Ha llegado diciembre y con él la Navidad. Como en el periodo republicano los Carreño tiraron a la basura las figuritas del Belén, Eloísa y Concha han ido a la Plaza Mayor, donde en las Navidades se montan puestos en los que se venden todo tipo de objetos navideños. Compran las figuras más importantes para montar un nuevo Belén, así como elementos decorativos para adornar la casa. Este año estarán todos los Carreño en casa, salvo Pilar que se mantiene en sus trece de no enfrentarse con su padre. Incluso estará Álvaro, cuyo buque está fondeado en Ferrol desde hace dos meses, pues tienen que ponerlo a punto. En la preparación de las comidas navideñas, Paca echa de menos a Pilar que era la que se encargaba de preparar los platos más elaborados y durante los brindis del día de Navidad, Eloísa se atreve a proponer uno.
-Por los presentes y los ausentes –Todos alzan las copas pensando en su fallecida madre, aunque en su brindis Eloísa también ha incluido mentalmente a la ausente Pilar.
Desde hace unos meses, los domingos Julián casi no hace sobremesa, se va a su habitación y al rato sale hecho un brazo de mar.
-Hasta la noche, familia.
-¿Dónde va ese chico tan peripuesto? –pregunta el padre.
-Papá, ya no es un chico, tiene veintinueve años. Y si se ha arreglado tanto supongo que es porque va a ver a su novia –le explica Eloísa.
-¿Qué es eso de que tiene novia? –se asombra Julio-, a mí no me ha dicho nada.
-Porque todavía no es oficial el noviazgo, pero tranquilo que cualquier día de estos te presentaré a la muchacha –le tranquiliza Eloísa.
-¿La conoces?
-Sí, pero por encima. Me los encontré un día paseando por la Plaza Mayor y Julián me la presentó. Estuvimos charlando un ratito. Es alta, casi tanto como Julián, tirando a rubia y me pareció muy desenvuelta.
-¿Y de qué familia es?
-Papá que Madrid no es Plasencia, ¿cómo quieres que sepa de qué familia es? Solo te puedo decir que trabaja de dependienta en los almacenes SEPU. Supongo que se habrán conocido allí.
A pesar de no reunirse con la familia, Pilar no estará sola pues Luis ha venido de Chiclana para estar junto a ella. Los Ramírez lo acogen cordialmente y en su casa celebran las comidas de las fiestas navideñas. Pilar, que se está convirtiendo en toda un chef de cuisine, es la encargada, con la ayuda de Charo, de preparar los menús que concitan las felicitaciones de los comensales. Cuando las mujeres se han ido a la cocina tras recoger los platillos y cubiertos del postre, Damián comenta dirigiéndose a Luis:
-Esta novia tuya vale un Potosí.
-Me lo dirás a mí.
-Si todo lo hace igual de bien a como cocina, te vas a divertir mucho –Como Luis cree encontrar una segunda intención en las palabras de Damián opta por no contestar.
En primavera, Luis Verdú ha participado en el concurso de méritos para la elección de nuevas plazas de notarios y le han adjudicado una plaza en Hospitalet de Llobregat. El cambio provoca la inmediata reacción de la pareja que se pone inmediatamente a planear su marcha a Barcelona.
Para otro miembro de los Carreño, el año 1940 supone un hito. El 1 de febrero, el balarrasa de Andrés, tras superar los exámenes sufridos al efecto en la Escuela Naval Militar de San Fernando, accede a la misma como alumno del curso preparatorio para ingresar en el Cuerpo General de la Armada.
Junio es un mal mes para Andrés: al haber obtenido en los exámenes la calificación inferior a suficiente, pierde el curso y tiene que unirse a la siguiente promoción. Sus malas notas del bachillerato le han pasado factura. Disfruta de un mes de licencia y en julio comienza la repetición del curso preparatorio. La familia se lleva un buen disgusto, no están acostumbrados a que sus miembros suspendan, pero el joven no se arredra y lanza una bravata.
-No os preocupéis, en diciembre aprobaré.
Entre tanto, los alemanes acaban la drôle de guerre cuando, en la primavera del 40, sus ejércitos ocupan Dinamarca e invaden Noruega. Luego atacan Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Y lo hacen con tal rapidez y eficiencia que asombran al mundo; parece que nadie sea capaz de parar a sus blindados. La Fuerza expedicionaria británica y el Ejército francés, avanzan hacia el norte de Bélgica, mientras mantienen un frente estático a lo largo de la Línea Maginot, la gran barrera defensiva francesa a la que se considera infranqueable. Vistos los desastrosos resultados de la guerra, a mediados de mayo el primer ministro británico, Neville Chamberlain, dimite y es sustituido por Winston Churchill.
En la guerra comienzan a participar más actores, pues en junio Italia declara la guerra a Gran Bretaña y Francia. Días después, la Unión Soviética invade los países bálticos. Al tiempo, los alemanes atacan Francia, sorteando la Línea Maginot, al colarse a través de las Ardenas, una región que los Aliados pensaban que era impenetrable para un ejército mecanizado.
En la reunión de la perfumería, los tertulianos comentan la increíble rapidez en el avance de los ejércitos alemanes, bautizada con un nombre que pronto se hace popular en las crónicas de los corresponsales de guerra: la blitzkrieg.
-¿Y qué ha pasado con la Fuerza expedicionaria británica y las divisiones del Ejército francés que se han quedado rodeados en el norte? –inquiere Julio.
-Están siendo evacuados desde Dunkerke, a través del Canal de la Mancha, en barcos de guerra y mercantes, en una de las operaciones de evacuación más grandes de la historia militar.
-¿Y por qué los alemanes no se han echado sobre ellos para rematar la faena? –vuelve a preguntar Julio.
-Se rumorea que la ofensiva ha sido detenida por el mismo Hitler para que sus tropas cojan aliento, algo que al parecer no les ha gustado nada a los mandos de los regimientos de panzers.
Tras
acabar con la bolsa de Dunkerke, las
fuerzas alemanas continúan avanzando por Francia, donde las divisiones galas
sufren una derrota tras otra. Al final, el gobierno francés firma un armisticio
con Alemania el 22 de junio, que conduce a la ocupación alemana de París y dos
tercios del país, y al establecimiento de un gobierno títere con sede en el
sudeste de Francia, conocido como la Francia de Vichy. El mariscal
francés, Philippe Pétain, se convierte en jefe de ese gobierno. La guerra está
siendo un paseo para el ejército teutón. ¿Seguirá así?
PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 87. Pilar se independiza