No hay color, aunque quizá habría tenido que
decir no hay calor. Me refiero a la diferencia entre la meseta castellana,
donde se asienta Madrid y en la que habitualmente resido, y la costa del Mediterráneo occidental, donde se ubica
Torreblanca; aunque más preciso sería decir Torrenostra, una playa demasiada
tranquila como la bautiza un personaje de la novela que publico semanalmente en
este blog. Puestos a comparar y teniendo como referencia el día de hoy, 24 de
agosto de 2018, los datos son elocuentes: en la capital de España la máxima
será de 36º y la mínima de 22º, en Torrenostra tendremos una máxima de 28º y
una mínima de 18º. Si a ello añadimos que vivo en una preciosa villa (el
postrer vestigio de pasados tiempos mejores) que está a 40 metros de
donde mueren las olas, algo impensable con la legislación costera vigente, la
brisa marina está garantizada. O sea, que el insoportable calor veraniego para mí solo
es un mal recuerdo… porque, en efecto, el Mediterráneo es otra cosa.
Este blog contiene las novelas de Zacarías Ramo Traver. Un octogenario que no escribe por fama ni dinero, sino contra la soledad. Contiene: “Las dos guerras de Aurelio Ríos”; “La pertinaz sequía”; “Apartamento con vistas al mar “; “Los Carreño. Julio y Julia”; “Los Carreño. Los hijos”; “Los Carreño. El yunque de las guerras”; “El robo del Tesoro Quimbaya”; “Una playa aparentemente tranquila” y “El masover”. Los martes se publica “El masover” y los viernes “Los Carreño. El yunque de las guerras”.