de Ferreiras, con cuya dirección se ha hecho, un giro postal por valor de tres mil pesetas, que son buena parte de sus ahorros. En el texto solo pone: <<De parte de un buen amigo de Mauro. Le acompaño el sentimiento>>. Es lo mejor que puede hacer en recuerdo de aquel marinero con el que navegó en el verano del 26. Y trata de olvidarse del funesto desenlace del caso Ferreiras.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 48. ¡Ni Socorro Rojo ni leches!