"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

viernes, 10 de junio de 2016

34. Almorzando en el Café del Río



   Cuando Ponte abre su ordenador en el ángulo inferior derecho aparece la fecha del cuatro de diciembre. Hoy toca ojear El País. La mayoría de las noticias de la portada son alusivas, como no podía ser de otra manera, a las inminentes elecciones generales. Arranca la campaña más plural y abierta de la democracia es el primer titular. Y al lado la foto del todavía Presidente del Gobierno en la noche del inicio de la campaña. Marianito, se dice el viejo, te van a dar más palos que a una estera. De todos los demás titulares el que más le llama la atención es una encuesta que el diario titula así: El PP ganará, pero quedará en manos del Ciudadanos, según el CIS. Si pasa eso habrá que ver la cintura de los populares para pactar, piensa Ponte. Quizá no fuera un mal resultado, al menos no tendrían que negociar con los trabucaires insaciables de los nacionalistas como ha ocurrido en anteriores legislaturas. Lo que no acabo de creerme es que el PSOE tenga tan malos resultados cuando medio país se considera de izquierdas, si no que se lo pregunten a mis hijos. También concitan su atención dos noticias sobre Venezuela: El chavismo amenaza con la “lucha en las calles” si pierde las elecciones y El 85 % de los venezolanos no está satisfecho con la situación del país. Ves, se dice, a donde lleva la demagogia populista, a la pobreza y al caos, pero lo más chocante de esos demagogos de pacotilla es que se declaran demócratas mientras ostentan el poder y cuando lo pierden pretenden recuperarlo al precio que sea, si es necesario a balazos. Espero que esto no llegue a suceder nunca aquí, sería volver al 36.
   Ponte se levanta pronto. Ha quedado con Ballarín en volver a la zona de Madrid Río a investigar al empleado del museo que vive en el barrio de Los Cármenes y que es uno de los sospechosos de haber manipulado las cámaras. Como había prometido, el bueno de Amadeo le recoge con su coche para que no tengan que viajar en bus.
- ¿Dónde piensas dejar el coche? – pregunta Ponte.
- Me ha dicho mi yerno, que es un forofo del Atleti y se conoce bien los alrededores del Calderón, que por esa zona hay una calle, la Vía Carpetana, en la que suele haber sitio salvo los días en que hay partido.
- ¿Y eso queda lejos?
- No, según Google Maps a cinco minutos del río.
   La Vía Carpetana resulta ser una calle con una pronunciada pendiente y que, en efecto, tiene muchos huecos para aparcar y, además, no es zona azul. Allí dejan el coche y van andando hasta el bar La Competencia, en la esquina de San Conrado con la ribera del río, donde toman el primer cafelito del día.
- ¿Le volvemos a preguntar a ese fulano? – pregunta Ballarín señalando al barman -. A ver si hoy está más charlatán que ayer.
- No vale la pena, no le vamos a sacar nada – opina Ponte.
   El día anterior ya comprobaron que en las riberas del río en dirección sur no hay ni un merendero donde preguntar, al menos hasta la suave curva con la que el río parece querer abrazar el estadio que inicialmente se llamó Manzanares, pero que desde mil novecientos setenta y uno lleva el nombre de un antiguo presidente del Atleti, Vicente Calderón. Estadio al que, según la prensa y si la política no malbarata el proyecto, le quedan pocos años de vida.
   La pareja de detectives aficionados sigue orillando el río hacia el norte. En la Cafetería de la Presa número 6 no está el correturnos del día anterior, pero el camarero habitual tampoco les aporta nada. Lo mismo ocurre en todos los bares y merenderos en los que paran. Siguen su paseo, sobrepasan el Puente Oblicuo y llegan al Paseo de la Ermita del Santo; allí, a la altura de la Sala Riviera, una popular sala de fiestas que está en la otra orilla, hacen una pequeña parada para descansar. Cuando han recobrado fuerzas siguen lo que en vez de un paseo se está convirtiendo en una caminata y sobrepasan el Puente de Segovia. En el siguiente tramo les llama la atención un edificio ante cuya puerta hay una larga cola de personas.
- ¿Qué deben regalar ahí? – pregunta Ponte por decir algo.
- De regalar, nada. Ni siquiera esperanza – contesta Ballarín.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque es la Oficina de Empleo de Madrid Puerta del Ángel. Y no dan nada, ni siquiera ofrecen la esperanza de encontrar un trabajo – se explica Ballarín.
- Amadeo, eres como la Enciclopedia Británica, no hay cosa que no sepas – se admira Ponte.
- Es mucho más simple que eso. Antes de venir he visitado la web de Google Maps de la zona y allí está todo. Mira, ahí a la izquierda está el Reino del Agua, es un local para fiestas, celebraciones y eventos de esa clase. ¿Crees que deberíamos preguntar?
- ¿En un lugar así? No creo. Lo que debemos hacer es volvernos o buscar un restorán o cafetería donde comer o, al menos, tomar un piscolabis. Son cerca de las dos y mi estómago empieza a gruñir.
- Estamos llegando a la conexión de la Cuesta de San Vicente y el Paseo del Embarcadero,  ahí mismo hay un restorán, el Café del Río, donde podemos tomar algo. He leído que no se come mal y tienen un menú bastante barato.
- Pues sea. Ya está bien de arrastrar los pies. Ahora entiendo el por qué alguna vez le oí decir a Jacinto que la mejor arma de un policía es un buen par de botas.
   El Café del Río, que en su web se anuncia como la mejor terraza de Madrid, tiene buena pinta. No comen en la publicitada terraza porque allí el precio del menú es algo mayor. Un obsequioso maitre les ofrece la carta en la que va una hoja aparte con el menú del día.
- Oye, pues no está mal – opina Ponte.
- Ya te lo dije. Y todo por 10,90 incluido el pan, la bebida y café o postre.
   Ballarín pide de primero unas lentejas estofadas y de segundo secreto ibérico a la parrilla. Ponte se pide berenjenas rebozadas con miel, de entrante, y merluza en salsa verde de plato fuerte. Entre plato y plato se acerca el maitre.
- ¿Todo bien? – pregunta rutinariamente.
- ¿Puedo cambiar el café por un poleo con menta? –pide Ponte.
- Faltaría más, señor.
   Ballarín ha tomado al entrar un folleto de propaganda del establecimiento en el que, además  de publicitar su terraza, se dice que el restaurante nace con el fin de ampliar la oferta gastronómica de la zona de Madrid Río y que cuenta con un espacio multifuncional y una infraestructura audiovisual y de sonido que hará que los eventos superen las expectativas de los asistentes. En la sección de últimas noticias de la web se informa de las primeras comuniones para el 2016, de un speed run y de las cenas de Navidad. Cuando están tomando el café y el poleo con menta, vuelve a acercarse el maitre para preguntar, una vez más, si todo está bien, ocasión que aprovecha Ballarín para pedirle que si puede ampliarles la información sobre lo de las comuniones para el próximo año.
- Es que tengo una nietecilla que hará su primera comunión el año que viene. Les he dicho a sus padres que la comida de celebración la pago yo y estoy buscando restaurantes que ofrezcan un buen servicio y precios asequibles – se justifica Ballarín.
- Está usted en el sitio adecuado señor… - El maitre deja en el aire el final de su frase en una clara invitación a que la complete su interlocutor.
- Ballarín, Amadeo Ballarín.
- Encantado, don Amadeo. Permítame explicarle que lo más importante para nosotros es la atención personalizada a cada uno de nuestros clientes de principio a fin – el maitre hace su explicación con el tonillo del que lo ha repetido infinidad de veces -. Por eso, en el Café del Río ayudamos al cliente a diseñar y organizar la comunión de su hijo o hija, en su caso de su nieta, con un toque especial, cuidando hasta el último detalle para que los padres y demás familiares e invitados solo tengan que preocuparse de disfrutar.
   Mientras está oyendo como en sordina al servicial empleado, Ponte está pensando que podría ser una buena fuente informativa si el sitio estuviera más cerca de donde vive el sospechoso de la calle San Conrado. Y también cavila sobre lo complejo que resulta investigar, sobre todo cuando no se puede abordar de manera directa a los posibles informantes. Hay que preguntar como al desgaire y siempre dando tantos rodeos que en muchas ocasiones las respuestas no tienen nada que ver ni con lo que preguntan ni con lo que les interesa saber. Lo de ser detective no es tan fácil como lo pintan en la tele, ni mucho menos.