Hoy, a las 18,38, comienza el solsticio de verano en el hemisferio
norte. El clima de la ciudad en la que vivo, Madrid, se reparte anualmente en
dos ciclos: nueve meses de invierno y tres de infierno, al menos eso dicen los
castizos. O sea, que hoy empieza el infierno madrileño. Para escapar del mismo,
como hago todos los años, me marcho a mi particular Senillar. Allí espero que
la influencia del Mediterráneo haga más llevadera la canícula.
Con ese motivo, y dado que estaré sin ordenador un par de días, la
entrega de mi blog que habitualmente hago los martes la adelanto al lunes.
Mis mejores deseos para que los lectores pasen un feliz verano y para
los del hemisferio sur que el invierno les sea leve y grato.