"Los Carreño"

Este blog guarda cinco novelas cuyo autor es Zacarías Ramo Traver. Una trilogía sobre Torreblanca (Castellón): “Las dos guerras de Aurelio Ríos”, la guerra civil en ese pueblo mediterráneo. “La pertinaz sequía”, la vida de la posguerra. “Apartamento con vistas al mar”, el boom inmobiliario y la crisis del 2008. “El robo del Tesoro Quimbaya”, el hurto de unas joyas precolombinas del Museo de América. “Una playa aparentemente tranquila”, un encausado del caso ERE, huyendo de la justicia, se refugia en una recóndita playa (Torrenostra). Salvo la primera, las demás están en forma de episodios. Ahora está publicando otra novela en episodios, Los Carreño, que es la historia de dos generaciones de una familia real e irrepetible, entre 1889 y 1949, período en el que suceden hechos tan significativos como: el Desastre del 98, la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la aparición del fascismo, la Guerra de África, la Dictablanda, la II República, la Guerra Civil y el franquismo.

sábado, 26 de octubre de 2024

Libro IV. Episodio 71. Los rojos han cruzado el Ebro

 

   La visita al economato británico se desarrolla sin el menor contratiempo. Luis se ha vestido como un gentleman y los funcionarios del economato le han tratado como tal. Tras dejar a la tía en su casa de la calle Lista, la pareja se dirige a Gran Vía, 54. Cuando empiezan a sacar los víveres de las bolsas, a Paca casi le da un soponcio. Desde que se inició la guerra, su cocina no había conocido semejante colección de paquetes, latas, frascos y saquitos llenos de productos que no sabe qué son pues vienen rotulados en inglés.

   -Luis, tendrás que traducir tos los papeles de los envases porque a estos ingleses no hay Dios que los entienda. Pues, si no sé lo que tiene dentro cada lata, ¿cómo me las voy a componer pa guisar?

   -No te preocupes, Paca, te escribiré en cada envase lo que lleva.

   -Y mañana –habla Pilar- me meteré en la cocina y prepararé el plato inglés más típico.

   Veinticuatro horas después, la cena de los Carreño consiste en fish and chips, pero cuyos ingredientes, paradójicamente, no provienen del economato británico sino que los ha traído Verdú de esos misteriosos mercados que solo él parece conocer. Pilar ha cortado en trozos gruesos las patatas y luego los ha frito empapados en vinagre y salpicados de sal, y los ha acompañado con varios trozos grandes de pescado rebozado, a lo que ha añadido guisantes cocidos y una generosa rodaja de limón. Las opiniones de los comensales han sido variadas.

   -Pues no es pa tanto, y pa comer esto no hay que ir a Inglaterra, pues hasta en Plasencia comíamos de vez en cuando pescao y patatas fritas –afirma Paca.

   -A mí me ha gustado, aunque quizá te has pasado un poco con el vinagre –opina Jesús.

   En el escenario bélico, el resto de junio la lucha en el frente de Levante se estabiliza, aunque el objetivo sigue siendo Valencia. A tal fin se constituye el Cuerpo de ejército del Turia mandado por Solchaga.​ El 5 de julio las tropas de García Valiño comienzan el ataque desde el norte, pero en ese sector la sierra de Espadán llega casi hasta el mar y las fuerzas republicanas no pueden ser desalojadas.​

  En la tertulia del Gijón, a la que esporádicamente sigue asistiendo Valdés, las noticias que vienen de Levante parecen esperanzadoras.

   -En julio los fascistas han sufrido numerosas bajas. Es cierto que cuentan con superioridad en artillería, pero, pese a batir nuestras posiciones, sus ataques no alteran la defensa de los nuestros, y como resultado los fachas se encuentran detenidos a unos cuarenta kilómetros de Valencia.

   En julio, los nacionales todavía creen que la conquista de Valencia es inminente, pero no es así puesto que la noche del 24 al 25 otra brillante y audaz operación de los republicanos se desarrolla al norte de las tierras castellonenses.

   A bordo del Canarias alguien da unos discretos golpes en la puerta del camarote que Álvaro comparte con su compañero Juanma Ortega. Andrés, que lleva un sobre en la mano, se corta cuando ve a Ortega, se cuadra y saluda a los dos tenientes de navío.

   -A sus órdenes, mi oficial, venía a traerle esta carta –dice dirigiéndose a su hermano.

   -Voy a por tabaco –dice Ortega para dejar solos a los hermanos.

   Andrés se relaja y le entrega a Álvaro un sobre que está abierto.

   -Es carta de Concha, están todos bien salvo mamá que anda un poco pachucha.

   -En mi último permiso ya la encontré muy baja de tono, no es la misma de siempre.

   -Ten en cuenta, tato, que ha sufrido mucho y los sufrimientos se pagan. No puedes llegar a imaginarte lo mal que lo pasó en Suances, sin saber nunca si tendríamos para comer al día siguiente y, a pesar de todo, ella solita nos sacó a flote.

   -Es una madre como para estar orgullosos de ella. Oye, hay una pregunta que hace mucho que quiero hacerte y ahora que estás aquí,… ¿has pensado qué harás cuando termine la guerra?

   -Sí, tato, quiero ser oficial de la Marina de guerra como tú. Hace tiempo que lo tengo entre ceja y ceja.

   -¿Sabes que para ser oficial hay que ingresar en la Escuela Naval Militar y para aprobar el ingreso hay que estudiar mucho? Y, francamente, te va a resultar difícil porque, con lo mal que has hecho el bachillerato, seguramente debes tener muchas lagunas. Y sobre esa cuestión debes saber que se rumorea que, para ingresar en las academias militares, al fin de la guerra se tendrán en cuenta los méritos que hayan podido contraer los individuos que se enrolaron como voluntarios. Por consiguiente, procura portarte bien y no des pie a que tus superiores den malos informes tuyos.

   -Por eso no te preocupes, tato, soy uno de los mejores del equipo de maniobras, la prueba es que el Melasuda me ha dejado caer que igual me propone para marinero preferente.

   -¿Quién es Melasuda?

   -Mi contramaestre, le llamamos así porque siempre anda diciendo que si me la suda esto o me la suda lo otro.

   Esa noche, cuando van a acostarse, Álvaro le recuerda a Juanma la festividad del día siguiente.

   -Mañana es el Patrono de España, igual tenemos algún acto de celebración.

   Al día siguiente, las dos campanadas que provienen del puente del crucero, y que se pican para marcar los cuartos de guardia, le sirven a Álvaro de despertador. Abre los ojos y ve a su compañero Ortega terminando de arreglarse.

   -Arriba, dormilón, o no encontraremos más que las sobras.

   Álvaro aparta la sábana, se lava, se pone el uniforme de trabajo y, en compañía de Juanma, se dirige al comedor. Les sorprende la algarabía que hay en el recinto.

   -¿Qué pasa?

   -¡¡Esta madrugada los rojos han cruzado el Ebro!!

 PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 72. Corresponsales de guerra

viernes, 18 de octubre de 2024

Libro IV. Episodio 70. Igual puedo ayudaros

 

   Al escuchar los lamentos de Eloísa acerca de los problemas que tienen para conseguir alimentos, la tía Mechita, como quien no quiere la cosa, dice:

   -Igual puedo ayudaros…

   Eloísa vuelve a de casa de la tía Mechita más contenta que un niño con un pirulí. En cuanto se marcha de la farmacia el último cliente cuenta a sus hermanos el motivo de su alegría.

   -¿Sabéis lo que me ha contado la tía Mechita? Que igual nos puede ayudar en lo de procurarnos más comestibles. Resulta que a través de su yerno diplomático, aunque no está en España, nos puede conseguir comida en el economato que los ingleses han montado en el consulado para sus empleados y algunas familias británicas que la guerra ha pillado en Madrid –Al oír lo que cuenta Eloísa el jolgorio que se monta en la farmacia es general hasta que Julio pone algo de orden.

   -A ver, chicos, no vendamos la piel del oso antes de cazarlo. Eloísa cuéntanos cómo piensa ayudarnos la tía Mechita.

   Eloísa les explica que el consulado británico ha autorizado a la tía Mechita que use los vales para comida que le correspondían a su yerno que, al no estar en la capital, no puede utilizarlos. Como en su casa solo son dos personas y mayores todos los meses le sobran cupones…

   -Y al conocer nuestras dificultades, se le ha ocurrido que uno de nosotros la acompañe al economato de la embajada cuando mensualmente vaya a por los comestibles que le corresponden, pero que, en lugar de sacar solo los que ella necesita, los pedirá todos, y los sobrantes nos los pasará a nosotros. Naturalmente, los tendremos que pagar, pero con lo que saquemos del economato cree que no volveremos a pasar hambre. La única pega, es que no son productos frescos sino que vienen envasados directamente desde Inglaterra.

   -¡Bendita pega! –exclama una contentísima Pilar-, con las ganas que tenía de comerme un buen rosbif inglés.

   -¿Y qué clase de comestibles son? –quiere saber Paca.

   -Los he apuntado en un papel –y Eloísa lee-: Full English Breakfast, pudin de Yorkshire, roast dinner, bangers and Mash, fish fingers, chips and beans, chicken Tikka Masala, jellied Eels y un montón más de comidas que no me ha dado tiempo a apuntar. Y a veces también tienen Fish and Chips que tampoco sé qué es.

   -Cuando llegue Luis le diré que nos lo traduzca.

   En cuanto a media tarde aparece Verdú, se apresuran a contarle el extraordinario hallazgo que ha supuesto encontrar a la tía Mechita y le piden que les traduzca los platos ingleses que tiene apuntados Eloísa.

   -Creo que os los puedo explicar casi todos. El breakfast es un desayuno inglés completo, el pudin de Yorkshire es una oblea de masa horneada, el roast dinner  es una especie de asado, el bangers and mash son salchichas y puré de patatas, los fish fingers y chips and beans  son palitos de pescado, patatas fritas y alubias, y las jellied eels  son anguilas gelatinosas. Ah, y el fish and chips es pescado y patatas, el plato británico más popular.

   En el frente de Levante al mal tiempo se le une la importante ayuda internacional de armamento para los republicanos y las fuerzas de Varela vuelven a estancarse. En cuanto cesa el mal tiempo, los nacionales inician tres ataques en paralelo, cuyo principal fruto es que la cuarta división de Navarra ocupa Alcossebre, pedanía en la costa de Alcalá de Chivert. Sin embargo, en la tertulia del Gijón se alegran con las noticias positivas que les llegan de ese frente.

   -Nuestras tropas están contraatacando. Las baterías instaladas en Villanueva de Alcolea, al mismo tiempo que varios carros rusos de combate T-26 con base en Torreblanca, están atacando a los fascistas instalados en la ribera izquierda del río Cuevas.

   Pero las lanzas pronto se tornan cañas y un mes después el signo de la guerra cambia.

   -Buenas noticias –anuncia Infantes-, el 11 de junio los nuestros ocuparon en la costa el pueblo de Torreblanca, por lo que la línea defensiva XYZ formada alrededor del cauce del río Cuevas ha desaparecido. Esas conquistas han costado muy pocas bajas.

   -¿Y eso a qué se ha debido? –pregunta Julio.

   -A que los rojos habían abandonado sus posiciones el día anterior ante el peligro del avance de los nuestros hacia Borriol. Aunque las ofensivas de los tres Cuerpos de ejército resultan bastante desiguales: las que más han avanzado han sido las fuerzas de Valiño que han ocupado el vértice del Peñagolosa, la cota más alta de la provincia de Castellón –contesta Infantes.

    El 13 de junio los nacionales alcanzan los primeros arrabales de Castellón. Como algunos vecinos se anticipan a la llegada del grueso de las fuerzas nacionales haciendo flamear banderas rojigualdas, unidades republicanas se ensañan con la población civil. Al día siguiente las fuerzas del Cuerpo de ejército de Galicia desfilan ante el general Aranda en Castellón, para dirigirse después hacia Almazora y Villarreal de los Infantes.

   La tía Mechita ha avisado a sus sobrinos de que el próximo jueves se repartirán en el economato británico los comestibles que los ingleses proporcionan a su personal en Madrid. Que decidan quién la va a acompañar y que se acuerden de traer un talego o cesto para meter las latas y paquetes. Los Carreño discuten sobre quién debería ir, pero Pilar se pone muy terca en su propuesta de que debería ir ella que, además, piensa ir acompañada por Luis, porque como habla inglés les puede ayudar con los funcionarios del consulado.

   -Pero, hija, que vayas tú, pase, al fin y al cabo eres una civil y puedes alegar que eres sobrina de la tía, ¿pero cómo vas a llevar al lado a un soldado republicano? Seguro que los ingleses se niegan a daros los comestibles –objeta Julio.

   -Papá, lo tengo todo pensado. Si preguntan, a Luis le haré pasar por otro sobrino de la tía. Y no sabrán que es soldado, irá vestido de civil.

   -¿Y a la tía Mechita no le puede parecer mal? –Julio sigue siendo renuente a la sugerencia de su hija mayor.

   -Pasado mañana iremos Luis y yo a visitar a la tía. Se lo presentaré y, en cuanto le cuente que es notario y que además habla inglés, con lo que gusta a la tía presumir de amistades pijas estoy convencida de que congeniarán enseguida.

Dos días después aparece Verdú a recoger a Pilar vestido de tal guisa que casi no lo reconocen, lleva un traje de tres piezas con corbata a juego y calza unos zapatos bruñidos como si de charol fuesen. Al verle, Paca no puede contenerse.

   -Ahí va, Luis, ahora sí que pareces un notario.

Como suponía Pilar, la tía Mechita y Luis congenian enseguida. Cuando termina la visita, la tía insta a la pareja a que la visiten más a menudo, así le harán compañía. Antes de irse, en un aparte, la tía pregunta a Pilar:

   -Este chico ¿está soltero o casado?

   -Casado, tía.

   -Es una lástima, formáis una magnífica pareja. Y te diré más, si no está enamorado de ti le falta el canto de un duro -Pilar se dice que la tía podrá estar vieja, pero que su percepción se mantiene joven.

 

PD. Hasta el próximo viernes en que, dentro del Libro IV, Las Guerras, de la novela Los Carreño, publicaré el episodio 71. Los rojos han cruzado el Ebro